Este miércoles, el gobernador de Texas, Greg Abbott, anunció a través de sus redes sociales que había enviado un autobús lleno de inmigrantes a Los Ángeles. Según declaró, tomó esa medida porque algunas ciudades fronterizas de su estado se encuentran rebasadas por los indocumentados. Asimismo, enfatizó que el traslado fue a California debido a las políticas progresistas que sus autoridades implementan en temas migratorios.

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Abbott se unió a los esfuerzos que los republicanos han hecho para llamar la atención sobre la política fronteriza en EE.UU. que lleva a cabo la administración Biden. Dentro de estas acciones, se encuentra el envío de miles de inmigrantes a la casa de la vicepresidenta Kamala Harris, en Washington, así como a otras ciudades gobernadas por demócratas, en las que se incluyen Denver, Chicago y Filadelfia.

“Texas acaba de dejar el primer autobús de inmigrantes en Los Ángeles. Las pequeñas ciudades fronterizas de Texas siguen invadidas y desbordadas porque Biden se niega a asegurar la frontera”, escribió el republicano en su cuenta de Twitter. Además, agregó que decidió enviarlos a esa ciudad porque es un lugar al que “los inmigrantes quieren ir, sobre todo ahora que sus dirigentes han aprobado su autoproclamado estatus de santuario”. El grupo trasladado estaba conformado por 42 personas, entre ellas había niños de hasta dos años. La mayoría de la gente es originaria de Venezuela, Honduras y Guatemala, según informó ABC.

Al respecto, Karen Bass, alcaldesa de Los Ángeles, se pronunció mediante un comunicado y rechazó las acciones de Abbott. Además, acusó que había “utilizado a seres humanos como peones en sus juegos políticos baratos”. La funcionaria advirtió que la estrategia del gobernador no la tomó “por sorpresa” y que tampoco la intimidó: “Poco después de asumir el cargo, ordené a varios departamentos de la ciudad que comenzarán a planificar en caso de que Los Ángeles fuera el receptor de un truco despreciable con el que los gobernadores republicanos se han encariñado tanto”.

Por su parte, Angélica Salas, directora ejecutiva de la Coalición por los Derechos Humanos de los Inmigrantes (CHIRLA, por sus siglas en inglés) en California, detalló al medio citado que se habían enterado de que el autobús estaba en camino y recibieron a los inmigrantes “con humanidad y dignidad”: “No podemos controlar lo que hace el gobernador Abbott en Texas, pero aquí, en la ciudad de Los Ángeles, actuamos de manera diferente”.

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El autobús de inmigrantes que llegó a California detonó en una discusión entre los partidos políticos de Estados Unidos. Los republicanos aseguran que el traslado solo responde a la creciente inmigración, mientras que los demócratas sostienen que sus contrincantes usan a los solicitantes de asilo para sus aspiraciones personales, detalló Político.

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El polémico traslado organizado por Abbott se da a tan solo unos días de que el gobernador de Florida, Ron DeSantis, enviara a un grupo de inmigrantes a California en un avión privado, lo que despertó el enojo de los gobernantes del Estado Dorado. El fiscal general californiano, Rob Bonta, afirmó que podrían acusar al precandidato presidencial estadounidense de secuestro, en caso de demostrarse que los indocumentados fueron engañados al momento de subir a la aeronave. Por su lado, el gobernador de California, Gavin Newsom, se refirió al floridense como “patético hombrecito”.