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Moda gourmet. En Nueva York, todas quieren ser la “chica almacén”

NUEVA YORK.- “El helado es un deporte de riesgo”, resumió un amigo días atrás, y tenía razón. Después de semanas de competencias de tenis, esquí en la alta montaña y baile desenfrenado ...

NUEVA YORK.- “El helado es un deporte de riesgo”, resumió un amigo días atrás, y tenía razón. Después de semanas de competencias de tenis, esquí en la alta montaña y baile desenfrenado de cumpleaños, en la fila de la heladería esta redactora pisó mal y se fracturó el pie. Las humoradas de conocidos y parientes estuvieron a la orden del día, y no sólo se acumularon escandalosamente los “qué mala pata” o “metiste la pata” sino los ingeniosos regalos de camisetas ilustradas con cucuruchos que decían “Reina del Helado” o similar. Lo curioso es que, gracias a esto último, en plena Fashion week, las simpáticas amistades pusieron a esta redactora en el pináculo de la moda. Resulta que el look del momento es el “Grocery Girl Aesthetic”, la estética “chica-almacén”. Básicamente, se trata de llevar ropa con estampados de comida o comentarios alegóricos. La tendencia no sólo ya tiene millones de seguidores en Tik-Tok, Instagram y demás medios sociales, sino que del New York Times al New York Post a la biblia de los foodies, la revista Bon Appétit, todos están hablando de ella, y de cómo está influenciando incluso la alta moda y la vanguardia. En Dolce & Gabbana, por ejemplo, hace tiempo que limones y naranjas reemplazaron a las flores en las colecciones de verano, pero ahora incorporaron a la cereza negra como estampado estrella para el otoño. Rachel Antonoff, la diseñadora favorita de las celebridades y la generación Z de la Gran Manzana, fue famosa por su campera ilustrada con farfalle (pasta en forma de moñitos) el último invierno y por su solero con Aperol Spritz de este verano. La polera traslúcida con gran torre de mariscos que ideó para el otoño acaba de salir y ya está agotada.

La “Tomato Girl” que se reproducía por millones en los medios sociales era una joven pelo al viento que deambulaba por calles símil amalfitanas camino a una comida lujosamente sencilla de pasta hecha a mano y aceite de oliva local

Por supuesto, la intersección entre comida y moda no es nueva. En el pasado, subraya la revista Glamour, los diseñadores usaron ropa inspirada en la comida no solo como un elemento lúdico, sino también como una forma de explorar la identidad cultural, replantear los estereotipos raciales o reflejar la historia. Pero ¿por qué moda gastronómica en este momento? Algunas explicaciones tienen que ver con la pandemia y el redescubrimiento de la cocina como fuente de placer que se busca exteriorizar. Además, la moda suele tomarse muy en serio a sí misma, y la pandemia también habría contribuido a eliminar rigideces y hacer mayor lugar al humor. Finalmente, con el éxito de los programas de cocina de celebridades, la industria alimentaria se ganó un lugar de relevancia en la cultura pop, y la cultura pop típicamente influencia la ropa.

Pero otros piensan que se trata de una manipulación vil. “La comida se ha convertido en una de las formas más populares de etiquetar tendencias: una estética basada en la comida claramente impulsa el dominio en el panorama darwinista de la viralidad de Internet” sostiene Bon Apétit. Pero el medio asegura que son sólo ingeniosas campañas que aprovechan que “la comida es sensorial y visual, óptima para una presentación ecléctica y conveniente para un marketing publicitario divertido y ambiguo”. La “chica-almacén”, entonces, no sería más que la última de una serie de tendencias prefabricadas, como la “chica tomate” del verano que fue su predecesora. La “Tomato Girl” que se reproducía por millones en los medios sociales era una joven pelo al viento que deambulaba por calles símil amalfitanas camino a una comida lujosamente sencilla de pasta hecha a mano y aceite de oliva local. Para lograr la fantasía de Tomato Girl, los conjuntos color tomate y con estampado de tomate eran el complemento, obviamente, perfecto (y si se era muy New Yorker, había que agregar algún accesorio irónico con la lata de tomates de Andy Warhol). También hubo microtendencias recientes de “chicas vainilla”, un poco aburridas, de beige, gris y cualquier neutro, y “chicas frutilla”, llenas de pecas, piel rosada y una santa patrona en Hailey Bieber que popularizó el look. Genuinas o fabricadas, en realidad a ésta redactora hay sólo una tendencia que le interesaría: la de las “chicas yogur fortificado con extra calcio para los huesos”, y ver si realmente sirve para poder volver a caminar sin ortopedia.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/conversaciones-de-domingo/moda-gourmet-en-nueva-york-todas-quieren-ser-la-chica-almacen-nid02102023/

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