Todo es felicidad en Mónaco. Debido a las celebraciones por el centenario del nacimiento del príncipe Raniero, los Grimaldi viven días de unión familiar y plenitud. Después del desfile en autos clásicos que protagonizaron por las calles del principado hace unos días, ahora dijeron presente en la inauguración de la cuarta edición de Sitios Históricos Grimaldi (once pueblos presentaban sus antiguos vínculos con el principado de Mónaco) en el Place du Palais. Una jornada a la que asistieron Alberto y Charlene con sus hijos Jacques y Gabriella, y las princesas Carolina y Estefanía. También fue de la partida Gareth Wittstock, hermano de Charlene.

Como es habitual en cada una de sus apariciones públicas, los mellizos Jacques y Gabriella fueron grandes protagonistas. Pero, como suele suceder en los actos que reúnen a la familia, la atención también estuvo puesta en la relación entre las cuñadas Carolina y Charlene, que desde siempre estuvo empañada por rumores de tirantez y frialdad. Cierto es que esta vez se mostraron más cercanas y hasta se fotografiaron juntas. Quizás el recuerdo de Raniero haya ayudado a calmar las aguas entre ellas.