Una mujer captó en video la inédita imagen de un ave que acompañaba a un lagarto a cruzar la calle en Florida. Contrario a lo que muchos pudieran pensar, las dos especies interactuaron entre sí sin ningún tipo de comportamientos depredadores de por medio. El clip se volvió viral en las redes sociales por lo sorprendente que resultó para las personas. Sin embargo, los expertos aseguraron que era algo normal entre estos animales.

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Shannon Duke publicó la grabación en la página de Facebook Alligators of Florida el pasado 19 de agosto, bajo la descripción: “Nunca pensé que sería testigo de esto. Solo en Florida”. En las imágenes se ve cómo un pequeño lagarto sale lentamente de una laguna en Pine Island, en el condado de Hernando, y a su lado, a solo unos centímetros, hay dos grullas.

Por un momento parece que está a punto de atacarlas, pero eso no sucede: mientras que el reptil se aleja del agua, los tres comienzan a caminar juntos. Incluso en un instante se aprecia que, cuando el reptil se retrasa un poco, una de las grullas lo espera para ir al lado suyo. Luego, una vez que los tres llegan al extremo de una calle, cruzan a un ritmo lento. Es como si la gran ave avanzara con calma para no dejar atrás a su nuevo amigo.

De inmediato, los usuarios de la red social reaccionaron a las imágenes, la mayoría opinó que era una escena inusual. También hubo quienes contaron experiencias similares: “Tenemos grullas que ponen huevos en una isla, en un pequeño lago en nuestro patio trasero, y han asustado al cocodrilo que vive ahí muchas veces”; “Escoltándolo al otro lado de la carretera, para eso están los amigos”; “Si él fuera más grande, podría ser una historia diferente”, escribieron.

Duke le dijo a Fox 35 Orlando que, si bien no se aprecia en la grabación, antes de que el lagarto saliera del agua, las grullas estaban molestándolo. Entonces, cuando él salió, lo que en realidad buscaba era huir de ellas, pero las aves lo persiguieron. En lugar de atacarlas para defenderse, optó por caminar a su lado. “Nos quedamos impactados por lo que vimos. Era una verdadera escolta al otro lado de la calle”, declaró.

Savannah Boan, coordinadora de enriquecimiento de caimanes en Gatorland, afirmó para el medio citado que las grullas grises no se asustan muy fácilmente, ni siquiera cuando tienen a un depredador cerca. En el caso de animales como los cocodrilos, su arma secreta para ahuyentarlos es la capacidad que tienen para exagerar su tamaño. Extienden sus alas para parecer grandes como un humano e intimidarlos. Por eso, aunque los reptiles suelen aprovechar todas las oportunidades de caza que se les presentan, regularmente no atacan a estas aves.

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Un video publicado por esa cadena hace algunos meses demuestra el argumento de Boan. En Orlando se captó a una grulla enfrentándose a un caimán en el Eagle Creek Golf Club. Esta extendió sus alas hasta lograr que el lagarto desapareciera de su camino lentamente.