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Más allá de cálida o fría: Cuáles son las claves para tener buena iluminación en una cocina moderna

Pareciera que no hay luz natural que alcance en la cocina. Segurametne, esa sensación se deba a que se usan de la mañana a la noche y que, al margen de preparar la comida y limpiar, son escenario...

Pareciera que no hay luz natural que alcance en la cocina. Segurametne, esa sensación se deba a que se usan de la mañana a la noche y que, al margen de preparar la comida y limpiar, son escenario de actividades tan variadas como estudiar, trabajar, comer en familia o recibir amigos. Conclusión: si hay un ambiente donde hace una gran diferencia diseñar un tendido de iluminación consciente, es ahí.

Efecto rebote

“En la cocina se dan situaciones con necesidades lumínicas y efectos distintos que hay que prever de antemano: acoplar la electricidad cuando la obra ya está avanzada limita el margen de acción y termina reduciendo el diseño lumínico a una simple elección de artefactos decorativos”, dice la arquitecta Giuliana Nieva, especialista en iluminación. Apoyan lo dicho estas imágenes de un piso céntrico, en el que trabajó en conjunto con Gioja Estudio (y que sale en Living de octubre).

No importa tanto si los artefactos embutidos están sobre la persona que cocina o detrás, porque la luz funciona por rebote, y es importante entenderlo. Por lo tanto, cuantas más claras sean la mesada y las paredes, más luz habrá

Arq. Giuliana Nieva, especialista en iluminación

Acompañar el ciclo circadiano

Si bien la potencia de la luz dependerá del tamaño de cada espacio en particular, Giuliana Nieva explica que el foco debe ponerse más bien en la temperatura del color, que recomienda sea cálida, de 2700K. “Ya pasados los 3000k estamos hablando de luces que se acercan a lo neutro –dice– y es bueno asegurar calidez para cuidar el ciclo circadiano con sus correspondientes momentos de relajación y descanso”.

El respeto por este proceso biológico se hizo patente en esta obra. “Pensamos en un sistema de iluminación indirecta en los estantes de la cocina y en los pasillos de la casa que no tensiona a la persona que se despierta en medio de la noche a buscar un vaso con agua o que se sienta a desayunar medio dormido”, revela.

No tan difícil

“La domótica es muy útil para programar situaciones para cada momento del día. Por ejemplo, que al tocar una tecla se encienda la luz baja sobre la isla para una escena de desayuno o las luces indirectas de las alacenas si vamos a tomar una copa”, continúa Nieva. Para quienes consideran esto una tecnología lejana, la arquitecta insiste en que son configuraciones sencillas que, incluso, a veces pueden hacerse sobre lo existente, a través de Wifi y sin cableados.

Adaptarse a arquitecturas no convencionales

En cocinas sin cielo rasos que permitan embutir luces o con ventanas en el perímetro (en vez de alacenas), los desafíos al momento de iluminar son otros.

La arquitecta Sofía Superti, socia de Estudio MMS, nos cuenta cómo adaptó el tendido de luces a esta casa de los años 70 con techos abovedados que reformó para mudarse con su familia. “Como la casa está compuesta por bóvedas casi en su totalidad y no quisimos contaminarlas bajo ningún punto de vista, elegimos un único aplique de luz de pared y lo colocamos en todos los ambientes, interiores y exteriores”.

La típica tira LED bajo alacena era muy moderna para la línea de esta casa. Como alternativa, recurrimos al aplique con forma de bocha, que funcionó muy bien porque da luz abierta y general

Arq. Sofía Superti, socia de Estudio MMS

“En nuestros demás proyectos, en los que solemos contar con cielo rasos tradicionales, usamos luces AR111 cálidas embutidas en las cuatro esquinas de la cocina o distribuidas en todo el perímetro, y las reforzamos con una tira LED bajo alacena”.

Dividir ambientes

También con techos altos, pero a dos aguas, el arquitecto Nicolás Vera (fundador de NRV Arquitectura) se las rebuscó de otra manera: bandejas blancas, del mismo color que el machimbre, con spots a lado y lado para iluminar tanto la mesada de cocina como la isla.

“La idea fue que las bandejas se perdieran en la estética del techo”, dice, en referencia a la cubierta de esta casa estilo nórdico que diseñó para su hermana, la diseñadora Ampi Vera, y que fue publicada en la edición septiembre. Y suma un detalle: la iluminación indirecta.

Desde la bandeja también sale una luz difusa hacia arriba que ayuda a demarcar la cocina dentro el gran espacio integrado que ésta conforma junto al living y al comedor. Es una suerte de división sutil entre ambientes

Arq. Nicolás Vera, director de NRV Arquitectura

Zoom in a una cocina de NRV Arquitectura

Además, como no tenía alacena para generar iluminación sobre la bacha y sobre el sector de preparación (sino una ventana en todo el ancho de la mesada) usó para la pared los mismos artefactos que salen de la bandeja, unificando criterios.

¿Y los niveles de iluminación?

En cuanto a la cantidad de la luz requerida, el arquitecto de NRV Arquitectura comparte: “Depende mucho de cada proyecto y cuánta iluminación natural tiene el lugar, pero nosotros tratamos de cubrir siempre 500lx en las mesadas e islas y con 200lx aseguramos lo mínimo en circulaciones y alacenas”.

Lux equivale a la cantidad de lúmenes (medida indicada en el envoltorio de los focos) proyectada en un metro cuadrado. “La luz ideal para una cocina ronda los 300lx en el espacio genérico, y va de 500 a 600lx sobre las mesadas y espacios de trabajo”, dice Vera

Un ambiente impecable

La arquitecta Sol Rutenberg –socia de SRMD Arquitectura y, en paralelo, de su madre, la arquitecta Nancy Bensignor– nos invita a pensar la cocina “como un laboratorio: megailuminada, con luz unificada y con la posibilidad de ver con claridad todo lo que está en escena”.

La clave es que se pueda tener una instancia de luz fuerte y plena, sin sombras, y luego apagarla generando acentos, para los que solemos usar luces led empotrables (’runners’), que vienen con distinta cantidad de puntos focales

Sol Rutenberg, socia de SRMD Arquitectura

En las obras que realiza con sus distintas socias, Rutenberg suele acudir a rajas lineales sobre el cielo raso y tiras LED bajo alacena, así como también dos recursos originales: iluminar las gargantas perimetrales en las que se esconden las cortinas, de modo de separarse de las ventanas y dar sensación de amplitud, y colocar luces en el interior de las vitrinas o vajilleros.

“Es muy lindo estar sentado en el jardín o en el living y, desde ahí, ver luces cálidas iluminando la madera de los muebles de cocina o la textura de los mármoles. La luz es una gran herramienta para destacar materiales y relieves”.

En resumenDefinir los usos y situaciones que sucederán en el espacio.Procurar un tendido de luz general (de alrededor de 300lx), acentos en zonas puntuales y refuerzos sobre las mesas de trabajo (de entre 500 y 600lx).Optar por luces cálidas, que no interrumpan el ciclo circadiano y que permitan relajarse (aproximadamente, con una temperatura de 2700k).En caso de querer multiplicar la luz, pintar las paredes de colores claros y elegir mesadas blancas, brillosas, pulidas o de acero.Extra: incorporar sistemas de domótica es un gran recurso para sacar máximo provecho del diseño y de las distintas escenas propuestas.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/revista-living/mas-alla-del-calido-o-frio-cuales-son-las-claves-para-tener-buena-iluminacion-en-la-cocina-nid25092023/

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