A casi dos semanas de conocerse la denuncia que hizo Ludmila Isabella por violencia de género sobre su expareja Lautaro Acosta, en las últimas horas se conoció que el futbolista ya está disponible para volver a jugar en Lanús, tras llegar a un acuerdo en el marco del juicio. Así lo comunicó el club a través de un comunicado en sus redes sociales, donde explicó que se le levantó la licencia.

“El Club Atlético Lanús informa que con motivo del acuerdo conciliatorio entre las partes involucradas en el caso Lautaro Germán Acosta, finaliza su periodo de licencia quedando a disposición del cuerpo técnico”, dice el breve y formal comunicado que difundió la institución en horas de la tarde y que lo deja a disposición del director técnico, Frank Darío Kudelka, para la próxima fecha del torneo local.

En ese sentido, el club ratificó su “compromiso en materia de género”, y que de ser necesario continúa a “disposición de la justicia” y la investigación que quedó a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) N°17 de Lomas de Zamora, la cual dispuso que el jugador sea excluido de su hogar con una perimetral.

La resolución se dio tras un presunto acuerdo entre Acosta e Isabella informado el lunes el abogado del futbolista.

De esta forma, el club finalizó la licencia para jugar de Acosta que impuso cuando se conoció la denuncia de Isabella a principios de Junio, en la que ella aseguró que sufrió maltratos “físicos, psicológicos y económicos”.

Sin embargo, en la última semana se supo que pese a estar de licencia, el jugador había vuelto a los entrenamientos. Así lo hizo público el delantero mediante un posteo en su cuenta de Instagram.

“Acá, en el mejor lugar del mundo, haciendo lo que más me gusta, entrenando”, escribió en la publicación y siguió: “Hace un tiempo que elegí mantener un perfil bajo en mi vida privada, guardar silencio y dejar que el tiempo acomode todo, y por sobre todas las cosas siempre preservando lo más importante que tengo”.

Tras ello, reflexionó sobre la necesidad de continuar aprendiendo para ser mejor persona: “Madurar es alcanzar un equilibrio, y en ese camino estoy, aprendiendo, escuchando a los que saben. Y así voy, tranquilo por la vida y para adelante. Besos a todos y todas”.

Anteriormente, Ludmila había dicho que Acosta la había amenazado con matarla para que no lo denuncie. “Si hacés la denuncia te voy a matar”, le habría dicho el delantero, según la denuncia, a la que tuvo acceso LA NACION. Pese a la amenaza, la mujer decidió presentarse ante la justicia.

Acosta e Isabella son padres de Benicio, de cuatro años. Ella hizo pública la denuncia a través de una serie de historias en su cuenta de Instagram donde mostró lastimaduras en su cara y contó: “Iba a la pieza de Beni y me tapaba con la frazada al lado de él para que tenga un poco de compasión y pare o que le dé un poco de lástima para poder calmarse, pero eso no pasaba”.

“Ya no sé qué más hacer, necesito ayuda y hacerlo público para que pague todo lo que me hizo y se deje de manejar con tanta impunidad. Sufrí violencia física, psicóloga y económica, de lo peor que se puedan imaginar, tengo fotos y audios para demostrarlo”, sostuvo la joven

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“Me venía a buscar y me sacaba de los pelos hasta nuestra habitación, arrastrando, y así seguía torturándome. Me sentaba, hacía que lo mire y que le contestara todo lo que me iba diciendo. Me pegaba golpecitos en la cabeza o sopapos, mientras me seguía diciendo barbaridades como ‘no ves que sos una mogoliquita’, ‘negra de mierda’, ‘puta’, ‘no te da la cabeza’. Eso es algo de todo lo que pasé. Ni una cuarta parte”, agregó.

“Siempre creí en que él iba a cambiar y me equivoqué. Y otra vez volví a vivir el infierno que no le deseo a ninguna mujer, y menos con un hijo”, finalizó.