Una vez más, el Gran Premio de Mónaco de Fórmula 1, una de las citas deportivas favoritas de los Grimaldi, se convirtió en una verdadera fiesta donde los autos, auténticas joyas de competición, y sus pilotos de élite se dieron la mano con la realeza y un sinfín de celebridades. El sábado, día de clasificaciones, el príncipe Alberto llegó al circuito acompañado por sus sobrinos Charlotte y Andrea Casiraghi y Alexandra de Hannover, así como de las respectivas parejas de estos dos últimos, Tatiana Santo Domingo y Ben Sylvester Strautmann.

También se sumó la nueva generación de los Grimaldi, que avanzó con Sacha Casiraghi (el primogénito de Andrea) y Raphaël Elmaleh (9 años, fruto de la relación de Charlotte con el cómico francés Gad Elmaleh) e hicieron las delicias del público con su desenfado y curiosidad por los autos de carrera. El domingo, en tanto, también asistieron la princesa Charlene, el cineasta Dimitri Rassam (marido de Charlotte), Louis Ducruet (hijo de Estefanía) y su mujer, Marie Chevallier, y los otros dos hijos de Andrea, India (7) y Max (4). Esta fiesta deportiva es una gran oportunidad de ver cuánto crecieron los nietos de Carolina de Mónaco, ya que no suelen hacer apariciones públicas. Quizá por sus edades similares, se notó la gran complicidad que existe entre Sacha y Raphaël: inseparables, caminaban siempre juntos mientras compartían confidencias. India, más reservada que su hermano mayor, recorrió el circuito tomada de la mano de su mamá, Tatiana Santo Domingo, y su hermano menor, Max.

Más allá de la familia real monegasca, también se vio por los boxes al actor Tom Holland, que estuvo acompañado por su hermano menor, Paddy. El joven de 18 años sigue los pasos del protagonista de Spiderman en el mundo de la interpretación. Su último trabajo fue en la película de ciencia ficción Agencia Lockdown. Además, se los vio al futbolista Neymar, el actor Orlando Bloom, la cantante Kylie Minogue y la top model Alessandra Ambrosio, entre otras celebridades. El toque de realeza internacional, en tanto, lo aportaron Mike y Zara Tindall: la hija de la princesa Ana de Inglaterra se mostró fascinada con el mundo del automovilismo.

En esta cita tampoco faltó el glamour propio de las mujeres de la casa real monegasca. Mientras Alexandra de Hannover optó por looks juveniles con estampas y toques preppy a través de sus accesorios, sus cuñadas Tatiana Santo Domingo y Beatrice Borromeo dieron la nota con equipos frescos (en el caso de la mujer de Andrea) y clásicos (en cuanto a la mujer de Pierre Casiraghi).

Sin embargo, la apuesta más comentada fue la que hizo Charlotte durante la primera jornada. Acompañó su pantalón cigarrette con una llamativa remera de Chanel, firma de la que ella es musa y embajadora, que cuesta 4600 euros. Se trata de una prenda que forma parte de la colección crucero 2022/23 de la maison y que tiene un llamativo dibujo que rinde homenaje a la Fórmula 1 e incluye el número cinco, tan significativo dentro de la firma. Es muy parecida a la que llevó días atrás la influencer Madeleine White y que se volvió viral, a tal punto que algunas tiendas ya empezaron a vender imitaciones.