Cayó “la banda del gimnasio”, que proveía drogas sintéticas que dealers comercializaban en boliches bailables de la zona oeste del conurbano. Les secuestraron casi 6500 dosis de éxtasis, tuci (la sustancia conocida como “cocaína rosa”), marihuana, LSD e incluso crack (que es una combinación de cocaína y bicarbonato de sodio que produce piedras que se calientan y se consumen por fumado), por valor de unos 52 millones de pesos en el mercado ilegal. Hay cuatro detenidos.

Según informaron fuentes policiales y judiciales, la banda usaba como fachada un gimnasio de la localidad de Caseros, partido de Tres de Febrero, donde almacenaban los estupefacientes. El dueño del establecimientos, considerado uno de los líderes de la organización, es uno de los detenidos.

El procedimiento fue realizado por la División Unidad Operativa Federal (DUOF) de la Delegación Morón de la Policía Federal Argentina, en una investigación encabezada por el fiscal Antonio Ferreras, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) N°9 temática de estupefacientes de Morón.

Fuentes judiciales indicaron a la agaencia Télam que Ferreras inició la pesquisa tras una denuncia que revelaba que se vendían drogas de diseño en el boliche “Póker”, ubicado en la avenida Presidente Perón y Cervantes, en Villa Sarmiento, partido de Morón, y en otros locales bailables de la zona oeste del conurbano.

El fiscal puso a trabajar de manera encubierta a los detectives de la PFA. Una vez colectada la prueba que incriminaba a los implicados, ordenó durante la madrugada de ayer un primer operativo para impedir el ingreso de uno de los dealers al boliche “Póker”.

Se trata de Guillermo Alberto Capo, de 36 años, señalado como uno de los líderes y distribuidores de la organización, quien según las fuentes fue arrestado en las inmediaciones de ese local bailable con 15 pastillas de MDMA (éxtasis) y 17 bolsas de tuci, que es la forma abreviada de “tucibi” (por la pronunciación en inglés de la sigla 2C-B), la sustancia conocida como “cocaína rosa”que combina los efectos alucinógenos del LSD con los eufóricos del MDMA y que se transformó, en los últimos tiempos, en una droga ligada a consumidores de niveles socioeconómicos altos.

Luego del arresto de Capo, el fiscal ordenó la detención del otro líder de la organización, que se encontraba en el gimnasio que la banda usaba como fachada y donde guardaba los estupefacientes para su posterior distribución en los boliches.

Voceros policiales indicaron que el sospechoso fue avisado por otro colaborador de la organización que fue testigo de la primera detención, y gracias a eso logró escapar.

En ese intento de arresto, el sospechoso chocó a las patrullas que lo encerraron y atropelló a un policía, que debió ser hospitalizado.

La Justicia ordenó otros tres arrestos y los allanamientos del gimnasio llamado “Capo Gym” –propiedad del detenido–, y la vivienda situada en la parte superior del local, en Mariano Moreno y Sarratea, Caseros.

“El gimnasio, en realidad, era una fachada. El verdadero negocio de esta gente era la venta de estas drogas”, dijo a Télam uno de los investigadores judiciales. Es que, según la pesquisa, allí la banda guardaba los estupefacientes para su posterior distribución en los boliches.

Allí se secuestraron 6490 dosis de éxtasis de distintas formas y colores: 1786 pastillas rosas con el logo de Nintendo, 1682 rosas con diseño de hongo, 1160 de color verde y con el símbolo de un dólar y 765 píldoras rosas similares a una botella de Coca-Cola; el resto, pastillas con forma de símbolos de escritura china, con la del as de pique o con la forma de un pingüino.

Una fuente judicial precisó a Télam que “cada dosis de éxtasis era vendida por estos narcos en alrededor de 8000 pesos”; a partir de ese dato, los detectives de la Policía Federal calcularon que la droga secuestrada está valuada en más de 52 millones de pesos.

También se incautaron 500 dosis de LSD (ácido lisérgico) en cartones troquelados con el motivo de un sol naciente o de Avatar, además de 11 piedras de crack, varias dosis de tuci –tuppers y tazas con restos de esta sustancia–, marihuana, seis balanzas de precisión, tres licuadoras, un frasco de cloro, líquido clarificante, bolsitas tipo Ziploc y 51 pequeños frascos plásticos con tapa a rosca para el fraccionamiento de las drogas, más de 120 cajas de medicamentos y hasta una llave de una caja de seguridad del Banco Galicia y una tarjeta de un banco digital, sumado a documentación de interés para profundizar la investigación.

Además de Capo, los otros detenidos fueron identificados como Patricio Leonel Alienzo, de 33 años; Nicolás Ezequiel Cobas, de 21, y Jorge Emanuel Aravena, de 27, aunque este último, según explicaron fuentes judiciales, ya recuperó la libertad por orden del fiscal debido a que es un cuidacoches a quien solo se le imputó haberle avisado al ahora prófugo sobre la detención de su socio.

Ferreras ya dispuso una serie de diligencias para poder intentar localizar y detener a este otro presunto líder de la organización, que ya fue identificado.

Los tres que quedaron presos fueron indagados por el fiscal, se negaron a declarar y quedaron imputados por el delito de “tenencia de estupefacientes con fines de comercialización”, contemplado en la Ley de Drogas, 23.737, aunque en los próximos días se les va a ampliar y agravar la acusación por todo lo encontrado en el gimnasio.