El lunes 24 de julio, Francia le dio el último adiós a Jane Birkin, su británica favorita, en un funeral en el que, además de sus hijas, Charlotte Gainsbourg (52) y Lou Doillon (40), sus nietos, Ben y Alice, hijos de Charlotte, Marlowe, hijo de Lou, y Roman, hijo de Kate Barry, la hija mayor de Birkin que murió en 2013, presentaron sus respetos a la actriz y cantante celebridades del cine y la música como Catherine Deneuve, Carole Bouquet, Étienne Daho, Chiara Mastroiani, Charlotte Rampling, Vanessa Paradis e Isabelle Huppert, la primera dama, Brigitte Macron, y la ministra de Cultura de Francia, Rima Abdul Malak. La ceremonia, celebrada en la iglesia de Saint-Roch de París –con el patio delantero cubierto de flores, una muestra del amor de los franceses por uno de sus íconos más emblemáticos–, y reservada para los familiares y amigos más cercanos, comenzó con las sentidas palabras de sus hijas, que la despidieron como a Jane le hubiera gustado. “Gracias por habernos querido tanto (…) Puedo ver sus almas en pena. Ya puedo ver el vacío que nos deja. Es mi mamá, nuestra mamá, vuestra mamá”, leyó Charlotte, que también citó una de las canciones favoritas de su madre. Lou, por su parte, embargada por la emoción, relató momentos compartidos y agregó: “Mamá, gracias por todas estas aventuras. Gracias por no haber sido razonable y dócil…”. Al final, el féretro fue traslado al cementerio Père Lachaise de la capital francesa, al son de “La Javanaise”, mientras la multitud que se instaló fuera de la iglesia frente a una pantalla gigante que mostraba un retrato en blanco y negro de Jane Birkin sonriente, aplaudió por varios minutos y cantó “Et quand bien même”. Fue una despedida conmovedora, tanto como la que tuvo lugar en el 5 bis de la Rue de Verneuil, el lugar en el que Jane vivió con Serge Gainsbourg cuando eran la pareja más chic y transgresora del mundo, donde miles de personas y fans se acercaron espontáneamente a dejar un ramo de flores, un mensaje de amor o prender una vela.