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Política y agro: un debate presidencial en el que se necesita afinar la puntería

Uno de los pocos sectores de la economía que puede exhibir una señal de optimismo en el mediano plazo es el agropecuario. Responsable de generar más del 60% de las divisas que ingresan en el pa...

Uno de los pocos sectores de la economía que puede exhibir una señal de optimismo en el mediano plazo es el agropecuario. Responsable de generar más del 60% de las divisas que ingresan en el país por exportaciones de bienes, podría ser todavía más importante si la dirigencia política y económica tuviera una visión amplia sobre esa perspectiva y conociera un poco mejor sus procesos.

Cuando faltan poco más de dos semanas para las elecciones presidenciales, las certezas sobre cuáles serán las políticas básicas para el agro son más bien escasas. Dos de las tres fuerzas más votadas en las PASO, La Libertad Avanza y Juntos por el Cambio, prometen, a grandes rasgos, una normalización de la economía que, al final del camino, sería favorable para el agro. La otra fuerza, Unión por la Patria, según lo comprobado en los últimos años, se inclina por la intervención del Estado, el comercio administrado y la elevada presión impositiva.

Estas visiones deberían tener una definición más clara en el segundo debate de los candidatos a la presidencia de la Nación que se realizará mañana. Uno de los capítulos de las presentaciones de los postulantes será “trabajo y producción”. En el debate del domingo pasado, como destacaron los dirigentes rurales, no hubo menciones al campo.

Aunque los cruces y acusaciones verbales se hayan intensificado en los últimos días, hay una coincidencia entre las propuestas para el agro de Patricia Bullrich y Javier Milei: los derechos de exportación no tienen fecha de eliminación ni porcentaje preciso de reducción.

Así, si no hay una sorpresa de último momento, ambas fuerzas se pierden la oportunidad de enviar una señal fuerte al agro que, por ejemplo, podría favorecer el ingreso de divisas para 2024. La soja que comenzará a sembrarse en los próximos días y se cosechará a partir de otoño próximo tiene el 30% de retenciones. Para no bajarlas, los equipos económicos de ambas fuerzas pueden argumentar que la incertidumbre sobre las cuentas fiscales que les dejará el gobierno de Alberto Fernández es tan alta que resulta arriesgado comprometer una baja de recursos. Aunque la explicación sea atendible, lo cierto es que la presión impositiva sobre el campo parece ser una piedra imposible de mover.

En el caso de La Libertad Avanza (LLA) hay contradicciones. En la plataforma electoral que presentó en la Justicia se dice que se eliminarán las retenciones al agro, aunque no hay precisiones sobre cómo se hará. Javier Milei, en su participación en la Exposición Rural de Palermo, en julio pasado, dijo que habría un pago de retenciones a cuenta de ganancias. En sus equipos se habla de la creación de un bono. Los derechos de exportación serán una de las claves de la dolarización en el proyecto del economista Emilio Ocampo, quien estaría a cargo, por un corto tiempo, del Banco Central en caso de que gane LLA. Así, pasarán a formar parte de un Fondo de Estabilización Monetaria (FEM) junto con otros recursos del Estado. Si esa propuesta se concreta habría que ver por cuánto tiempo está vigente y si no entra en contradicción con las propias definiciones de Milei en cuanto a que el Estado les robó dinero a los productores agropecuarios. “No se dejen meter las manos en los bolsillos con políticos mentirosos”, dijo el libertario en aquella jornada de Palermo.

En el caso de Bullrich, el principal referente en el agro, Willy Bernaudo, exsecretario de Agricultura, expresó que habrá una reducción progresiva de las retenciones, con un cronograma certero, y que se haría por ley. En el caso de las que pesan sobre la soja, dijo que podrían eliminarse entre cinco o seis años. Sin embargo, Carlos Melconian, el principal asesor económico de Bullrich, solo expresó que llevarán a cero en lo inmediato los derechos de exportación a las economías regionales (prácticamente ya lo están), y rechazó cualquier intento de presión sectorial. Sobran gestos de buenas intenciones con el campo desde ambos espacios. El interrogante que se abre es si serán suficientes.

Mientras persisten las incógnitas sobre el futuro, la situación del presente es preocupante. Lo refleja la escasez de lluvias de la última semana que cayeron sobre la zona núcleo. La Bolsa de Comercio de Rosario destacó que, en promedio, fueron de cinco milímetros, cuando se necesitaban, como mínimo, entre 15 y 20mm para recomponer el trigo y arrancar con la siembra de maíz. Cada vez más hectáreas se pasarán a la soja de primera, señalan los especialistas. Los coletazos de la Niña están presentes y el Niño se hace esperar.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/economia/campo/politica-y-agro-un-debate-presidencial-en-el-que-se-necesita-afinar-la-punteria-nid07102023/

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