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La inseguridad que casi le cuesta la vida a un vecino de Zapala.

Tiene 69 años y el pasado jueves por la mañana fue víctima de un feroz ataque con intenciones de robo en su local.

El progreso en los pueblos siempre trae cosas buenas y malas por partes iguales. Es como una frase suelta, pero se ha transformado lamentablemente en una fija. La inseguridad es una de ellas y esta ciudad del centro neuquino la está sintiendo cada vez con más asiduidad. Hay alarma entre la población y en especial en el rubro comercial.

La semana anterior, un comerciante ubicado en la entrada este de la ciudad fue víctima de un intento de robo violento en su oficina a las 7:20 de la mañana. Un delincuente encapuchado y con barbijo lo golpeó y lo obligó a entregar todo lo que tenía en su caja fuerte, pero al no encontrar nada, lo golpeó más y luego huyó. El hombre pidió ayuda a un empleado que llegaba en ese momento y gritó para que llamaran a la policía, pero el delincuente huyó antes de ser atrapado. Se trata de Mario Schild, un hijo de alemanes judíos de 69 años de edad que heredó un negocio familiar que funciona en Zapala desde hace más de 60 años. Con el cruento suceso que le tocó vivir en carne propia el hombre cree que la falta de cultura y la falta de justicia son los problemas que causan la inseguridad creciente en el país y especialmente en esta ciudad del centro neuquino.

“Las trompadas en el alma son las que más me dolieron”

Así resumió Mario en su contacto con este diario el triste suceso que lo tuvo como protagonista y más que nada agradece a Dios poder contarlo y sobrevivir a este increíble hecho de delincuencia en la ciudad que creció y donde aún vive. “Los dolores físicos ya pasarán pero los otros quedarán para siempre”, relató con angustia.

El dueño de la Barraca “Dos Hermanos”, local comercial ubicado sobre calle Houssay, sobre Ruta Nacional 22 por la entrada a Zapala desde Neuquén denunció públicamente la falta de seguridad y la ausencia de autoridades ante la creciente ola de delitos en la zona, que incluyen robos con armas de fuego y blancas. Asimismo, esta semana prevé hacer una denuncia judicial para que estos hechos queden registrados.

En este sentido, y dolorido aún por los golpes recibidos, relató el tremendo hecho delictivo. “Esto me pasó el día jueves 11 de mayo a las 7 y 20 de la mañana. Normalmente dejo a mi señora en su trabajo en el banco provincia y de ahí me voy a mi oficina que queda a unos kilómetros del centro de Zapala, a la entrada de la ciudad. Todavía en esta época del año es de noche, yo tengo una oficina que cierra la puerta y solamente se puede abrir del lado de adentro. Bueno, me puse a trabajar en mis tareas diarias y siento un golpe en la puerta. Como mis empleados cada vez que llegan me golpean para yo darle las llaves del galpón principal de mi trabajo y cuando sin ver las cámaras, porque tengo cámaras en mi oficina, sin ver las cámaras por confianza abro la puerta y hay un delincuente encapuchado con barbijo y me dice me vas a pagar, no sé, cosas así, no recuerdo. Dame todo lo que tengas y le digo no tengo nada. Esto pasó en un minuto y medio por lo que me contó la policía que vio después las cámaras de mi trabajo”.

Fue en ese preciso momento que la realidad de Mario y su vida se pusieron en juego porque el delincuente estaba dispuesto a todo. “Me empezó a pegar en la cara, me pegó trompadas en la oreja, en los pómulos. En ese instante llega un empleado mío, gracias a Dios porque habitualmente no llegan a esa hora, en la moto y ahí se puso muy nervioso el delincuente y me llevó a la rastra pegándome hacia la puerta de salida y cuando abrió la puerta yo grité llamen a la policía, el malhechor se fugó con destino incierto”. Aunque después, según fuentes consultadas, el malviviente de contextura robusta cruzó corriendo la ruta nacional 22, con rumbo al sector del Barrio 50 Viviendas. A los pocos minutos la policía montó un operativo cerrojo con numerosos efectivos pero sin resultados positivos.

Una triste realidad

Sobre el triste momento que le tocó vivir Mario Schild brindó una profunda reflexión sobre el tema de la inseguridad. “Es la realidad que se está viviendo en este momento en el país, la inseguridad que hay. Los delincuentes están afuera y los que trabajamos y aportamos y mantenemos todo esto, estamos encerrados. Lamentablemente cada vez es más grande por la situación económica o por la delincuencia o por todo lo que se está viviendo. La justicia, que no hay justicia, que los dejan salir. Bueno, es una seguidilla de cosas que pasan a nivel ciudad, provincia y país lamentablemente son las noticias diarias de los diarios, de la televisión, los robos, y esto cada vez va incrementando más”, expresó.

También agregó que “yo creo que es un poco falta de cultura, falta de todo. Tenemos que entre todos revertir todo esto y hacer un país normal como hay muchos y no seguir con esto porque la verdad es que la inseguridad es un problema muy grande y cada vez, como dije, se va incrementando más. Ya no se puede confiar y no se puede estar tranquilo y es muy difícil una vez que te entra un chorro de estos, un delincuente, sacárselo de encima por lo que estás viviendo. Yo a los 69 años de toda una vida trabajando que te golpeen y te dejen tirado, ensangrentado es muy triste y devastador”.

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