La Argentina está atravesando un momento único. En el aniversario de sus 40 años de democracia ininterrumpida se enfrenta a un nuevo año electoral que reivindica su defensa por los valores democráticos y por sus instituciones. Este hito representa una oportunidad para afirmar que, más allá de contar con elecciones periódicas, justas y limpias, la democracia requiere reglas, procedimientos sólidos y transparentes que refuercen la legitimidad del sistema.

Somos conscientes del contexto de crisis que estamos atravesando, el cual se encuentra agravado por la incertidumbre que se produce cuando hay un cambio de mandato. Si bien el rol del Estado Nacional es crucial para poder dar respuestas, también es sustancial la contribución que se puede lograr desde los niveles provinciales y locales de gobierno. Es allí donde las elecciones presentan un escenario de oportunidad hacia una mejor calidad democrática, que se construye en base a los ejemplos que pueden surgir de cada realidad local.

Lograr que cada administración entrante en un gobierno, ya sea local, provincial o incluso nacional, pueda seguir construyendo sobre los avances de la administración saliente, ayuda a que los problemas estructurales que enfrentamos se puedan resolver eventualmente. Sabemos que no es sencillo. Las lógicas político-partidarias muchas veces se interponen a que haya un final ordenado de una administración y un comienzo sin sobresaltos en la gestión entrante.

Hay un sentido de urgencia que nos impulsa a levantar la voz y actuar. Por eso, en este contexto, desde Cippec y RIL, dos organizaciones con años de experiencia trabajando con quienes lideran gobiernos locales y provinciales, impulsamos una serie de principios y compromisos para una transición responsable de gobierno, porque creemos que debemos fomentar y llevar adelante cambios de gestión enfocados en el bienestar de la ciudadanía.

Los principios son: respetar la voluntad popular, garantizar la continuidad a los servicios esenciales, asegurar la disponibilidad de información sobre la gestión, cooperar y dialogar constructivamente, rendir cuentas, priorizar la continuidad de las políticas de Estado y promover espacios de participación.

Invitamos, sobre la base de estos principios, a gobiernos salientes y entrantes a sumarse a este compromiso.

Para los equipos salientes eso implica: realizar un balance de su gestión, generar mesas de diálogo con el equipo entrante, poner a disposición todo el conocimiento e información relevante sobre lo realizado durante su período de gobierno, y sistematizar y entregar toda la información necesaria y crítica para la gestión entrante. Para los equipos entrantes eso implica: llevar a cabo mesas de diálogo -y escucha activa- con el equipo saliente, y analizar con una perspectiva situada, comprensiva de la realidad y con rigor técnico todo lo realizado en gestiones anteriores, reconociendo los éxitos alcanzados.

La democracia en la Argentina es más que tener elecciones cada dos años, implica también alternancia en el poder y reglas del juego claras. Debemos aprovechar la cercanía que generan las ciudades y provincias para facilitar el encuentro, el diálogo y la construcción colaborativa. Confiamos en que los ejemplos de transición responsable y ordenada que buscamos visibilizar puedan inspirar a todo nuestro sistema político a comprometerse, cada uno desde su lugar, a construir el país que queremos.

Por eso, en este 9 de julio, creemos que promover #TransicionesResponsables es una forma esperanzadora de honrar nuestra independencia y seguir fortaleciendo nuestra democracia.

¿Te sumás?

Díaz Langou, Directora Ejecutiva Cippec; Irazusta, Directora Ejecutiva RIL