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Perú vs. Argentina, en el juego de las diferencias: el incómodo espejo social, económico y futbolero, más allá de Qatar

LIMA (Enviado especial).- La avenida Larco se exhibe con cierto resplandor. En el corazón de Miraflores, cuna de la clase media limeña, por sus calles recorren restaurantes, centros comerciales, ...

LIMA (Enviado especial).- La avenida Larco se exhibe con cierto resplandor. En el corazón de Miraflores, cuna de la clase media limeña, por sus calles recorren restaurantes, centros comerciales, teatros, bancos, casinos, hoteles de renombre. Vive a tono del consumismo. El indicador con el que se mide la inflación a nivel nacional, el índice de precios al consumidor (IPC) local tuvo un incremento de solo 0,02 por ciento en septiembre pasado. No solo ello: la inflación acumulada de 2023 alcanza el 3,32%.

El 7 de diciembre pasado, fue destituido Pedro Castillo de la Presidencia de Perú por “incapacidad moral” y fue designada Dina Boluarte, una abogada de 61 años, como la primera presidenta mujer en la historia del país. Las irregularidades en el poder son una marca indeleble. Perú es un habitual terremoto político: desde 2000 tuvo 10 presidentes (cada mandatario duró en promedio menos de dos años y medio) y, al mismo tiempo, 30 años de crecimiento económico sostenido casi sin interrupciones.

A pesar de las turbulencias políticas, es un caso atípico en América del Sur. Algunos especialistas lo denominan “el milagro económico peruano”. Cuna de una gastronomía de excelencia y destinos turísticos de excepción, la desigualdad social sigue siendo enorme. La informalidad supera el 70 por ciento (las ventas callejeras, de higiene dudosa, son parte de la escena) y según el último registro oficial, la pobreza afecta al 27,5% del país. Casi 10 millones de personas.

A años luz de la hiperinflación sufrida en los años 80, el país cuenta con sólidas reservas y un bajo déficit fiscal. Se apoya, según los expertos, en la autonomía del Banco Central de la Reserva del Perú. Desde el 7 de septiembre de 2006, está a cargo de Julio Velarde, admirado por todo el arco político. El nuevo sol, la moneda local desde 1991, es una de las más fuertes de la región. Un dólar equivale a 3 soles y monedas. El salario mínimo es de unos 300 dólares mensuales. Y el alquiler de un departamento de dos ambientes en una zona de clase media baja, unos 130.

El espejo con la Argentina de los últimos días (años, en realidad) es inevitable. Sólo alcanza reescribir el dato publicado el jueves pasado: la inflación de septiembre fue de 12,7% y de 138, de modo interanual. Casi la mitad de la Argentina está debajo de la línea de la pobreza. Y en el juego de las peligrosas diferencias, está el fútbol. Este martes, en el estadio Nacional, vuelven a encontrarse, con las eliminatorias de fondo.

La ecuación, en ese rubro, se transforma. La Argentina es campeón del mundo, con Lionel Messi, tal vez el mejor de todos los tiempos, en el crepúsculo de su carrera, y con un ejército de cracks que se destacan en los clubes y en la selección, al unísono, como nunca antes. Basta espiar algunos casos: Enzo Fernández, Alexis Mac Allister, Julián Alvarez y Lautaro Martínez. Y la nómina es antojadiza. Perú muestra su receta económica y esconde las cartas futboleras.

Tiene poco. Y no rubrica una renovación, como sucede en Uruguay o Ecuador, por ejemplo. Ricardo Gareca creó un noble trabajo a largo plazo (jugó el Mundial de Rusia luego de 36 años de ausencias y fue finalista de la Copa América 2019), pero el proyecto quedó trunco, al desnudarse las deficiencias de base tras no clasificarse para Qatar 2022.

Juan Reynoso, el cuestionado entrenador, apuesta a una continuidad forzada, con intérpretes que superan el valor de la experiencia. Algunos casos, titulares en la derrota por 2 a 0 frente a Chile, en el clásico del Pacífico: Pedro Gallese, el arquero, tiene 33 años; Luis Advíncula, 33, Carlos Zambrano, 34, Miguel Trauco, 31, Yoshimar Yotún, 33 y Paolo Guerrero, 39. Y ninguno brilla en una entidad enorme de Europa. Tal vez, la tímida excepción sea Gianluca Lapadula, nacido en Turín, que compite para Perú, juega en Cagliari y se recupera de una lesión. Y también suma 33.

El conductor había hecho una promesa en noviembre pasado, pero debajo de la mesa no afloran frutos. Al menos, por ahora. “Así sean seis, siete u ocho, lo que nos marca la pauta es que hay jugadores que estaban esperando su oportunidad, que creemos en el talento peruano. Y en la selección, en lo que visualizamos en dos, tres años o más, es que haya un recambio natural generacional con el aporte de los referentes”, explicaba el conductor. Ese salto de calidad juvenil (que lo tuvo hasta Venezuela) está por verse.

Tiempo atrás, Ricardo Gareca reflexionaba: “El concepto que tengo es muy alto del fútbol peruano, siempre lo dijimos, nos gusta el jugador peruano, creemos que es un jugador muy confiable físicamente, técnicamente, futbolísticamente, entonces, a partir de ahí, hemos construido algo bastante sólido”. Cuando la efervescencia de los buenos resultados se esfumó, se reestableció la medianía. Y surgieron otros efectos, tal vez algo escondidos.

“Cuando hablamos de lo formativo, tiene que ver con una política deportiva que abarca muchos condimentos desde la política, los empresarios, dirigentes, gente de fútbol, hacia dónde va direccionado uno para que de pronto uno empiece a crecer y empiece a tener una mayor convicción. Esa política a veces no se da en el Perú. Perú no tiene infraestructura, se ha quedado en el tiempo”, contó en una entrevista televisiva en Panamá.

Y fue más allá. “En Argentina, por ejemplo, los clubes tienen primaria y secundaria, les ofrecen a los jugadores estudiar, y en algunos clubes tiene terciario; pueden hacer una carrera. Esa infraestructura tiene que ver con lo formativo y en algunos países, esa cuestión no progresa. Perú es uno de ellos”.

La liga de Perú cuenta con 19 equipos. Ninguno logró la Copa Libertadores y el último finalista fue Sporting Cristal, en 1997. “¿Tan mal están? Bueno, están un poquito complicados, pero tienen a Messi. Porque viene Messi, ¿no?”, consulta Jossie Silupu, de unos 40 años, encargado de servicios turísticos. El fútbol y la economía. Y Leo, como respuesta a (casi) todo.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/deportes/futbol/peru-vs-argentina-en-el-juego-de-las-diferencias-el-incomodo-espejo-social-economico-y-futbolero-mas-nid15102023/

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