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Luces y sombras en el Botánico

La intensa actividad cultural porteña sumó un nuevo espectáculo que se desarrollará hasta el 31 de julio. Se trata de un show inmersivo, una de estas noveles propuestas lumínicas y sonoras, qu...

La intensa actividad cultural porteña sumó un nuevo espectáculo que se desarrollará hasta el 31 de julio. Se trata de un show inmersivo, una de estas noveles propuestas lumínicas y sonoras, que se montó en el Jardín Botánico, dependiente de la Secretaría de Ambiente local. Se presenta como un homenaje al genial arquitecto y paisajista Carlos Thays en el 125º aniversario de su creación del lugar.

La Comisión Nacional de Monumentos Históricos cuestiona que el gobierno local no haya pedido su aprobación, habida cuenta de que el Botánico es, desde 1996, un monumento histórico nacional.

El gobierno porteño debió emitir un permiso para la utilización del predio de 7 hectáreas, declarado refugio climático en marzo pasado. Se trató en este caso de uno de uso precario y oneroso para la realización de un espectáculo comercial por el que una productora abonó un canon de $3.215.000 por alquiler, cifra irrisoria cuando se estima que ya llevarían recaudados más de 130 millones de pesos. Un récord de 30.000 entradas vendidas en la preventa, a un costo unitario de $4500 por apenas media hora de recorrido entre las 18.30 y las 22, hablan del interés que ha despertado la propuesta. Como los propios organizadores aclaran en su página que los concurrentes pueden quedarse hasta el cierre del predio, las tandas de gente se superponen, toda vez que muchos disfrutan de permanecer en el lugar, dificultando controles y organización, disputándose los espacios para fotografiarse solos o en grupos.

El montaje contempla 17 postas “inmersivas, disruptivas y sustentables” en un espacio que, siendo de todos, ha sido concedido para una explotación privada. Instalaciones, videos, mappings, figuras gigantes, proyecciones, luces led y de neón, incluidos carteles de marcas auspiciantes, reciben a los visitantes.

No se trata aquí de discutir el atractivo de la propuesta, sino de considerar qué tratamiento se brinda a un espacio privilegiado de la ciudad que alberga a una colección de especies vegetales que debiera ser adecuadamente protegida más allá de las protecciones que cubren sus cortezas para pasar los cables.

Los organizadores destacan que no se viola ninguna de las prohibiciones que regulan los bienes protegidos y aclaran que no realizaron ninguna intervención, modificación o gravamen del régimen jurídico o material que integran los bienes del Jardín Botánico. Pero los permisos no pueden eludirse, como tampoco los estudios de impacto ambiental y la revisión de las condiciones claramente estipuladas en que debería llevarse a cabo la actividad para garantizar que el ecosistema no se vea afectado y que eventuales daños sean debidamente reparados al finalizarse el mes de exhibición.

A este respecto, se aclara que las intervenciones sonoras están por debajo de los 55 dbA en prácticamente todo el recorrido, con luces led supuestamente inocuas para la vegetación y que, dado su corto encendido, no perjudicarían el ciclo biológico natural de las plantas ni de las aves u otro ejemplar de fauna, como las comadrejas que moran allí. Lamentablemente, no podremos conocer la autorizada opinión de Thays a este respecto, seguramente priorizando a las especies arbóreas, pájaros y mariposas.

Quienes argumentan que intervenciones similares se realizan en todo el mundo no deben perder de vista que siempre tienen que hacerse en un marco de respeto a las normas, mucho más cuando se involucran espacios públicos.

Desde la Asociación Amigos del Jardín Botánico apuestan a que la iniciativa acerque a un público más amplio. En 2016, fue la Noche de los Jardines; en 2022 se promovió Cine Botánico, y este año la Noche Botánica celebró el Día de la Mujer, todas actividades aisladas y no de un mes de duración.

Con defensores y detractores, más allá de que muchos disfruten del espectáculo, no podemos pasar por alto que el polémico montaje podría desvirtuar la finalidad de un paseo que convoca a la calma y la quietud en consonancia con la naturaleza en medio de la jungla urbana.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/editoriales/luces-y-sombras-en-el-botanico-nid18072023/

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