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Reina animal: filmar sin impactar en el medioambiente

Las consecuencias del calentamiento global generan justificadas alarmas que las organizaciones ambientalistas encienden con insistencia. La industria de la producción audiovisual, uno de los secto...

Las consecuencias del calentamiento global generan justificadas alarmas que las organizaciones ambientalistas encienden con insistencia. La industria de la producción audiovisual, uno de los sectores estrella de la economía en esta época de veloces transformaciones tecnológicas, se empezó a hacer eco de las necesidades de un cambio. Empresas poderosas como Amazon, Disney, NBCUniversal, Netflix y Sony Pictures ya se han agrupado en Sustainable Production Alliance, una organización que trabaja para lograr que el negocio pueda desarrollarse en un contexto sostenible, con protocolos que pueden aplicarse desde la concepción de un guion hasta la posproducción.

En la Argentina, Moroco Colman, un arquitecto y cineasta cordobés que había dirigido dos largometrajes –Fin de semana (2016) y La noche más larga (2021)–, llevó adelante el primer rodaje de ficción sustentable del país: Reina animal. Esta película, protagonizada por Sofía Gala Castiglione y exhibida en la última edición del Bafici, se estrenará a comienzos de noviembre.

Es un thriller magnético que exhibe crudamente la violencia implícita en el trabajo diario de un matadero. Colman y Sofía Castells, autores del guion, se propusieron un film sobre el especismo (la discriminación de los animales por considerarlos especies inferiores) y el maltrato animal. Pero, también, fueron capaces de tender un puente entre esa denuncia y otras preocupaciones que, en definitiva, están en sintonía con la época: la alimentación saludable, la gestión de residuos, el ahorro de combustibles fósiles, los recursos que pueden aportar cooperativas independientes y los lazos con las demandas del feminismo. Todo un sistema armónico de producción que conecta con el espíritu de esta ficción que logra crear una atmósfera angustiante. “La película nació en la pandemia –cuenta el director–, a partir de todas las teorías sobre el origen del Covid: la contaminación de carne congelada, la fuga en un laboratorio de Wuhan, las aguas residuales, el virus de un murciélago… Yo también empecé a interesarme por el tema del maltrato animal y a tener largas charlas sobre el tema con Sofía, quien hace tiempo está muy interesada en todo esto. Ella quería hacer un documental sobre maltrato animal, entonces pensé que una ficción podría ser más eficaz, para llegar a más gente”.

Reina animal imagina una operación de tráfico de carne a escala reducida en la que se involucra un supermercado chino controlado por un gran personaje, el que Chang Hung Cheng interpreta con un candor alucinante y sin experiencia previa en la actuación. El film se va convirtiendo en una aventura nocturna desplegada en un escenario urbano de corte distópico, esa obsesión que la ficción contemporánea ha multiplicado a partir de los traumas inducidos por la pandemia.

El Mercado Norte fue un verdadero hallazgo como locación. Es un enorme edificio de la capital cordobesa construido en 1927 y declarado Monumento Histórico Provincial en 1972. “Cuando dejan de funcionar los negocios se arma una especie de zona roja, un lugar más sórdido –revela Colman–. Hay construcciones viejas pintadas con grafitis, grupos de perros callejeros que andan atrás de los restos que tiran las carnicerías de la zona del mercado… Es un micromundo que inspiró al que construimos para la película”.

El detrás de escena fue un componente clave del proyecto. La aplicación del protocolo de rodajes sustentables que brinda la Asociación de Productorxs Audiovisuales de Córdoba (APAC) buscó marcar un hito para el cine argentino, hasta ahora ajeno a este tipo de prácticas. “El objetivo del protocolo es reducir el impacto ambiental y calcular la Huella de carbono, aportando valor y responsabilidad a nuestras producciones”, asegura la gente de APAC.

Cambios de escenas que inicialmente se planeaban recrear por imágenes de archivo, locaciones cercanas para evitar traslados y el consecuente consumo de combustibles fósiles, gestión de residuos, catering vegano y vegetariano con tuppers, cubiertos y vasos reutilizables, trabajo asociado con la empresa cordobesa de reciclaje social Ecolink e incluso un foco puesto en la diversidad (70% del equipo fueron mujeres) son los datos que APAC remarca yque son un estímulo a la hora de planificar el rodaje, con el protocolo como moneda corriente.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/conversaciones-de-domingo/reina-animal-filmar-sin-impactar-en-el-medioambiente-nid20102023/

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