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Premio Nobel de Economía 2023: mañana habrá fumata blanca

Mañana por la mañana (alrededor de las 8, hora argentina) se conocerá el nombre del, o de los (máximo tres personas), que obtuvieron el premio Nobel en Economía. A la ceremonia se accede trav...

Mañana por la mañana (alrededor de las 8, hora argentina) se conocerá el nombre del, o de los (máximo tres personas), que obtuvieron el premio Nobel en Economía. A la ceremonia se accede través de Nobelprize.org. No se asuste si al comienzo no entiende nada, porque primero hablan en sueco, y luego de inglés. La ceremonia de entrega del premio tendrá lugar a mediados de diciembre. Aviso para economistas: terminado el anuncio, en la misma página web se publica scientific background, una muy útil monografía donde se reseñan las contribuciones de los galardonados y las referencias bibliográficas más importantes. Se aprende mucho leyéndola.

Comiéndome las uñas por el suspenso, conversé con el norteamericano Harry Max Markowitz (1927-2023), quien estudió en la universidad de Chicago. Desarrolló buena parte de su carrera profesional fuera del ámbito académico, en la organización RAND, en el centro de investigaciones de la IBM y en la Comisión Cowles.

–Usted se inmortalizó en 1952, cuando publicó una monografía basada en su tesis doctoral. ¿Cuál fue su aporte?

–En palabras de Mark Richard Rubinstein, la monografía marcó el comienzo de la moderna teoría de la economía financiera. Siempre le impresionó que el escrito parece haber venido de ningún lado. Obvio que no fui el primero que le presté atención a la diversificación, teniendo entre mis antecesores a Daniel Bernoulli y a William Shakespeare. Mi contribución consiste en sistematizar el hecho de que si bien la diversificación tiende a reducir el riesgo, en general no lo elimina por completo. Probablemente el aspecto más importante de mi obra consiste en mostrar que lo que a un inversor le interesa más no es el riesgo de cada bono o acción, sino la contribución que hace a la varianza de su portafolio.

–En la defensa de su tesis doctoral tuvo un encontronazo con Milton Friedman.

–Así es. Milton dijo que no la podían aprobar porque la teoría del portafolio no formaba parte de la teoría económica. Pensé que sólo a medias hablaba en serio, porque la aprobaron. Pero en un sentido tenía razón: en aquel momento la teoría del portafolio no integraba la teoría económica. En 1990 sí. Ahora que me pasó el susto recuerdo que Friedman se la pasó repitiendo su punto durante una hora y media, y mis manos habían comenzado a sudar.

–A propósito: su mensaje parece haber sido ignorado por muchos, en vísperas de la denominada crisis “subprime”.

–Con dramáticas consecuencias. Cada vez que yo escuchaba que alguien hablaba de “riesgo cero”, me agarraba la cabeza. Respondía que todo teorema de riesgo cero, basado en la diversificación de los portafolios, es un teorema circunscripto; porque también existe el riesgo sistémico. Es una buena idea dividir el capital de una persona, invirtiendo la mitad en una fábrica de helados y la otra en una de sobretodos, pero nadie está exento de una intervención estatal que afecte ambas fábricas al mismo tiempo. En el camino de ida hacia la crisis que se desató hay corresponsabilidades porque también existió la irresponsabilidad decisoria de algunas entidades financieras; pero tengo para mí que la sana opinión profesional se tendría que haber planteado de manera más clara.

–En 1990 compartió el premio Nobel en Economía con Merton Howard Miller y William Forsyth Sharpe.

–Según el Comité Nobel, por nuestras contribuciones pioneras a la teoría de la economía financiera. Más allá de que el premio se comparte a lo sumo entre dos personas, aclaro que Andrew Donald Roy no lo obtuvo, porque no siguió trabajando en esta materia. Pero es cierto que él y yo, en 1952, con tres meses de diferencia y trabajando de manera independiente desarrollamos la misma teoría de selección de portafolio. Con una importante diferencia: Roy utiliza el criterio decisorio de la seguridad ante todo.

–Hablemos de la historia del premio Nobel en Economía, y de quienes lo recibieron hasta ahora.

–En 1968, a propósito del 300 aniversario de la fundación del Banco Central de Suecia, la institución tuvo la brillante idea de financiar el otorgamiento del premio, en línea con los que se otorgan en Medicina, Física, Química, Literatura y Paz. El cuidadoso proceso de selección comienza un año antes, proceso que en las primeras décadas fue gerenciado por Assar Carl Eugen Lindbeck. No aceptan postulaciones espontáneas, y mucho menos autopostulaciones.

–¿Qué dicen las estadísticas que sintetizan el premio, hasta ahora?

–Entre 1969 (primer año que se otorgó) y 2022, 92 personas lo obtuvieron; 25 de ellas de manera individual; 40 en grupos de 2, y 27 en grupos de 3. Fueron90 varones y 2 mujeres. En el momento de ser galardonados, en promedio tenían 66,8 años de edad. Leonid Hurwicz tiene el récord máximo, porque lo recibió cuando tenía 90 años –Lloyd Stowell Shapley se le acercó mucho, ya que lo recibió a los 89 años–. Kenneth Joseph Arrow, galardonado en 1972, fue el “Benjamín” del grupo hasta 2018 inclusive, porque se lo otorgaron cuando tenía 51 años; pero en 2019 fue desplazado por Esther Duflo, quien cuando lo obtuvo todavía no había cumplido 47 años. De los 92 premiados, 47 fallecieron. Robert Merton Solow, nacido en 1924, es el más viejo de los que viven. En los últimos 12 meses, además de Markowitz, fallecieron Edward Christian Prescott y Robert Emerson Lucas.

–Todos los testimonios apuntan a que recibir el Nobel “te cambia la vida” ¿Cuánto tiempo vivieron para disfrutarlo?

–En promedio, 17,1 años. Encabeza la tabla Arrow, que vivió 45 años más, seguido por Paul Anthony Samuelson, quien vivió 39 años más. William Spencer Vickrey, en el otro extremo, murió pocos días después de que se lo otorgaran y, por consiguiente, no pudo pronunciar la conferencia Nobel. Los años en los que nacieron más Premio Nobel de Economía fueron 1943 y 1953: cuatro. En 1943, Finn Erling Kydland, Thomas John Sargent, Andrew Michael Spence y Joseph Eugene Stiglitz; en 1953, Benjamin Shalom Bernanke, Peter Arthur Diamond, Paul Robin Krugman y Jean Tirole. En tanto, 2013 fue el año en el que fallecieron más galardonados: cuatro (James Mc Gill Buchanan, Ronald Harry Coase, Robert William Fogel y Lawrence Robert Klein).

–Desde el punto de vista geográfico, ¿qué nos puede decir?

–Samuelson solía decir que la ciencia americana le debía mucho a Hitler y a Stalin. Por lo cual no sorprende que 53 de los 92 galardonados nacieran en Estados Unidos (57,6% del total) y 22 en otros países, pero migraron y desarrollaron su carrera profesional en dicho país (sumados, equivalen a 82,5% del total). Los 17 restantes nacieron tres en Inglaterra, 2 cada uno en Alemania, Francia, Noruega y Suecia, y uno cada uno en Escocia, Holanda, Chipre, India, Indias Occidentales y Rusia.

–¿Algún pálpito para mañana?

–Nunca fui bueno para esto, así que hago silencio.

–Don Harry, muchas gracias.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/economia/premio-nobel-de-economia-2023-manana-habra-fumata-blanca-nid08102023/

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