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Lejos de todo. Cómo se vive en la isla habitada más remota del mundo, a la que solo se puede llegar navegando durante 7 días

Está en medio del Océano Atlántico. El puerto más cercano está a 2792 kilómetros. No tiene aeropuerto. Desde la Argentina, el camino más rápido sería: primero, volar a Sudáfrica y, luego,...

Está en medio del Océano Atlántico. El puerto más cercano está a 2792 kilómetros. No tiene aeropuerto. Desde la Argentina, el camino más rápido sería: primero, volar a Sudáfrica y, luego, navegar 7 días (o más, depende de la meterorología) desde Ciudad del Cabo. Al llegar, y solo si la niebla lo permite, se puede amarrar en su capital, Edimburgo de los Siete Mares.

Tristán Da Cunha tiene un policía, un bar, un almacén y 236 residentes estables que viven sobre el eje de un volcán activo, el “1961″, bautizado así en alusión al año de su última erupción. El hielo que hay en su cumbre sirve como fuente de agua potable durante todo el año.

Los habitantes de esta isla producen alimentos, aunque también dependen de los cargueros internacionales. Cada 6 semanas, reciben un barco que les provee de víveres para el supermercado, correspondencia, diarios, garrafas de gas...

Tristán da Cunha fue alguna vez un punto de referencia para los buques que transitaban las rutas comerciales entre Europa y el Océano Índico. La BBC cuenta que fue descubierta en 1506 por el navegante portugués Tristao Da Cunha. Sin embargo, durante más de 100 años, permaneció deshabitada.

Sus primeros pobladores llegaron en 1816, con la ocupación británica. Eran todos hombres. Tres años después, cuando Londres decidió levantar la base, tres marinos resolvieron permanecer en la isla. Las primeras mujeres llegarían poco después, desde la isla de Santa Elena, el territorio habitado más cercano, a 2431 kilómetros de distancia (mundialmente conocida por haber sido el lugar donde fue exiliado y donde murió Napoleón Bonaparte en 1821). Así comenzó a poblarse Tristán Da Cunha.

En 1875 las islas fueron declaradas parte del Imperio Británico, y en 1950, Inglaterra envió al primer “administrador”, figura que se mantiene hasta hoy como la principal autoridad.

Una granja enorme con un volcán en el medio

Kelly Green (38), la encargada de la Oficina de Turismo de Tristán Da Cunha, llegó a la isla por primera vez a sus 21 años. Su padre era diplomático. Entre idas y venidas, decidió radicarse allí en 2010. Hoy es madre de dos hijos nacidos y criados en la isla.

–¿Cómo describiría a Tristán Da cunha y sus habitantes?

–Es una especie de granja enorme con un volcán en el medio. Hay una diferencia notable en comparación con la agitación y el frenesí del Reino Unido. Acá, la gente se centra en vivir en comunidad. Pasan mucho tiempo al aire libre, todos viven de la tierra y colaboran. Y son muy amantes de la pesca, la jardinería, la agricultura y el montañismo.

–¿Cómo estaba conformada la población en los comienzos del siglo XIX?

–Al principio había más hombres que mujeres. Pero Simon Amm, el capitán del buque Duke of Gloucester, que visitaba la isla con frecuencia, buscó la manera de llevar mujeres a la isla. Dicen que le habrían ofrecido una bolsa de papas por cada mujer que consiguiera. Amm fue a Santa Elena y, para sorpresa de todos, en 1827 volvió con 5 mujeres. Para 1832, Tristán tenía una población de 34 personas, con 6 parejas y 22 niños.

-Hoy tienen una población de 236 personas, según los datos actualizados de su sitio web gubernamental.

-Empezaron a formarse parejas entre todos los primeros isleños. Al comienzo, fue normal tener muchos hijos. Hasta 10, en muchos casos. Se formó una sociedad mixta, un “blend” de apellidos americanos, italianos, holandeses, ingleses y escoceses.

-¿Cómo es la demografía de la isla en el día de hoy?

-Es una población envejecida. Hay más jubilados que jóvenes. Y hay gente que nació y se crio acá y que nunca estuvo en otro lugar que la isla.

-¿Esto se da porque los jóvenes buscan un futuro fuera de Tristán Da Cunha?

-En parte, sí. Si bien acá tenemos instituciones educativas, como guardería, jardín de infantes y escuela primaria y secundaria, no hay universidades. Entonces muchos chicos, al graduarse, se van a estudiar al Reino Unido, y a veces a Sudáfrica.

-¿Cuántos jóvenes hay en la escuela de Tristán Da Cunha?

-Tenemos entre 16 y 18 chicos en este momento.

-¿Hay espacio para que más gente se radique allí?

-La mayoría de los isleños viven en Edimburgo de los Siete Mares, la única ciudad de la isla. Y hay unos pocos que construyeron chozas -bien equipadas- en otros sectores. Hay lugar. Pero el que viene debe saber que se tiene que construir su propia casa. Acá no hay empresas de construcción ni nada por el estilo.

-¿Cómo es su sistema de salud?

-Tenemos un hospital en el que trabajan dos médicos extranjeros. También hay un equipo de enfermeras extranjeras. Está equipado para cirugías “normales”: se puede tratar una hernia o una apendicitis, por ejemplo. Pero luego, si surge un problema más grave, no hay mucho que puedan hacer.

-¿Cómo es la estructura política de la isla?

-Es autogobernada por un concejo local, el cual tiene un jefe –el administrador– y nueve miembros elegidos por los propios isleños. La tarea del administrador consiste en manejar en qué se gasta el dinero que el gobierno le envía a la isla.

-¿Existen delitos e inseguridad en Tristán Da Cunha?

-Para nada. Además, para los criminales tampoco hay muchos lugares adonde escapar, a menos que seas un buen nadador (ríe). Durante la noche trabo la puerta, pero debido al viento. De día, cuando me voy a trabajar, la dejo sin llave.

-¿Tienen una fuerza policial?

-Tenemos un oficial de policía.

-¿Y bomberos?

-Sí, hay un equipo de bomberos; los miembros de la comunidad se ofrecen como voluntarios, al igual que en el servicio de búsqueda y rescate.

-¿Qué bienes y alimentos producen?

-Algunas personas hacen su propio queso y mantequilla con la leche de las vacas de acá; la mayoría de nuestra comida proviene de la isla. Tenemos vacas, ovejas, pollos y patos, y pescamos, por lo que muy poca comida se importa a la isla. También cultivamos nuestras propias verduras y muchas papas.

-¿Exportan?

-Sí, nuestro producto estrella, la langosta de Tristán.

-Imagino que hay ciertos bienes que les llegan en el barco.

-Sí, cosas como té, café, productos de confitería, pañales y muchas otras cosas.

–¿Cómo generan energía?

–La electricidad la suministra la planta de procesamiento de la pesca con tanques de diésel, y usamos cilindros de gas para nuestras estufas y calentadores de agua.

–¿A dónde va la basura?

–La basura se recoge los martes y se lleva al vertedero. Parte es reciclada.

–¿Cómo conviven con el volcán?

–Está activo, en la categoría “durmiente”. En su última erupción todos tuvieron que ser evacuados en botes.

-¿Cómo son los precios en Tristán Da Cunha? ¿Usan libras esterlinas?

-Es un poco más caro, ya que para recibir muchos bienes tenemos que pagar el costo del transporte. Pero el gobierno inglés ayuda a contrabalancear algunos valores con subsidios.

-¿Reciben turistas?

-Sí, bastantes. Nos suelen visitar muchos cruceros. Algunos son gigantes. Una vez llegó uno con 800 personas. Aquella vez, por unos días, nuestra población se quintuplicó.

-¿Cómo conviven con el volcán, el cual, según entiendo, está activo?

-Efectivamente está activo. Está en la categoría “durmiente”. Lo llamamos 1961 en honor al último año en el que estuvo en erupción. No se nos ocurrió un mejor nombre (ríe). Aquella vez, todos tuvieron que ser evacuados en botes.

–¿Hoy tienen un plan de evacuación?

–Sí. Una vez al año lo practicamos. Nos subimos a los botes o nos desplazamos a distintos lugares de la isla, así sabemos cómo actuar en caso de una erupción. Definitivamente, es posible que eso algún día suceda.

-¿Qué le gusta hacer a los isleños en sus momentos de ocio?

-Muchos pescan por ocio, además de dedicarse a eso. Luego hay mucho afán por la jardinería y el trekking. Y luego, a todos, les encanta ir a la playa. Es muy normal pasar días enteros en la playa y hacer asados ahí. Tenemos un pub, pero no es muy popular. Casi todos prefieren pasar tiempo al aire libre.

-¿Qué tipo de sociedad tienen allí?

-Una sociedad muy unida. Es muy normal que todos se involucren a la hora de festejar un cumpleaños o un casamiento. O simplemente para hacer una barbacoa en un jardín o sobre la orilla del mar. Hay mucha camaradería entre los isleños.

-¿Qué es lo que más extraña de vivir en la ciudad?

-Extraño poder pedir comida para llevar; tengo que cocinar todas las noches y desde cero. También extraño ir al cine, ir al bowling y hacer compras.

-¿Es normal, para los jubilados del Reino Unido, considerar a Tristán Da Cunha como un lugar a donde mudarse?

-Sí. Pero no tanto los jubilados. Recibimos muchos emails con consultas de familias con padres jóvenes. Quizás no solo para mudarse, sino para venir a conocer. Pero muchos terminan viendo que no es tan fácil como parece. Lleva mucho tiempo venir a la isla. Si trabajás, tenés que tomarte unas vacaciones largas solo para llegar hasta acá. Por lo cual, los que vienen, terminan siendo en su mayoría jubilados.

-De todas las familias que vivieron en la isla durante los últimos dos siglos, ¿cuántos apellidos quedan hoy en día?

-En toda la isla sólo vas a encontrar 7 apellidos: todos se llaman Repetto, Swain, Glass, Green, Hagan, Rogers o Lavarello.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/lifestyle/lejos-de-todo-como-se-vive-en-la-isla-habitada-mas-remota-del-mundo-a-la-que-solo-se-puede-llegar-nid06122023/

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