Fue en uno de los almuerzos de Mirtha Legrand, allá por los 90, que el doctor René Favaloro se refirió con precisión a las bondades que el consumo moderado de vino reporta a la salud cardiovascular. “Hay que tomar un vaso de vino durante las comidas, y se puede tomar una copa de champagne de vez en cuando –decía el creador de la técnica de bypass coronario–. Hay un estudio de Estados Unidos, el Framingham, que demostró que pequeñas dosis de alcohol pueden ayudar a que el colesterol baje un poquito”.

Cada vez son más los estudios que coinciden en señalar la existencia de beneficios del consumo moderado de vino –especialmente tinto– para la salud cardiovascular. “Los antioxidantes en el vino tinto llamados polifenoles pueden ayudar a proteger el revestimiento de los vasos sanguíneos del corazón. Un polifenol llamado resveratrol es una sustancia del vino tinto que ha llamado la atención por sus beneficios para la salud”, explican desde la prestigiosa Mayo Clinic.

Pero ahora lo novedoso es lo que plantea una nueva investigación que sostiene que esa copita diaria que recomendaba el doctor Favaloro para cuidar el corazón también sería útil para la salud sexual masculina. Más precisamente, para prevenir la disfunción eréctil, que se estima que afecta a uno de cada dos varones de entre 50 y 70 años.

“La evidencia muestra que el vino tinto, cuando es consumido en forma moderada, puede ser potencialmente benéfico para pacientes con disfunción eréctil, así como también puede influir positivamente sobre la función reproductiva gracias las propiedades vasorelajantes del vino tinto y sus propiedades antioxidantes”, escribieron los autores del estudio publicado en el Journal of Clinical Medicine.

Descripta como la incapacidad para lograr y mantener una erección lo suficientemente firme como para tener relaciones sexuales, la disfunción eréctil es una afección que comparte muchas veces factores de riesgo con la enfermedad cardiovascular. Los mismos procesos de la aterosclerosis que obstruyen el flujo de sangre y minan la función de los grandes vasos sanguíneos también afectan a los pequeños vasos del pene.

Es justamente en las paredes interiores de los vasos sanguíneos que irrigan el pene que se produce la síntesis de diversos elementos indispensables para su erección. De ahí que haya cierta lógica en el hecho de que los efectos positivos del consumo moderado de vino tinto observados a nivel cardiovascular se repliquen a nivel del sistema reproductivo masculino.

El estudio en cuestión se basó en el metaanálisis (análisis de distintos trabajos previos) de los estudios publicados sobre el tema entre 1993 y 2022. En sus conclusiones, los investigadores sugieren que son los antioxidantes presentes en el vino tinto (como los flavonoides o el resveratrol) los que colaboran con la prevención de los cambios estructurales y funcionales de los cuerpos cavernosos del pene que llevan a la disfunción eréctil.

Este nuevo trabajo está en sintonía con un estudio previo de la Universidad de Harvard–que evaluó durante 40 años la salud de 50.000 varones adultos–, que halló que quienes bebían regularmente una copa de vino tinto al día (o comían regularmente cítricos o frutos rojos) tenían un riesgo 11% menor de disfunción eréctil.

Pero el trabajo publicado en el Journal of Clinical Medicine va un paso más allá al sugerir que el mismo consumo moderado de vino tinto también tendría un impacto positivo sobre la producción de testosterona e incluso sobre la fertilidad masculina. El estudio también analizó el impacto del vino tinto sobre la sexualidad femenina, hallando que aquellas que bebían en niveles moderados tenían más deseo sexual que aquellas que bebían una copa o menos.

Al mismo tiempo, el estudio hace hincapié en el hecho de que el consumo excesivo de alcohol es contraproducente en todos los aspectos, incluido el sexual. Es que, remató Favaloro en televisión: “No salgamos de aquí convencidos de que nos tenemos que estar mamando todos los días. Porque el exceso de alcohol es perjudicial.”