En Hampton, New Hampshire, en los Estados Unidos, la historia de un policía y un perro llenó de alegría a sus habitantes. Al ser considerados una gran compañía para las personas, un animal llamado Copper merodeaba la zona de la comisaría de ese lugar sin tener un destino. Escuálido y desorientado, sin saber a dónde ir, un miembro de la fuerza de seguridad llamado Anthony Azarian decidió arroparlo dentro del destacamento a la espera de que aparezca su dueño.

Como una política establecida de la Policía de esa zona de los Estados Unidos, cualquier animal que merodee el lugar y no tenga un collar identitario o muestre indicios de estar perdido, es llevado a un sitio especial del destacamento a la espera de que aparezca su dueño o, en este caso particular de Copper, que uno de los agentes de la fuerza tome la decisión de adoptarlo como propio.

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Según anunció el Departamento de Policía de Hampton en su cuenta de Facebook, el animal no lucía en buenas condiciones para estar a la intemperie y es por eso que decidieron darle un techo y alimento hasta resolver su situación.

“Uno de nuestros detectives localizó un cachorro de raza pastor alemán frente al Departamento de Policía de Hampton. Parecía estar lleno de garrapatas, desnutrido y abandonado. El cachorro fue llevado al veterinario local, donde recibió atención y permaneció retenido hasta que el dueño pudiera reclamarlo”, precisaron.

Una vez que el animal estaba en condiciones, debido al proceso anteriormente nombrado de higienizarlo y darle alimento para que recomponga su semblante, el destacamento policial se encargó de revisarle el cuello donde suelen tener una chapita o una correa con un número para localizar al dueño e intentaron dar con él, pero con un resultado negativo.

“Se determinó que tenía aproximadamente siete meses. Después de investigar y encontrar el número de teléfono del dueño, el detective pudo determinar que el dueño vivía a varios estados de distancia y que optó por no regresar por el cachorro”, remarcaron en la publicación.

Tras el protocolo establecido en estos casos, el pastor alemán quedó resguardado por una semana en un centro de despacho a cargo de la detective Harlee Felch, que dio aviso a las autoridades para una inspección médica del animal que ingresó con garrapatas y signos de una deteriorada salud.

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Con la noticia de que su dueño no volvería por él, no quedo más que apelar a la buena voluntad de que uno de los oficiales pueda hacerse cargo del perro. Ahí fue donde Anthony Azarian decidió tomar coraje para darle un nuevo destino a Copper.

“Después de unos días, el cachorro estuvo disponible para adopción. Mientras esperaba un nuevo hogar, el agente que lo encontró lo llevó a casa y se aseguró de que tuviera refugio, comida y amor. Los oficiales se turnaron para caminar, jugar con él y cuidarlo”, indicaron en el comunicado para contar la acción humanitaria que llevaron a cabo para darle un nuevo asilo al perro que transita sus primeros meses de vida.

En diálogo con los medios locales, Azarian recordó el primer momento que se encontró con el animal y envió un mensaje especial. “Me gustaría agradecer a todas las personas que ayudaron, incluido la detective que lo encontró. Todos aquí fueron de gran ayuda porque todos estamos haciendo mucho tiempo extra”, expresó, emocionado, al adoptar a esta mascota que se convirtió en miembro oficial de la Policía de Hampton.

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Al ser una historia que se viralizó en las redes sociales, los habitantes de la zona y de otras partes del mundo celebraron la iniciativa de darle un mejor destino y calidad de vida al animal: “No puedo entender por qué alguien le haría esto a cualquier animal. Ahora tiene una vida mucho mejor”, fueron algunos de los comentarios de los usuarios que celebraron este final feliz.