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“No podía quedarme callada”. Quién es la madre que increpó Axel Kicillof en Junín porque no se cumplen los 180 días de clases

El miércoles 12, durante el cierre de las Jornadas por el Derecho al Futuro en la provincia de Buenos Aires, en la Universidad Nacional del Noroeste (UNNOBA), en Junín, Catalina Guerrico (49), in...

El miércoles 12, durante el cierre de las Jornadas por el Derecho al Futuro en la provincia de Buenos Aires, en la Universidad Nacional del Noroeste (UNNOBA), en Junín, Catalina Guerrico (49), ingeniera agrónoma y madre de cuatro hijos de entre 21 y 13 años, tomó la palabra y frente a un auditorio lleno de simpatizantes del gobierno y reprochó al gobernador Axel Kicillof la inobservancia del calendario escolar: “El derecho a los 180 días de clases no se está cumpliendo”, grito mientras el funcionario hablaba. Comenzaron los silbidos y abucheos ¿La respuesta del funcionario?: “No pero... esperá ahora, después te atendemos”. Enseguida su reclamo se hizo viral en las redes sociales.

“Para mí, no sabía qué decirme. Ellos estaban en un ambiente kirchnerista y no se imaginaron que alguien lo iba a cuestionar. No sabían qué decirme”, cuenta Guerrico a LA NACION.

No es la primera vez que el mandatario provincial es increpado en público. Hace un mes, durante un acto en Brandsen, mientras daba su discurso sufrió una interrupción similar. Una vecina de la localidad subió al escenario para cuestionar los dichos de Kicillof y reclamar por educación y la salud. “No hay hospitales, no tenemos seguridad” y “los chicos no aprenden nada en el colegio” fueron algunas de las cosas que exclamó antes de que los guardaespaldas la bajaran del escenario con un corto forcejeo.

Pero el caso de Guerrico es particular. “Mis hijos van a una escuela privada. Cuando comenzó la pandemia, cuando no había clases en ningún lado, los padres empezamos a reclamar. Algunos nos juntamos en un grupo que se llama Padres Organizados. Principalmente éramos madres de la zona, de Lincoln, y otros pueblos cercanos como Roberts, Coronel Martínez de Hoz... con hijos en distintas escuelas pero con un mismo pedido: que se abran las escuelas. Después los chicos de las escuelas privadas arrancaron, pero el resto no. En ese momento, me llamó la atención que cuando proponíamos ir a reclamar, mucha gente decía que no porque no quería tener problemas o porque tenían miedo de las represalias contra sus hijos. En los pueblos todos nos conocemos... Nadie quería poner la cara, entonces las madres que teníamos a los hijos en escuelas privadas decidíamos hacerlo. Íbamos nosotras, en nombre de Padres Organizados”.

-En solidaridad con las madres que tenían hijos sin clases.

-Sí, me solidaricé porque nos dolían las cosas que nos contaban. Por ejemplo, habían empezado las clases y la profesora física, por decir un caso, nunca había vuelto a dar clases. Entonces, íbamos a preguntar a la autoridad si estaba de licencia y en ese caso, porqué no se ponía una suplente.

-Claro, no deja de ser llamativo que sin tener un hijo en la escuela pública usted alce la voz por esa causa, ¿qué la moviliza?

-Me motiva pensar qué país van a recibir mis hijos si hay tanta desigualdad. Creo que todos merecemos las mismas posibilidades. Cuando yo era chica, había una señora que trabajaba en mi casa y hoy tiene una hija que es abogada, que hoy ya es una señora, y le va bárbaro. Logró ascender. Lamentablemente, hoy siento que los chicos no tienen esas posibilidades que existían hace 40 o 50 años. Y eso me duele.

El acto: “No podía quedarme callada”

-¿Cómo llega a la Jornada por el Derecho al Futuro?

-Hace unos días, alguien subió en las redes el flyer que anunciaba una Jornada por el Derecho a la Educación. Se hacía en Junín, a 60 kilómetros de acá. Y pensamos: “Esto es lo que nosotros afirmamos, ¿vamos a ver de qué trata?”. Y nos anotamos online.

-¿Cuántos padres eran?

-Al principio, queríamos ir varias, pero terminamos siendo dos. El miércoles fuimos Dolores y yo.

-¿Qué pasó durante la jornada?

-Comenzó a las 13. Hubo distintas mesas. En la primera estuvo Carlos Bianco, el Jefe de Asesores de la provincia de Buenos Aires. Cuando empezó a hablar me di cuenta que estábamos en un acto de campaña. Después hablaron otros de cosas más específicas de educación, cosas que nosotras estábamos de acuerdo, pero nos llamó la atención que lo hablaban como si fuese una realidad de la provincia...

-Por ejemplo

-Hablaron de los ATR y de cómo iban a buscar a los chicos para que vuelvan a las escuelas... ¡y eso yo nunca lo vi! Tampoco supe de casos donde haya sucedido. Según el cuento de ellos, todo lo que habían hecho era maravilloso. Nosotras no podíamos creer lo que decían, no era cierto. Lo que ellos contaban era un ideal, lo que todos queremos, el problema es que lo querían hacer pasar como si hubiera sido la realidad y nosotras sabíamos que no era así.

-Y llegó el turno de Axel Kicillof.

-La mesa en la que estaba el gobernador comenzó cerca de las 18. Primero habló Alberto Sileoni y ahí sentí que no me podía quedar sin hacer nada. No decir nada era avalar lo que estaban diciendo y no puedo aguantar la mentira. Que me digan que en este gobierno no hubo paros cuando todos sabemos que no es así, era demasiado. No lo podía soportar. Me paré y levanté la mano. Me preguntaron si podía dejar mi pregunta para el final. Me volví a sentar. Se me acercó la gente de seguridad y me preguntaban qué era lo que quería decir, pero no les dije nada. Me propusieron hablar con Carlos Bianco y me negué. Quería decirle lo que pensaba al gobernador.

-Y lo hizo.

-Sí, me levanté y dije: “Los 180 días de educación no se están cumpliendo en ninguna escuela de la provincia de Buenos Aires”. Como eran todos partidarios, empezaron a gritar “mentira”. Yo respondí: “Yo soy una madre, sé lo que pasa, digan lo que quieran”.

-¿Quién la filmó?

-Dolores, ella me decía “cuando hables nos van a echar” y me pedía que aguante, que era importante escuchar lo que decían. No nos echaron. Cuando salimos se nos acercó una chica de ceremonial y nos pidió un teléfono para ponerse en contacto con nosotros. Nos llamaron y escucharon nuestro reclamo. Algo que no es poco, porque desde la red de Padres Organizados hemos pedido reuniones, pero no nos atienden. Así que valoramos que nos hayan escuchado.

-Usted asegura que los 180 días de clases no se cumplen.

-El ausentismo docente es enorme. Hay maestros que dan clases una vez por semana y se piden licencia todo el cuatrimestre. Son constantes los mensajes que reciben los padres avisando que los chicos salen dos horas antes porque el docente faltó. Sucede todas las semanas. En un momento luchábamos para no dejen irse a a casa a los chicos porque tiene que haber una continuidad pedagógica. De hecho, hay madres que los dejan en la escuela y en ese tiempo, sin el docente, los ponen a mirar películas, no les dan actividades o tarea. Esa es la realidad. Después te hablan de igualdad y sin educación no hay igualdad. El colegio además de darte conocimientos te enseña una disciplina, tenés que cumplir un horario. Ese mensaje los chicos no lo tienen porque sus maestras no lo hacen. Cuando se piden una licencia, el mensaje que los chicos reciben es “está bien no trabajar mucho”, “está bien faltar al trabajo”, “si hace frío no hay clases” “si hace calor no hay clases”... y ese mensaje, el del ejemplo, queda grabado en el inconsciente de los chicos. Cuando nosotros éramos chicos no había calefacción en el colegio e íbamos igual, no pasaba nada. Yo me moría de frío pero nunca me importó, lo importante era ir y aprender.

-Hace un mes, una mujer con un reclamo similar al suyo cuestionó al gobernador, dijo que los chicos no aprenden en las escuelas.

-El “aprueban todos” es otro de los temas que me preocupa. Con ese criterio, por el solo hecho de que pase el tiempo, después de seis años el chico termina la primaria. Ahora, si sabe leer, escribir o comprender un texto, a nadie le importa. Después de seis años el sistema te patea: si no aprendiste es problema tuyo.

-¿En qué falla el sistema? ¿Qué es lo que falta?

-Falta un gobierno que ponga orden. ¿Quién controla las licencias? Nadie. Tratamos de averiguar quién es el médico que las firma y quién las valida, pero las licencias van directamente a La Plata y nadie controla nada. No les importa, no quieren que los docentes les hagan lío.

-¿Qué expectativa tiene?

-La educación como está planteada no tiene solución. No quiero desmerecer a la educación pública, porque hay docentes que trabajan en serio, pero muchos no. Se jactan de que pusieron “la quinta hora” para recuperar los contenidos que no se dieron en pandemia, pero es una mentira, no hay docentes. ¿De qué quinta hora nos hablan si no dan las cuatro horas obligatorias? Hablan livianamente del derecho al futuro y es justamente eso lo que yo siento que le están robando a los chicos. Me desvela pensar en la cantidad de profesionales que vamos a tener en diez años. De los profesionales que hay en Lincoln, varios son de los pueblos cercanos. Estoy segura de que muchos de los chicos de esos pueblos no van a estudiar ninguna carrera universitaria, aún teniendo las posibilidades económicas para hacerlo, porque no pueden pasar un ciclo básico, no tienen las herramientas. La frustración cuando van a rendir es enorme y terminan volviendo. Entonces me hablan de futuro, de qué futuro ¿el que le robaste?

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/lifestyle/no-podia-quedarme-callada-quien-es-la-madre-que-cuestiono-axel-kicillof-en-junin-porque-no-se-nid14072023/

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