COLUMBUS, Georgia.– El expresidente estadounidense Donald Trump tildó este sábado de “ridícula” la histórica acusación federal en su contra, durante su primera comparecencia pública desde que se revelaron los cargos, y describió los 37 delitos graves que se le imputan como un ataque a sus partidarios.

Durante su intervención en una convención estatal republicana en Georgia, Trump describió su acusación por parte del Departamento de Justicia como un intento de dañar sus posibilidades de regresar a la Casa Blanca mientras hace campaña para un segundo mandato.

“Lanzaron una caza de brujas tras otra para intentar detener nuestro movimiento, para frustrar la voluntad del pueblo estadounidense”, dijo Trump, y aseguró a la multitud que al final “no van por mí, van a por ustedes”.

Se trata de una estrategia muy utilizada por Trump, el favorito para la nominación del Partido Republicano en 2024 a pesar de sus crecientes problemas legales, que también incluyen cargos penales presentados en Nueva York. Una y otra vez, ante las investigaciones, Trump trata de deslegitimar a las fuerzas del orden y presentarse a sí mismo y a sus partidarios como víctimas, incluso cuando se enfrenta a cargos graves.

Los cargos presentados el viernes lo acusan de desafiar los pedidos del Departamento de Justicia para devolver documentos clasificados y valerse de ayudantes para ocultarlos. El expresidente tenía cientos de archivos distintos ambientes de su mansión de Mar-a-Lago, donde los guardaba incluso en un salón de baile y en un baño.

Trump comparecerá por primera vez ante un tribunal federal el martes en Miami. El expresidente fue acusado junto con el ayudante de cámara Walt Nauta, un asistente personal que, según los fiscales, trasladó las cajas de un almacén a la residencia de Trump para que éste las revisara, y luego les mintió a los investigadores al respecto.

Nauta viajó con Trump a Georgia y se mostró a su lado en una parada de Waffle House, donde el expresidente firmó autógrafos, posó para fotos y les dijo a sus partidarios: “No hicimos absolutamente nada malo.”

Trump fue recibido como un héroe en la convención del partido en Georgia, donde arrancó fuertes aplausos mientras tachaba la investigación de “golpe político” y acusaba a sus enemigos políticos de lanzar “un engaño y una caza de brujas tras otra” para impedir su reelección.

“La ridícula e infundada acusación del Departamento de Injusticia de la administración Biden figurará entre los abusos de poder más horribles de la historia de nuestro país”, dijo en su presentación.

También utilizó sus declaraciones para arremeter contra el actual presidente y su rival demócrata de 2016, Hillary Clinton, a quienes acusó de malversar información clasificada e insistió en que él fue tratado injustamente por ser republicano.

Trump también insistió en el papel de Georgia en su derrota en 2020, al repetir sus mentiras de que había ganado el estado y defender sus esfuerzos por anular la victoria de Biden. Esas operaciones del entonces presidente están siendo investigadas por la fiscal de distrito del condado de Fulton, Fani Willis, quien sugirió que cualquier acusación probablemente llegaría en agosto.

La acusación por los documentos clasificados llega mientras Trump sigue dominando la carrera de las primarias. Otros candidatos atacaron en buena medida al Departamento de Justicia, en vez de a Trump, por la investigación. Pero la amplitud de las acusaciones podría hacer más difícil para los republicanos desdeñar estos cargos, en comparación con un caso penal anterior en Nueva York, que muchos analistas legales habían ridiculizado como débil.

Entre las diversas investigaciones que ha enfrentado Trump, el caso de los documentos se considera la amenaza más peligrosa y la más madura para el enjuiciamiento. Pero la continua popularidad de Trump entre los republicanos es evidente en la cautela con la que sus rivales en las primarias tratan la acusación federal.

Agencias AP y AFP