La Policía Federal Argentina (PFA) informó este viernes por la mañana la detención de los autores de las múltiples amenazas de bomba que se registraron esta semana en la ciudad y la provincia de Buenos Aires en estaciones de tren y de subte y en distintos establecimientos nacionales, entre ellos la Casa Rosada.

Según se difundió oficialmente, detectives de la Superintendencia de Investigaciones Federales arrestaron en el marco de numerosos allanamientos realizados en el conurbano bonaerense a un grupo de jóvenes sospechados de estar detrás de los llamados de alerta, principalmente dirigidos a distintas estaciones de tren, entre ellas las de las líneas Roca y Sarmiento, y del subte porteño.

De acuerdo con lo confirmado por LA NACION, las amenazas no afectaron únicamente al transporte público, sino que también afectaron a establecimientos nacionales como la Casa Rosada, el Congreso de la Nación, la Cámara Electoral, instituciones educativas e incluso a funcionarios de primera línea del gobierno nacional. En esa línea, los voceros de la PFA señalaron que fueron enviadas amenazas al búnker de Sergio Massa durante las últimas elecciones presidenciales y al juez federal que se encontraba en esos momentos en turno.

La investigación llevada a cabo por los funcionarios policiales -con la colaboración de especialistas de áreas de Antiterrorismo y Cibercrimen-, bajo la dirección del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal N° 10 a cargo del Dr. Julian Ercolini, Secretaria N° 20 del Dr. Fernando Pascual, permitió establecer que las amenazas eran realizadas a través de varias líneas telefónicas de la empresa Telecentro, las cuales utilizan una nueva tecnología que canaliza las llamadas a través de una conexión a internet.

Los peritos determinaron que “parte de los detenidos se dedicaban a hackear las cuentas de los clientes de la empresa, gestionándoles -sin su consentimiento- nuevas líneas telefónicas a su nombre, las que luego eran vendidas al mejor postor en el mercado negro de la Deep Web”, señalaron las fuentes y agregaron: “En ese ámbito, el sospechoso luego de adquirir líneas fraudulentas a nombre de terceros, utilizaba redes Wi-Fi públicas para realizar los llamados intimidatorios; evitando de este modo ser rastreado”.

A pesar de la maniobra explicada, los detectives lograron establecer la existencia de algunos patrones comunes de conexión que resultaron ser la “punta del ovillo” que derivó en múltiples intervenciones telefónicas realizadas en tiempo real, la identificación de los autores y su posterior arresto.

Allegados a la investigación refirieron que -hasta el momento- se identificaron al menos unos 30 hechos de amenazas relacionados a los detenidos, en tanto que se estimaron pérdidas millonarias por la suspensión de los servicios afectados.