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Massa, los increíbles trucos de un manipulador profesional

Por sí o por no, ¿nos sentimos más esclarecidos después del debate del domingo, una instancia que los estrategas consideran crucial antes del balotaje? ¿O solo quedamos más confundidos? La pr...

Por sí o por no, ¿nos sentimos más esclarecidos después del debate del domingo, una instancia que los estrategas consideran crucial antes del balotaje? ¿O solo quedamos más confundidos? La pregunta no es para aquellos que forman parte de los núcleos duros de la grieta, ni para los muy informados, sino para aquel electorado estratégico, volátil, cuyo voto cambia según el contexto. Aquel votante autónomo que, en última instancia, define el resultado de la elección.

Los consultores afirman que, en esa decisión tan íntima y política como es el voto, no impacta tanto lo que pasó hace un año o seis meses sino en los últimos días de campaña: por eso, en las generales, a Sergio Massa lo afectó mucho más la falta de nafta que el Yategate.

¿Y por qué el votante estratégico, el que decide su voto según lo que va pasando, es que el que quedó más indefinido aún de lo que estaba antes debate? El acoso moral es un extraordinario libro de Marie France Hirigoyen, que explica a la perfección lo que pasó el último domingo. Massa nos ofreció una masterclass de comunicación perversa, en la que logró instalar la confusión entre los indecisos, fruto de un viaje frenético entre la mentira y la verdad. Escrito en el siglo V antes de Cristo, el chino Sun Tzu escribió: “el arte de la guerra es el arte del engaño, si adoptamos siempre una apariencia contraria a lo que somos, aumentamos nuestras oportunidades de victoria”.

También autora de Los narcisos han tomado el poder, la psiquiatra francesa detalla, a través de un ensayo repleto de testimonios reales, cómo se puede destruir a alguien solo con palabras y mentiras. Tan perversamente hábil fue Massa, que logró enredar a Milei, incluso, en el terreno donde él es experto y Massa nos hundió: la economía. Frente a un manipulador nivel Massa, Milei quedó expuesto y exhibió su fragilidad personal. Concentrado en no parecer “loco”, se edulcoró tanto que perdió su esencia y devino en un Che Guevara al que le cortaron la barba.

“Elijo a un ingenuo novato por sobre un mentiroso compulsivo serial”, escribía esta semana un usuario de X. El punto es que este votante ya tenía su voto definido desde antes del debate.

Pero, ¿qué es un manipulador? Es alguien que tergiversa los hechos, que miente con maestría, que enreda a su víctima y la empuja a actuar: ¿por sí o por no? La incita a responder o a hacer cosas que naturalmente no haría si no estuviera siendo manipulada. Una técnica muy efectiva que usó Massa es nombrar las intenciones del otro dando a entender que conocía mejor que el oponente lo que piensa. “A vos no te interesa el país, Javier, solo pensás en vos”.

Para Hirigoyen, a este tipo de encantadores de serpientes les importa muy poco qué cosas son verdad y cuáles son mentira: lo único verdadero es lo que dicen en el momento presente. El mismo Massa que, en 2017 -y no en los noventa, “cuando era joven”, como se confundió Milei- proponía arancelar la universidad, ahora pretende prevenir a los “padres y madres” de este “apátrida”, como calificó esta semana al libertario la vocera informal de Massa, Graciela Camaño.

En la comunicación perversa no se nombra nada, pero se insinúa todo. El rumor y la insinuación juegan un papel central. Las cosas se dicen sin decirlas, como cuando Massa le preguntó a Milei por qué no le habían renovado la pasantía en el Banco Central, aunque sin completar la información. Ninguna improvisación. Una técnica para poner en tela de juicio las capacidades de su rival, desestabilizarlo y sembrar la duda frente a una audiencia que aún no sabe bien quién es Milei.

Más que en los “marqueteiros” de Lula, que solo potenciaron las cualidades del candidato, para esta campaña Massa parece haberse inspirado en Sun Tzu, cuando explicaba que, para ganar una guerra, había que dividir al ejército enemigo, aún antes de arrancar la ofensiva. “Corrompa lo mejor del enemigo haciendo que sus oficiales cometan acciones vergonzosas y viles, y no deje de divulgarlas”. Massa, y su amigo Carlos Maslatón, no se privaron de divulgar el supuesto financiamiento del massismo al campo libertario. “Contale, Javier, a la gente cuando venías a mi oficina”, deslizó el ministro sobre un demudado Milei. La finalidad de esta secuencia es ganar una posición dominante y lo logró.

En la última semana de campaña, Massa y el arco oficialista aceleran una empresa de acoso y derribo sobre Milei. ¿Tendrán éxito? Eso nadie lo sabe; en su íntimo proceso, tal vez ni siquiera lo sabe del todo el propio votante confundido. Lo que sí sabemos es que las elecciones se ganan con buenas narrativas y no tanto con hechos.

Por sí o por no, ¿quién ganó el debate del domingo? Seguramente no ganó la política. Ganó la psicopatía política.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/opinion/massa-los-increibles-trucos-de-un-manipulador-profesional-nid15112023/

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