El gobernador de Florida, Ron DeSantis, y la compañía de entretenimiento Disney tuvieron fuertes desencuentros en los últimos meses. De forma colateral, estos beneficiaron los planes de uno de los mayores rivales del republicano: el gobernador de California, Gavin Newsom. A raíz de las tensas relaciones, Disney decidió expandir sus parques temáticos en Anaheim, una apuesta que involucra millones de dólares de inversión y la generación de miles de puestos de trabajo. En contraste, en el Estado del Sol, donde la ‘empresa del ratón’ es una potencia en la creación de empleos, se dio marcha atrás a un importante proyecto.

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La disputa entre Disney y DeSantis comenzó en 2022, con la postura de la multinacional a la controvertida ley de Florida sobre los derechos de los padres en la educación, apodada Don’t Say Gay (No digas gay), que restringe las discusiones sobre la identidad de género y la orientación sexual en las aulas.

En abril, cuando la compañía demandó a DeSantis y a sus aliados por lo que describió como “una campaña de represalias del gobierno”, sus representantes también dejaron en claro que US$17.000 millones de inversiones en Walt Disney World estaban en riesgo y sobre la mesa. Al principio, Newsom se volvió crítico de esta disputa, pero luego la aprovechó para instar a la compañía a invertir en su estado, donde también hay un parque temático.

En mayo le tomaron la palabra. Disney canceló un proyecto de 1000 millones de dólares para construir un campus corporativo para 2000 empleados. Se suponía que este complejo, ubicado cerca del barrio Lake Nona, en Orlando, costaría US$864 millones, pero después las estimaciones superaron los US$1000 millones.

En la misma semana que el jefe de Disney Parks & Resorts, Josh D’Amaro, anunciaba que la compañía abandonaba ese proyecto, el presidente de Disneyland Resort, Ken Potrock, organizaba una reunión de OCForum con líderes empresariales y políticos locales en Anaheim para hablar sobre Disneyland Forward, un plan de 30 años de inversiones en proyectos. Ahora, avanzan en esa línea, con la que pronostican generar 253 millones de dólares al año en la economía de esa ciudad, así como crear 2292 puestos de trabajo en el estado que dirige el gobernador Newsom.

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Ambos gobernadores son contundentes al defender sus posturas opuestas. Ante las leyes que restringen los derechos de la comunidad LGBT+ aplicadas por DeSantis, el demócrata se mostró abierto y aprovechó sus tendencias liberales para expresarle a Disney que en “California se tolera la diversidad” y se ve como “una fortaleza”.

Además, también tienen contrastes en sus opiniones en torno a inmigración ilegal. La administración del republicano promovió el mes pasado vuelos de migrantes a California, que Newsom después pidió investigar. En una entrevista reciente con Fox News, DeSantis tocó el tema y acusó: “Creo que es absurdo. Quiero decir que California es un estado santuario. De hecho, proporcionan beneficios a los extranjeros ilegales. Sirven realmente como un imán para que la gente cruce nuestra frontera ilegalmente”.

Mientras el gobernador de Florida busca ganar la nominación republicana para las elecciones presidenciales de 2024, Newsom se ha encargado de descalificarlo e incluso considerarlo como el candidato “más débil” frente a Donald Trump, a quien hasta ahora favorecen las encuestas.