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Muerte en el Delta. El perito de la defensa sostuvo la hipótesis de un choque accidental de lanchas

En la cuarta jornada del juicio por el choque de lanchas en el que murió Manuel Storani, su madre María de los Ángeles Bruzzone y Francisco Gotti -que viajaba en otra embarcación- en el Delta d...

En la cuarta jornada del juicio por el choque de lanchas en el que murió Manuel Storani, su madre María de los Ángeles Bruzzone y Francisco Gotti -que viajaba en otra embarcación- en el Delta del Paraná el 31 de marzo de 2016, declaró Luis Alberto Sierra, perito de la defensa, a través de una videollamada que lo conectó con el Tribunal Oral en lo Criminal N1 de San Isidro.

El hombre, con más de 20 años de experiencia como capitán de ultramar y experiencia en un centenar de peritajes, expresó: “Podría haber sido que el timonel de la Shark II no vio por el reflejo de las luces de la ciudad en su parabrisas”. Vale recordar que aquella embarcación se dirigía con dirección “creciente” (río arriba) hacia el Arroyo Pajarito por el canal Vinculación, donde sucedió el siniestro. Las luces en el continente podrían haber afectado su visibilidad”.

Esta declaración favorecería a Pablo Torres Lacal, acusado de triple homicidio con dolo eventual, ya que hoy el perito nombrado por su defensa afirmó que la embarcación que chocó de proa (frente) es la Shark II que pasó por arriba a la Mad II por su banda de estribor (derecha). El acusado había declarado que no había visto a la Mad II navegando previo al siniestro.Torres Lacal había también aclarado el lunes que usaba anteojos con entre uno y medio y dos de aumento.

Ante los jueces Alberto Ortolani, Sebastián Urquijo y Gonzalo Aquino, el fiscal Diego Callegari y los abogados de las partes, el perito también explicó que la diferencia entre navegación segura o insegura es una combinación de factores entre los que se encuentran la visibilidad y la velocidad. “Ante estas condiciones, se debería reducir la velocidad y navegar mirando por encima del parabrisas”.

El testigo, al ser consultado por la defensa si la lancha Mad II podría haber hecho otras maniobras para prevenir la colisión, explicó que podría haber girado hacia estribor (derecha) o haber detenido su marcha para evaluar la trayectoria incierta de la lancha Shark II.

El experto fue más allá de la teoría, explicando que la maniobra de seguridad que toma un timonel: “depende del sentido común del conductor, sumado a su experiencia. Navegar es un arte y el reglamento deja abierto al criterio del timonel muchas maniobras cuando de seguridad y riesgo se trata”.

Serra, al ser consultado por el tema de la velocidad, dijo: “No hay velocidad máxima permitida para navegar. La velocidad de seguridad es la que permite la correcta maniobrabilidad de una embarcación. La diferencia entre navegación segura o insegura es una combinación de factores entre los que se encuentran la visibilidad y la velocidad.”

En relación con esto, el Patrón de Yate Vela y Motor y conductor de la lancha Mad II, Lucas Sorrentini había advertido en su declaración del martes pasado: “Uno a la noche no navega mirando objetos, lo hace mirando luces y navega usando las mismas de referencia. Viniendo del continente hacia afuera del mismo, el ojo debe ajustarse a la poca visibilidad, por eso se debe ir despacio”.

Si bien Torres Lacal declaró que venía a una velocidad “normal y razonable” su acompañante David Hernán Di Rico expresó en 2016 que iban a una velocidad “cercana a 60 km/h durante el zigzagueo” y lo ratificó ante el Poder Judicial en 2017.

El asesor técnico de la Prefectura Naval Argentina, Alberto Adrián Penas, que hizo el peritaje en abril de 2016 y falleció en 2019 había determinado que la Shark II “venía a máxima velocidad”. Algo que se asemeja a lo declarado por Sorrentini que dijo: “Vi una luz a lo lejos que se acercaba a muy alta velocidad, haciendo eses. El misil nos partió al medio”.

El acompañante que iba adelante en la Mad II junto a Sorrentini, Alejandro Obludzyner declaró el lunes: “Percibí la gran velocidad de la Shark II que venía haciendo slalom, me llamó la atención lo temerario de esa embarcación. Él -por Torres Lacal- pensaría que no había nadie, un banana que se sentía el rey del mundo”. Y respecto a la reacción de su acompañante comentó: “Fue todo muy rápido, no hubo tiempo, desde que lo vi y dije -mirá a ese loco- y cuando advertí -guarda- y Lucas pegó un golpe de timón a último momento. No alcanzó, nos pasó por encima”. El mismo Sorrentini declaró: “no pude hacer otra cosa que virar -girar- a babor -izquierda”

José Maciel, playero de la estación YPF sobre el Río Luján en la que Torres Lacal cargó combustible antes de seguir navegando tras salir de la guardería náutica Sarthou en San Fernando: “Entró muy rápido. Tuvo que bajar la velocidad porque se comía el muelle. Tuvo que retroceder unos 25-30 metros para regresar al surtidor de nafta que le correspondía. Le dije que tratara de andar despacio porque se podía llevar a alguien por delante”.

La testigo de identidad reservada que declaró ayer mencionó que le daba miedo subirse a una embarcación con Torres Lacal porque le asustaba la velocidad con la que navegaba.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/seguridad/muerte-en-el-delta-el-perito-de-la-defensa-sostuvo-la-hipotesis-de-un-choque-accidental-de-lanchas-nid05102023/

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