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Los sindicatos, el nuevo blanco de las extorsiones de las bandas narco de Rosario

ROSARIO.- Un narco que está detenido en la cárcel de Ezeiza, que pertenece a la banda de Los Monos, será acusado como instigador de una serie de ataques contra tres gremios. El último fue el lu...

ROSARIO.- Un narco que está detenido en la cárcel de Ezeiza, que pertenece a la banda de Los Monos, será acusado como instigador de una serie de ataques contra tres gremios. El último fue el lunes, cuando dispararon contra el Sindicato de Camioneros, y el autor del ataque fue detenido. La investigación judicial apunta a que Cristian Avalle, conocido en el mundo del hampa como “Pupito”, segunda línea de la banda de Los Monos, ordenó esta serie de atentados contra entidades gremiales desde la cárcel de Ezeiza. El objetivo era cobrar por “protección”, como la antigua mafia.

¿Qué hay detrás de estos ataques a tiros? La estructura que identificaron los fiscales de Rosario es que este sector de la banda de Los Monos, que tenía contactos con el líder del grupo Ariel “Guille” Cantero”, preso en el penal de Marcos Paz, manejaba una empresa criminal que se parecía a la mafia tradicional. Es decir, reclamaban dinero y otro tipo de cobros en especies a sindicatos, empresarios e intendentes de la zona del Gran Rosario, a cambio de “protección”.

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Para que estas maniobras funcionaran debían generar pánico. Y eso lo hacían con una red de soldaditos narco que baleaban y lanzaban bombas a las sedes de los gremios y también en ciudades pequeñas en torno a Rosario, donde pretendían jugar a nivel político, como ocurrió en las localidades de Alvear y Villa Gobernador Gálvez, en el sur de Santa Fe.

Tras el cruce de información y luego de relacionarla con investigaciones de otras causas, surgieron indicios que conectan a esta organización criminal con al menos 15 ataques extorsivos que se cometieron desde 2021 hasta la actualidad, en diferentes viviendas y edificios institucionales Rosario y zonas cercanas.

Entre ellos figuran las dos balaceras que sufrió el empresario del transporte Matías Matarochi –apenas había recuperado la libertad tras pasar más de un año preso en la cárcel de Marcos Paz por una causa de contrabando y lavado de activos–, contra su domicilio en el pueblo de Álvarez. También los dos atentados contra edificios de la Uocra en Rosario y la ciudad de Santa Fe. Otra balacera contra la sede del Sindicato de la Carne, donde el 4 de febrero pasado los sicarios también dispararon contra la sede de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) y el último hecho que investigan tiene que ver con los tiros de este lunes contra el edificio del gremio de Camioneros en Pasco al 1000. Por este ataque hay un detenido.

En base a estos hechos, los fiscales solicitaron 25 allanamientos que implicaron el despliegue de un centenar de miembros de la Policía de la provincia. El principal acusado es Avalle, lugarteniente de Los Monos, un hombre que logró escalar posiciones en la estructura de la banda narcocriminal, luego de su detención el 25 de marzo de 2019. Dos años después, cuando purgaba su pena en la cárcel de Piñero, la Justicia federal lo procesó junto al líder Los Monos, Ariel “Guille” Cantero, por el secuestro extorsivo del hijo de un empresario en Arroyo Seco.

En 2022 lo catalogaron como preso de alto perfil y fue trasladado al penal de Ezeiza, donde continuó con la actividad criminal. Fue quien planeó el primero de los ataques a balazos contra el canal Televisión Litoral y los asesinatos de Miguel Ángel Roulín y Ricardo Carrizo en diciembre de 2022.

Los allanamientos que terminaron por develar esta organización, que será imputada el lunes próximo, se precipitaron tras un nuevo ataque contra el Sindicato de Camioneros. El lunes pasado, a las 22.30, tres disparos retumbaron frente a la filial del gremio de Rosario. No era la primera vez que el edificio era blanco de una balacera. El guardia llamó inmediatamente al 911, y el atacante, de 21 años, después de gatillar una pistola .380 salió a toda velocidad en una moto, que tuvo un desperfecto en la esquina. Ante esa situación inesperada dejó la motocicleta tirada y salió corriendo, y unos minutos después fue detenido por la policía.

A los investigadores les llamó la atención el perfil del atacante, que informalmente admitió a los policías que había sido él quien disparó. El detenido tiene un trabajo estable. Es carpintero y se desempeña como operario en una obra en construcción en el exclusivo country Kentucky, que está ubicado en Roldán, a unos 15 kilómetros de Rosario. Allí tiene una casa Lionel Messi, donde vive cuando visita Rosario.

El fiscal Franco Carbone, a cargo de la investigación, ordenó un peritaje del teléfono celular que le secuestraron al detenido. La información que se obtenga del aparato será clave para dilucidar qué hay detrás de este nuevo ataque a la sede gremial, en un contexto en el que no aparecen actualmente –según las fuentes de la entidad sindical consultadas por LA NACION– conflictos internos que podrían haber desatado este ataque, como sí se sospecha en el pasado. Una de las hipótesis que se baraja es que podría tratarse de un intento de extorsión, pero hasta ahora no hubo ningún pedido de dinero. Quizá esa segunda etapa se frenó después de la detención del atacante.

El gremio de Camioneros fue víctima de intimidaciones muy pesadas que se conocieron el año pasado, cuando en una escucha telefónica un sicario en una cárcel decía que iba a actuar contra el gremio.

La justicia identificó al titular de la línea de celular por el que hablaba el supuesto sicario que ofrecía a Juan Chulich, dirigente que juega para Hugo Moyano en Santa Fe, atentar contra el gremio que encabeza Sergio Aladio, que se opone desde 2016 al exlíder de la CGT. Un supuesto sicario llamó al dirigente camionero Chulich, según la investigación, para ofrecerle sus “servicios”. “Bajá la moneda”, lo “cagamos a tiros al toque”, advertía un joven desde la cárcel de Piñero.

Desde el entorno de Chulich señalaron en su momento que era una maniobra armada para perjudicar al dirigente cercano a Moyano. La investigación nunca se profundizó y quedó sólo como una intimidación. Lo que preocupó al sector de Aladio fue que se trataba de gente pesada, vinculada al crimen organizado.

Según la investigación, esa línea pertenecía a Sebastián Camaño, un hombre que se mueve en la interna gremial en Santa Fe con Chulich. Camaño fue citado a una declaración testimonial en la que negó que esa línea haya estado en su poder el 21 de setiembre de 2021, cuando el supuesto sicario llamó a Chulich y le ofreció que si “baja la moneda” dispararían contra Aladio. Lo llamativo de la llamada del supuesto sicario era que decía: “Te llamo de parte de Seba Camaño”.

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El 20 de noviembre a las 18.30, casi un mes después de la llamada, se produjo un ataque a balazos contra la sede del gremio en Pasco al 1000. En la Justicia no se logró dilucidar si ese hecho pudo ser consecuencia del diálogo del supuesto sicario, que estaba siendo investigado en el marco de otra causa de extorsión originada en Venado Tuerto, donde la interna sindical también tuvo episodios violentos.

La escucha trascendió en el marco de otra investigación, que tuvo como detonante también hechos intimidatorios, pero no lo tenían a Aladio como víctima sino como sospechoso. El contexto de esa investigación son ataques a balazos a la empresa La Virginia y al corralón de materiales de construcción de la familia Razzini en Rosario.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/politica/los-sindicatos-el-nuevo-blanco-de-las-extorsiones-de-las-bandas-narco-de-rosario-nid05102023/

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