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Renovó un viejo servicio y abrió sedes en España, Chile y EE.UU.

Alejandro Velarde cumplió la fantasía de muchos empleados. Recién había entrado en su trabajo nuevo, en una remisería, cuando se le ocurrió una idea: usar el vehículo que le dieron, un Fiat ...

Alejandro Velarde cumplió la fantasía de muchos empleados. Recién había entrado en su trabajo nuevo, en una remisería, cuando se le ocurrió una idea: usar el vehículo que le dieron, un Fiat Doblò de siete asientos, para hacer viajes a Ezeiza. “Se lo dije al dueño con una caradurez total, a los dos meses de entrar. Se me mató de risa. Obvio, el que sabía era él”, le cuenta Velarde a LA NACION. Un tiempo después, esa idea se iba a convertir en un negocio propio y exitoso, con sedes en España, Chile y Estados Unidos.

En 2018, Velarde, ingeniero industrial, perdió su trabajo en una fábrica, por una política de reducción de personal. Sin embargo, como tenía registro de conducir profesional, decidió aplicar a una remisería. Y logró entrar. “Me encantaba el auto que me dieron, ese Fiat de siete asientos, nunca había visto uno así, y me pareció que las familias lo podían necesitar para ir al aeropuerto. El taxi les suele quedar chico, y las vans suelen ser demasiado grandes. Este vehículo era perfecto”, dice Valerde. Tanto le gustó, que lo compró. Pero apenas lo compró, la remisería quebró.

“Para comprar ese Fiat, vendí el auto que tenía y tomé un préstamo. Ni bien me lo entregan, me entero que la empresa quiebra y no puedo trabajar”, dice Valerde. Sin trabajo y con una deuda, al hombre le quedaba una sola opción. “Vas a poder probar tu idea”, le dijo su exjefe.

Y Valerde hizo exactamente eso. Pensó un nombre, “Van al aeropuerto”, por el juego de palabras, abrió cuentas de redes sociales y una página de internet. “En una semana tenía todo montado y empecé a trabajar solo. Conseguía clientes de Mercado Libre, y otros que me recomendaban”, dice. En poco tiempo, según cuenta, ya tenía más demanda de la que podía manejar él solo.

“Van al aeropuerto” tiene hoy 40 choferes, además de 10 personas que trabajan en la administración de la empresa. Realizan 60 traslados diarios en promedio, lo que se traduce en unos 1.800 viajes al mes, movilizando más de 5.000 pasajeros mensuales. Cuando arrancaron, cobraban alrededor de $1200 el viaje a Ezeiza, hoy cobran $20.800 por viaje. Un taxi o un Cabify sale la mitad, con la mitad de espacio.

El momento clave

Justo cuando el modelo de negocios despegaba, surgió un nuevo conflicto que amenazaba la actividad. La empresa ya trabajaba con protocolos de seguridad desde fines de 2019, cuando empezaban a conocerse casos de Covid-19, sobre todo en países europeos. “Nadie quería trabajar con los italianos, por ejemplo, porque allá se dio uno de los primeros brotes. Nosotros nos adaptamos, con alcohol en gel y los cuidados necesarios, y seguimos”, dice Velarde. La cuarentena, sin embargo, los hizo parar.

Pero solo fue por un momento. “Cortamos una semana, y cuando vimos que estábamos dentro de las actividades esenciales, averigué todo sobre los permisos y salí yo, un día, con la van, hasta un puesto donde había gendarmes. Les pregunté si con mis papeles podía trabajar y me dijeron que sí. Ahí arrancamos una etapa que no tenía tanto que ver con hacer plata, pero sí con lo humano. Congelamos las tarifas y empezamos a ir a donde hacía falta, a buscar varados a donde sea que nos pedían”.

Fueron hasta el Chaltén, por ejemplo, a buscar a dos turistas ingleses, por pedido de la Embajada Británica en la Argentina. Si esos dos turistas se perdían el último vuelo de British Airways desde Buenos Aires, quedarían varados en la Patagonia. “Tuvimos que negociar cargar nafta con el intendente del Chaltén, porque claro, tenían poca y tenían que racionarla. Por suerte ese viaje salió”, dice Valerde.

Fueron hasta Paraguay, varias veces, también. Cuando se cancelaron los vuelos desde Buenos Aires, muchas personas cambiaron sus vuelos para salir desde Asunción. “Van al aeropuerto” entonces hacía traslados hasta Formosa, y de ahí, los apsajeros cruzaban a Paraguay. “Lo llevamos a Nazareno Casero, por ejemplo, que tenía que presentar la serie de Maradona en Estados Unidos. Le gestionamos todo el traslado de ida y de vuelta, ni siquiera Amazon Prime podía resolverle el viaje”, cuenta.

De la pandemia, la empresa salió ganando, de alguna manera. “Entramos siendo poco conocidos, y salimos con el doble de choferes y muchos clientes muy queridos”, dice Valerde.

Diferencial

Cuando se le pregunta por las dificultades de emprender en la Argentina, Valerde no duda. Las trabas a las importaciones hacen difícil conseguir repuestos para algunos de los vehículos, y también hacen difícil renovar algunos autos. Este año, de hecho, la empresa jubiló la van con la que empezó y compró otra, un vehículo utilitario, eléctrico, de cero emisiones y una capacidad de carga de 650kg, pero no fue fácil.

“Pudimos comprarlo gracias a un préstamo que nos dio Ualá, de $20 millones. Pero además, justo cuando teníamos el préstamo, no quedaban más modelos, y la empresa no iba a importar más. Por suerte conseguí uno de otra empresa, que había comprado dos y no los había usado”, cuenta Valerde.

El director de “Van al aeropuerto” se lamenta también por la dificultad para hacer cobros a extranjeros. “Si no tienen efectivo, pierden plata por los tipos de cambio. Esto hace que seamos una empresa para argentinos, lo que no tiene nada de malo, pero es raro que a los turistas se les dificulten estas cosas”. Mientras, la empresa abrió sedes en tres países: Chile, España y EE.UU.

“En la Argentina se viaja mal”, reflexiona el emprendedor. “Los niños tienen que viajar en butaca infantil, por eso ofrecemos una gratis, de calidad. Los pasajeros no tienen la culpa si la aerolínea les cambia de aeropuerto, o retrasa el vuelo, por eso vamos siguiendo el vuelo y no cobramos espera. Hace 70 años que los viajes se hacían de la misma manera. Más allá de nuestras vans, estas son las cosas que para nosotros son un diferencial”.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/economia/negocios/renovo-un-viejo-servicio-y-abrio-sedes-en-espana-chile-y-eeuu-nid16112023/

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