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No tomarás el nombre de Marx en vano

Con la primera revolución industrial nace el modo de producción capitalista, el cual, al interesarse sólo por la fuerza de trabajo de las personas, permite que en todo lo demás éstas se compor...

Con la primera revolución industrial nace el modo de producción capitalista, el cual, al interesarse sólo por la fuerza de trabajo de las personas, permite que en todo lo demás éstas se comporten libremente; terminando con la servidumbre feudal, que a su vez había superado la esclavitud. Logros trascendentes que no tuvieron su correlato en los social, ya que esos cambios se dieron junto con el hambre y la explotación de muchos (tal como lo describe Engels en La situación de la clase obrera en Inglaterra). Esto provoca respuestas emocionales, como la de los ludistas, destruyendo las máquinas, y la de los sindicatos, queriendo terminar con el nuevo modo de producción. Estos sindicatos europeos agrupados en la “Liga de los Comunistas”, encargan a intelectuales afines un documento que sirva de fundamento conceptual a su lucha. Así nace “El manifiesto comunista” escrito por Marx en su juventud (con la colaboración de Engels), documento que es aprobado por los sindicatos en su Congreso celebrado en Londres en 1848. Como su nombre lo indica se trata de un manifiesto, un folleto, un llamado a la acción, donde se llama a terminar con el capitalismo por medio de la lucha de clases.

Muy pronto Marx va a entender que el proceso es mucho más complejo y, apenas ocho años después toma la decisión de encerrarse para estudiar a fondo la economía capitalista, como fruto de lo cual quedan los Grundrisse, que servirán de base para escribe el “Prefacio” a la Contribución a la Crítica de la Economía Política (obra inconclusa, al igual que El Capital). En esa obra (que Marx comienza escribiendo “Mis estudios me llevaron a la conclusión…”) afirma que el motor de los cambios sociales no es la lucha de clases sino el desarrollo de todas las potencialidades que encierra el nuevo modo de producción; y que lejos de combatir al capital es su desarrollo el que llevará a la posibilidad de cambio. En palabras de Marx: “Al llegar a una fase determinada de desarrollo, las fuerzas productivas materiales de la sociedad chocan con las… relaciones de propiedad… Se abre entonces un período de revolución social” …. “Ninguna formación social desaparece antes de haber desarrollado todas las fuerzas productivas que caben en su seno”.

Una rápida mirada de lo ocurrido en la historia de los últimos 100 años registra numerosos ejemplos de movimientos que cometieron el “pecado” de tomar el nombre de Marx en vano, proponiendo la lucha de clases y el fin del incipiente capitalismo a través de la socialización de los medios de producción. Es lo que ocurrió en las sociedades que hicieron parte de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, así como algunas otras sociedades de Asia y la Cuba de Fidel en nuestra región, con el resultado de instaurar regímenes dictatoriales que llevaron al hambre y la miseria de sus ciudadanos.

Pero hubo también procesos que se apartaron del mal uso de Marx para buscar nuevas formas de convivencia y progreso social. Uno es el iniciado por el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), que en su Congreso extraordinario de 1979, y a propuesta de Felipe González, decide abandonar los postulados de “El Manifiesto” para convivir con un capitalismo controlado por un Estado socialdemócrata. Un caso diferente, pero que también significó recuperar El Prefacio, es el del PC chino, que incorpora el capital privado para apurar el devenir de la historia con un rápido desarrollo de las fuerzas productivas, que llevarán al choque con las relaciones de propiedad, y así al cambio social (aun cuando lo hace sin libertades individuales).

El combate político debe apartarse de formas de lucha propias del ludismo o del sindicalismo primitivo. Debe apuntar al desarrollo de las fuerzas productivas puestas al servicio de todos los ciudadanos; lo que irá creando las condiciones para el paso a una sociedad diferente.

Sociólogo

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/opinion/no-tomaras-el-nombre-de-marx-en-vano-nid27062023/

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