El hijo del presidente de Serbia, Danilo Vucic, fue detenido este miércoles por la policía de Kosovo luego de asistir a una celebración religiosa en el monasterio de Graçanica con una remera con una frase desafiante, según informaron medios locales.

Un video publicado por el periódico kosovar Koha que circuló en redes sociales mostraba al joven de 25 años al costado de una autopista en el pueblo de Trudë, mientras agentes de policía inspeccionaban su vehículo.

Video material appeared on Pristina media showing the stopping of a vehicle allegedly carrying the son of the President of the Republic of Serbia, Danilo Vučić. pic.twitter.com/7SCyXVbdaF

“Lo detuvieron, registraron y acosaron tres veces”, confirmó el presidente Aleksandar Vucic en una ceremonia en Belgrado, según lo citó el diario serbio Blic. “Que sigan adelante. Felicito a (Albin) Kurti por su valentía”, siguió con ironía, refiriéndose al primer ministro kosovar. “No es tan valiente en mi compañía, cuando envía a otros a ganarse la vida a costa de los hijos de otras personas”, remató.

Al mismo tiempo, expresó su orgullo por su hijo Danilo, quien caminó este miércoles por el centro de Pristina, la capital de Kosovo, luciendo una remera que decía “Rendirse no es una opción” y luego asistió a la liturgia en Graçanica para el Vidovdan, una festividad religiosa de suma importancia para el pueblo serbio y su identidad nacional.

Graçanica se ubica en el distrito de Pristina en el centro de Kosovo, un Estado con reconocimiento limitado sin salida al mar que se declaró independiente de Serbia el 17 de febrero de 2008. Sin embargo, Belgrado aún la considera como una región autónoma dentro de su propio territorio.

Estados Unidos y la mayoría de los miembros de la UE han reconocido la independencia de Kosovo, mientras que Rusia y China han respaldado el reclamo de Belgrado sobre el territorio. Serbia perdió el control de Kosovo después de que la OTAN interviniera en 1999 para detener la guerra, lo que obligó a Belgrado a poner fin a una brutal represión contra los separatistas de etnia albanesa.

Las tensiones entre los dos países estallaron nuevamente a fines del mes pasado después de que la policía de Kosovo tomara edificios municipales locales en el norte de Kosovo, de mayoría serbia, para instalar alcaldes de etnia albanesa que fueron elegidos en una elección de abril que los serbios boicotearon abrumadoramente.

Los enfrentamientos violentos, sumados a la detención de tres agentes de policía kosovares por parte de Serbia a mediados de junio, despertaron temores de que se reanudara el conflicto de 1998-1999 que dejó más de 10.000 muertos, en su mayoría albanokosovares.

Serbia exige que las unidades especiales de policía de Kosovo y los alcaldes se retiren de la región norte fronteriza y también que varios serbios étnicos que fueron detenidos en Kosovo en las últimas semanas sean liberados. El gobierno serbio también intensificó la preparación del ejército y amenazó con una intervención militar por la supuesta “tortura” de los serbios étnicos en Kosovo.

En este contexto, el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, solicitó durante sendas llamadas el lunes a Vucic y a Kurti rebajar la tensión “de inmediato”, mientras que el jefe de política exterior de la Unión Europea, Josep Borrell, advirtió la semana pasada que la comisión ejecutiva del bloque y los países miembros estaban dispuestos a tomar medidas políticas y financieras contra Serbia y Kosovo si no se comprometían con la desescalada.

Así, en una señal positiva, Serbia liberó ayer a los tres policías detenidos. Sin embargo, la detención del hijo del presidente ese miércoles podría ser un nuevo obstáculo para la frágil paz en la región.

Con información de AP