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Ser con otros

Hay algo de nuestra vida cotidiana que tiene el poder de transformar por completo nuestra salud y bienestar ¿Qué creen que es? Sí, claro, ejercitarnos, comer bien y dormir están muy arriba en l...

Hay algo de nuestra vida cotidiana que tiene el poder de transformar por completo nuestra salud y bienestar ¿Qué creen que es? Sí, claro, ejercitarnos, comer bien y dormir están muy arriba en la lista, pero hay algo aún más poderoso. Para acceder a esta fórmula no hace falta dinero ni status, pero sí tiempo, decisión y sacar la cabeza de nuestro metro cuadrado: se trata de la conexión social. Nuestras relaciones con los otros alargan, literalmente, nuestra vida. Sin embargo, y por una multiplicidad de factores, estamos atravesando como humanidad lo que la Organización Panamericana de la Salud nombra como una epidemia silenciosa de soledad en el medio de la era de la hiper conexión global, con consecuencias graves y directas en nuestro bienestar individual y como sociedad.

El tema es tan complejo, que en Japón y el Reino Unido tienen Ministerios de la Soledad y el Foro Económico Mundial lo nombró entre las tres principales amenazas para la economía global, por los problemas de salud que ocasiona en la población.

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Además de mejorar y cuidar nuestra salud mental, tener relaciones significantes con otros y pasar tiempo con ellos, mejora nuestra salud física disminuyendo el riesgo de desarrollar cardiopatías, hipertensión, demencia, depresión y diabetes. ¿Ya salieron corriendo a agendar encuentros? Si todavía quieren más evidencia, acá va: el aislamiento social incrementa la mortalidad prematura en un 30%, lo mismo que fumar 15 cigarrillos por día. La soledad también aumenta el riesgo de tener enfermedades coronarias y accidentes cerebrales en un 29% y 32%, respectivamente. Las redes de personas más pequeñas que la media, también están asociadas al incremento de riesgo de padecer diabetes tipo 2. Cuando hablamos de adultos mayores, la soledad crónica puede aumentar el riesgo de desarrollar demencia hasta en un 50%. Perdón tantos números y pálidas, pero no nos tomamos esto en serio, o priorizaríamos esos contactos que relegamos tantas veces atrapados por pantallas o por la vorágine diaria.

Como hay evidencia de lo negativo, también existen vastos trabajos sobre los beneficios de aumentar nuestras conexiones sociales significativas. Por ejemplo, estar más conectados socialmente mejora nuestra respuesta ante el stress y minimiza los efectos negativos del stress en nuestra salud. Las personas con fuerte sentido de pertenencia a grupos y comunidades, son 2,6 más veces proclives a experimentar buena o excelente salud que los que no cuentan con esto. Frecuentar periódicamente a nuestras amistades está íntimamente ligado con la sensación de felicidad, y las cosas que hacemos ligadas al disfrute, se quedan grabadas como experiencias significativas mucho más cuando las compartimos con quienes nos importan y a quienes les importamos. Ya saben, podemos sumarlo a la lista de “cosas obvias que sabemos que nos hacen bien y que subestimamos”, o correr a honrar a esta fórmula mágica que es pasar por esta vida en profunda relación con otros.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/economia/negocios/ser-con-otros-nid07102023/

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