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Interacción parasocial: el amor eterno de las redes sociales

Durante un tiempo fuimos felices. Con tantos disgustos que nos da la vida, al menos accedimos a ese instante de dicha que llamamos amor. Logramos colarnos en ese presente absoluto de los amantes es...

Durante un tiempo fuimos felices. Con tantos disgustos que nos da la vida, al menos accedimos a ese instante de dicha que llamamos amor. Logramos colarnos en ese presente absoluto de los amantes esperando que algo de esa pasión salpique al resto de la humanidad. Pero se acabó: Rosalía y Rauw Alejandro rompieron su compromiso.

Cada época siempre ha tenido su pareja ideal, aquella que nos invita a soñar que la vida puede ser como en las películas. Spencer Tracy y Katharine Hepburn, Palito Ortega y Evangelina Salazar, Javier Bardem y Penélope Cruz, Camilo y Evaluna, Ronaldo y Georgina. Rosalía y Rauw nos ofrecieron, como adicional, un idilio transatlántico en el que un mediocre cantante latino podía conquistar a una de las diosas del pop global.

Redes y prensa: asunto (no) separado

Hasta hace apenas unos años, las revistas del corazón eran las encargadas de reportar el amor ideal. Se producían números especiales para bodas y bautizos y paparazzis furtivos para confirmar los rumores de separación subrepticiamente.

Quizás la reciente boda de Tamara Falcó y su truhan haya sido el número de despedida a esa época dorada. Los amantes ahora transmiten su amorío en directo desde sus redes sociales, y comparten las rupturas con la misma naturalidad que transmitieron, mientras duraron, los arrumacos en el lecho marital.

El interés popular por la vida de los famosos es un fenómeno que se estudia desde 1956 y se conoce como interacción parasocial. La Enciclopedia Oxford lo describe como el vínculo emocional que se establece con las celebridades, que habilita a que saludemos con familiaridad a quien apenas conocemos de una pantalla o que hablemos de su vida como si nos correspondiera.

Las generaciones nacidas y criadas en el contexto digital construyen el vínculo de otra manera

Aunque el fenómeno viene de lejos, las generaciones nacidas y criadas en el contexto digital construyen el vínculo de otra manera. El matrimonio de Shakira con el futbolista Gerard Piqué, que eran famosos antes de que existiera Instagram, escatimó las imágenes del amor mientras fueron felices. Sus hijos eran desconocidos hasta que el odio que se prodigan de sus progenitores puso el régimen de visitas a discusión de cualquiera.

Mientras las canciones de amor de Shakira eran universales, las del divorcio tuvieron destinatario personal. Incluso desparramó el peor despecho en el canal de YouTube del músico Bizarrap, tirando a la prensa internacional el anzuelo donde enhebró los pellejos de su ex y su nueva pareja.

Rosalía, en cambio, prefirió cantar al amor en dúo con su prometido y “El beso” consiguió en menos tiempo el doble de vistas que el híper promocionado despecho de la colombiana.

Hoy, que Rosalía sufre el momento más duro de la separación, el archivo sólo devuelve imágenes enamoradas: Rosalía recibiendo su anillo de compromiso, Rosalía tirando besitos a su enamorado desde la cama, Rosalía cantando “Tuya”. También es amor la Rosalía de la voz quebrada cantando en su gira “yo necesito otro beso, uno de esos que tú me das”.

El derecho a la vanidad, universalizado

La gran diferencia entre los amores que antes seguíamos por la prensa y que ahora se cuentan en digital es la accesibilidad del archivo. La huella digital es implacable y devuelve todo, especialmente aquello que preferiríamos olvidar. Rosalía y Shakira nos brindan un inmejorable manual de cómo administrar aquello por lo que nos van a recordar.

La colombiana dejó a la prensa unas pocas imágenes descremadas de su felicidad y, en cambio, reveló con detalles las miserias de su infelicidad. Rosalía deja a los otros los rumores mientras calladita sigue facturando en sus canales las vistas de sus besos y canciones.

Aunque ya sabemos lo poco que dura el amor eterno en la vida real, en las redes puede durar por siempre. Igual que el odio, especialmente cuando es lo que preferimos alimentar.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/conversaciones-de-domingo/interaccion-parasocial-el-amor-eterno-de-las-redes-sociales-nid07082023/

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