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La natación argentina en los Panamericanos 2023: qué hay después de Delfina Pignatiello

SANTIAGO DE CHILE.- “Delfina Pignatello es historia”, zanja rápido la cuestión Gustavo Roldán, el entrenador de la natación argentina, deporte que en los Juegos Panamericanos Santiago 2023 ...

SANTIAGO DE CHILE.- “Delfina Pignatello es historia”, zanja rápido la cuestión Gustavo Roldán, el entrenador de la natación argentina, deporte que en los Juegos Panamericanos Santiago 2023 tuvo una cosecha claramente inferior respecto del boom que provocó la sainisidrense en Lima 2019. Roldán prefiere enfocarse en los nadadores que forman parte de la selección y dejar en el recuerdo a aquel talento sobre el agua que, después de su frustración en Tokio 2020, decidió darle un cierre abrupto a su carrera.

Conviene recordar: en Perú, Pignatiello se consagró en los 400, 800 y 1500 metros libres, mientras que Virginia Bardach logró el cuarto oro en 200m mariposa. Además, hubo dos platas (Julia Sebastián en los 100m pecho y Virginia Bardach en los 400m medley) y bronces en el 4×100 relevo combinado masculino y mixto y Julia Sebastián en los 200m pecho. Nueve medallas, contra solo dos en Santiago: Ulises Saravia, plata en los 100 metros espalda después de un heroico sprint final, y Macarena Ceballos, bronce en los 100 metros pecho.

“Las medallas conseguidas estaban dentro de las previstas, acorde con los logros de la temporada y al proceso de preparación realizado en los últimos dos años”, explica a LA NACION Roldán, que antes de su regreso al país comparó la manera en que llegó el equipo argentino ahora respecto de los anteriores Panamericanos: “El proceso de preparación para Lima había sido de siete años, con un programa internacional sostenido. Para Santiago no fue así, porque la pandemia interrumpió el ciclo y en los últimos dos años, la situación del país no ayudó”.

El coach argentino entiende que la vara estará todavía mucho más alta a nivel mundial y que todo implicará una gran dificultad. Hasta ahora, solo Macarena Ceballos tiene marca A para París, mientras que Agostina Hein (15 años) y el marplatense Saravia (17) poseen marca A para el Mundial de Qatar y B para la próxima cita olímpica. “La participación en los Juegos Olímpicos en natación es cada vez más dura: antes, la marca A era la clasificación en el puesto 16°, pero ahora es el 14° respecto de los Juegos Olímpicos anteriores. Y con menos plazas. Es un objetivo muy difícil y está reservado para atletas y entrenadores altamente profesionales”, describe Roldán.

Osvaldo Arsenio, ex Director Nacional de Deportes y especialista en natación, subraya primero la evidencia de los registros, porque los nadadores argentinos con más chances de subirse al podio hicieron en general mejores marcas en los torneos preparatorios que en Santiago, cuando debió haber sido al revés. “Llegar al evento principal es una artesanía difícil. Pienso que Saravia, Hein y Ceballos son muy talentosos y que la actuación no fue mala, pero pudo haber sido mejor si se lograba todo lo alcanzado en los meses anteriores”. Y traza un paralelismo con Pignatiello: “Eso ya pasó con las tres pruebas que ganó ella en Lima: todas con peores tiempos que en su gira europea previa. Pero como ganó, nadie se hizo demasiadas preguntas, ni acerca del cambio de técnico o de sus marcas, que ya habían desmejorado”.

Según el secretario honorario de la Federación Internacional de Natación, el impacto del retiro de Pignatiello fue muy grande. “Sobre todo porque, de haber repetido sus mejores marcas en Tokio, habría peleado la medalla de bronce en esos Juegos”, afirmó.

Después de aquel bombazo de Federico Grabich con el tercer puesto en los 100 libres del Mundial de Kazán en 2015 y la enorme ilusión que despertó Pignatiello, primero en los Juegos de la Juventud 2018 y luego con el triple oro en Lima 2019, sobrevino una decepcionante actuación general en Tokio 2020. Allí estuvieron, además de Delfina, Virginia Bardach, Julia Sebastián y Santiago Grassi, todos muy lejos de los primeros puestos. Fue un baño de realidad.

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Ahora se abre un nuevo horizonte a partir de un seleccionado mixto, que estuvo armado con nadadores jóvenes, muchos de ellos juveniles, que representan un recambio generacional. Y entonces, la mirada se posa primero en el rendimiento que pueda exhibir en París 2024 la cordobesa Ceballos, después de su operación en un hombro y que en los últimos años se debatió en situaciones de estrés y mucha presión. A los 28 años, fue la líder del equipo en los Panamericanos y tuvo una caricia al alma con ese bronce que buscó.

Pero al margen de focalizar todas las esperanzas en Ceballos, lo más prudente es esperar que coordinen entre los coaches personales y nacionales, además de las áreas técnicas, con una clara mirada de futuro y el horizonte puesto en los Juegos Olímpicos de Los Angeles 2028, e incluso los de 2032, además de los mundiales de la especialidad.

Sí, hay que esperar la maduración. Todo está en una etapa de alumbramiento para estos chicos, pero hay buenas noticias, porque hace unos meses, Hein concluyó tercera en los 800 metros libres y resultó finalista en los 400 y 1500 libres en el Campeonato Mundial Juvenil de Netanya, en Israel, mientras que Saravia fue tercero en los 50 espalda y cuarto en los 100. Dos medallas que representan la segunda mejor actuación histórica en los mundiales de la categoría juvenil. Una primera semilla, con aspiraciones de acercarse algún día al primer mundo de la natación.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/deportes/natacion/la-natacion-argentina-en-los-panamericanos-2023-que-hay-despues-de-delfina-pignatiello-nid27102023/

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