Para los investigadores locales el caso parecía de fácil resolución. Se encontró el cuerpo de una mujer golpeada y estrangulada y enseguida se detuvo al sospechoso, la expareja de la víctima. Pero el expediente por la muerte de la periodista Griselda Blanco en Curuzú Cuatiá no sería de tan rápida resolución. La familia de la mujer reclamaba una pesquisa más profunda, que incluyese las denuncias públicas que realizó en los últimos años por supuestas irregularidades en el manejo de fondos públicos en esa ciudad correntina.

Es que la periodista realizó diversas denuncias públicas, entre ellas, contra un comisario de la policía provincial por abuso sexual y también por un caso de mala praxis en el hospital “Dr. Fernando Irastorza”, donde murió una amiga, entre otras, y sus allegados aseguraron que “recibía amenazas”. Tras conocerse el crimen, desde la Federación de Trabajadores de Prensa (Fatpren) exigieron a la Justicia “una investigación transparente para el esclarecimiento urgente del hecho”, al igual que desde la Asociación de Periodistas de Corrientes (APC).

Por eso se puso en acción a un equipo de investigadores de la Policía Federal que dieron un giró a la investigación. Fue arrestado anoche un empresario local, que presuntamente mantenía una relación sentimental con la víctima.

Fuentes oficiales confirmaron a LA NACION que fue detenido un sospechoso identificado como Darío Alfredo Holzweissig. El primer indicio que llevó hacia ese presunto autor del crimen fue el testimonio de los hijos de la víctima, quienes señalaron a los detectives de la División Homicidios de la Policía Federal que su madre mantenía con ese hombre una relación que definieron como “tóxica”.

Con esa información inicial, los agentes de la PFA que se desplazaron hacia Curuzú Cuatiá contaron el apoyo de divisiones tecnológicas de esa fuerza de seguridad federal para dar con elementos que constituyesen pruebas suficientes para sostener una teoría del crimen. Y al revisar las cámaras de seguridad llegó el dato que colocó al ahora detenido en los alrededores de la escena del homicidio de Blanco.

Pudo observarse en las grabaciones que Holzweissig había regresado con su automóvil en la madrugada a su casa el día del crimen, el 20 del actual, y que ese vehículo fue localizado antes en las cercanías de la vivienda de la mujer asesinada. El rastreo del vínculo entre la víctima y el posible asesino marcó que la relación había empezado en forma comercial y que derivó en un contacto sentimental.

Una de las sospechas de los investigadores es que el detenido no habría querido avanzar con el vínculo afectivo dada su relación estable con otra mujer y que en esas circunstancias una discusión habría derivado en el femicidio de Blanco.

El cuerpo de la periodista correntina fue encontrada en su casa el 20 del actual. Había sido sometida a una golpiza, apuñalada y estrangulada con un cable. Los accesos a la vivienda no mostraban signos de violencia, por lo que los investigadores apuntaron entonces al círculo de allegados a la mujer, por lo que la fiscalía ordenó el arresto de su expareja. Todo cambió en la causa con la llegada de la pista seguida por los detectives de la Policía Federal.

Tampoco se pensó en un posible robo seguido de muerte, dado que solo faltaba un elemento de cierto valor en la casa: el celular de la víctima. Un teléfono de esas características fue encontrado desarmado en la allanada casa de Holzweissig. Los peritos de la PFA intentarán ahora encontrar nuevas pruebas al analizar el teléfono del hombre arrestado, que es dueño de un boliche en Curuzú Cuatiá.