Después de que Luis Juez denunciara que en Córdoba el peronismo repartió droga para ganar las elecciones del domingo pasado, el gobernador electo Martín Llaryora minimizó los dichos de su adversario político. “Está enojado porque volvió a perder”, apuntó el delfín de Juan Schiaretti

“Luiz Juez hoy dice una cosa y mañana otra, nosotros ya estamos acostumbrados”, reforzó Llaryora, en diálogo con LN+. “Acá ya me han felicitado los otros candidatos, yo creo que acá hay una estrategia electoral”, siguió.

En particular, al referirse a la problemática con las demoras en el escrutinio, Llaryora reconoció el hecho. “Hay un tema que nosotros vemos: vamos a estar objetando actas, que tiene que ver algunas el escáner no lo tomó, pero ellos ya saben cuáles son los resultados reales”, indicó el gobernador electo. Por los atrasos en el recuento de votos, el Tribunal Superior de Justicia ya dispuso investigar lo que se denunció como “problemas de conectividad”.

“Sí comparto con él es la calentura que todos los cordobeses”, dijo Llaryora, y protestó: “Con el desarrollo de software que tenemos, con la institucionalidad que tenemos, no pudimos tener los resultados hasta las 2 de la mañana”.

Al referirse al armado electoral que le valió el triunfo del último domingo, el dirigente peronista señaló que se valió de una “construcción horizontal”. “Mi vicegobernadora es radical y va a ser la primera vicegobernadora de Córdoba radical de la historia”, ejemplificó.

Y siguió: “Construí desde lo horizontal y ojalá se puede construir algo así para la Argentina, porque lograríamos consensos y acuerdos”.

Puntualmente, al ser consultado por qué candidato se volcarán sus votantes en las elecciones nacionales, Llaryora dijo: “Creo, según las encuestas, que en Córdoba primero va a salir Schiaretti; segundo, Milei; tercero, Juntos por el Cambio, y después estará Sergio ”.

Esta mañana, el candidato de Juntos por el Cambio indicó también que el gobierno dio bonos a personas con discapacidad y que entregó artículos del hogar, todo con fines proselitistas. “No estoy llorando, no estoy cobardeando”, deslizó además, con la voz entrecortada, luego de perder y tras asegurar: “Me duele que los pueblos no sean capaces de conquistar su dignidad”.