Hoy quiero invitarte a reflexionar sobre la importancia de seguir creciendo en la vida. Se calcula que, en algunos ámbitos, anualmente, se produce una mejora del 25%. Es decir que, en un determinado campo, hay un avance del 25%. Si yo no crezco a ese ritmo, en cuatro años, quedo desactualizado de la actividad que estoy llevando a cabo.

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Todos necesitamos crecer día tras día. A continuación, te comparto tres ideas prácticas para lograrlo:

1. Más en mí, menos en mi trabajo

Invertir en uno mismo debería ser más importante que invertir en lo técnico. Yo necesito una buena cámara, pero también tengo que ser un buen fotógrafo. Como suelo decir, no llega el que más sabe, sino aquel que sabe relacionarse con los demás. La inteligencia emocional va de la mano con la habilidad técnica. Recordá esto: tengo que invertir más en mí. ¿Cómo? Formándome constantemente.

2. Todo y todos

Necesitamos estar dispuestos a aprender de todo y de todos. Es muy aconsejable tomar algún curso que no tenga nada que ver con nuestra actividad. Conocer gente, preguntar, ser más curioso; son tres actitudes que nos permiten contactar con nuevos paradigmas que podríamos llegar a utilizar en nuestro trabajo o profesión.

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3. Feedback

No esperemos a que llegue fin de mes para pedirle a alguien que nos brinde retroalimentación. Procuremos buscar, cada día, gente capacitada (mentores) que nos puedan devolver la mirada externa para seguir creciendo y mejorando.

Cuenta una vieja anécdota que una señora se encontró con Pablo Picasso y le pidió que le hiciera un dibujo. El pintor, al rato, acabó el dibujo y se lo entregó. Le dijo: “Son 500 pesetas”. “¡Pero si tardó solo unos minutos en hacerlo!”, se quejó la mujer. Picasso la miró y le respondió: “No tardé unos minutos, tardé toda mi vida”.