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La fuga de Sebastián Marset. La policía boliviana afirma que le pisa los talones, pero el narco de las mil caras sigue sin aparecer

La policía de Bolivia busca por cielo y tierra desde hace más de una semana. Pero Sebastián Marset sigue siendo un “fantasma”. Las autoridades allanaron la estancia La Providencia, en el nor...

La policía de Bolivia busca por cielo y tierra desde hace más de una semana. Pero Sebastián Marset sigue siendo un “fantasma”. Las autoridades allanaron la estancia La Providencia, en el noreste del país, y afirman haber encontrado pruebas de que, en ese lugar, y en pleno tránsito a la clandestinidad, el narco uruguayo grabó el video en el que sostuvo que las 13 personas detenidas tras su fuga eran inocentes y no tenían nada que ver con “sus cosas”, y en el que, de paso, dijo que el jefe de la fuerza antidrogas del Estado Plurinacional había cobrado “una platita” para avisarle que más de 2200 efectivos irían a arrestarlo durante un partido de fútbol. Ese dato, aseguró, le sirvió para escapar con su esposa, sus tres hijos y un mini ejército de comandos brasileños con rumbo incierto.

“Actualmente, este sujeto se encontraría dentro del territorio nacional”, dijo el ministro de Gobierno de Bolivia, Eduardo del Castillo, en una rueda de prensa, tres días después de que Marset, de 31 años, se escapara delante de las narices de la fuerza en una camioneta Nissan Patrol, escoltado por un grupo de paramilitares que le sirve de guardia pretoriana, y con al menos un efectivo como rehén.

Marset, considerado uno de los máximos “gerentes” de la logística del narcotráfico a través de la Hidrovía, con fuertes vínculos con el Primer Comando Capital (PCC) y con el Comando Vermelho, dos de las principales megaorganizaciones del crimen organizado en el Cono Sur, encendió varias “bombas de humo” para desviar la pesquisa.

Por un lado, hizo llegar a un medio de prensa el video en el que hizo pasar como corrupto al jefe de la Fuerza Especial de Lucha contra el Narcotráfico (Felcn). “Gracias a la ayuda del director de la Felcn logré irme porque él me avisó que el ministro ya había dado orden de aprehensión contra mí y, bueno, agarró una platita y me avisó que me fuera”. Una vez que estalló el escándalo, el director de la Felcn, Ismael Tito Villca, negó rotundamente las acusaciones de Marset.

Luego, la Nissan Patrol en la que quien dice ser el líder del Primer Comando Uruguayo escapó de su mansión en Santa Cruz de la Sierra con su esposa y sus tres hijos menores, apareció estacionada en el aeropuerto Viru Viru, lo que alimentó la sospecha de que Marset y su familia hayan abandonado Bolivia, quizás con rumbo a Brasil, a pesar de que las autoridades del Estado Plurinacional, acuciadas por el escándalo, insisten con que el narco está, todavía, en algún lugar de su territorio.

El gobierno boliviano está convencido de que Marset huyó escoltado por una guardia pretoriana armada como para ir a la guerra. Se había informado que ese grupo había secuestrado a un “policía de inteligencia” poco antes del operativo que procuraba la captura del “dueño de la Hidrovía” y que recién lo habían soltado cuando lograron poner suficiente distancia como para garantizar su fuga. Ese policía, posiblemente, haya sido el hombre al que ahora el uruguayo delató como el que le pasó el dato clave para escapar.

“Estamos en la certeza de que existe un grupo paramilitar con armas de guerra, encargado de su protección”, señaló anoche a la televisión estatal el viceministro del Interior de Bolivia, Jhonny Aguilera.

Aguilera sustentó su afirmación en el armamento hallado en las casas que usaba Marset en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra por un operativo policial que se llevó a cabo desde el sábado 29 de julio pasado.

Allí la Policía confiscó al menos 17 fusiles, 1915 municiones, cargadores de armas, más de una treintena de vehículos y cuatro chalecos antibalas, que actualmente están bajo supervisión de la Fiscalía.

En el oficialismo boliviano hay fuertes internas sobre el problema del narcotráfico, sobre todo después de que en España se detectara que en un vuelo de la aerolínea de bandera de ese país se habían traficado 478 kilos de cocaína a Madrid.

Uno de los que lanzó fuertes críticas dentro del Movimiento al Socialismo (MAS) fue el exministro de Gobierno Carlos Romero, quien sostuvo que “desde febrero Bolivia sabía que Marset estaba en Santa Cruz de la Sierra”. La pregunta es por qué no lo detuvieron.

Un argumento similar expuso el ministro del Interior de Paraguay, Federico González, confirmó que ese país proveyó “casi diaria” información sobre Marset a Bolivia. González dijo que en febrero remitió información, incluso envió a un equipo de investigadores a Santa Cruz de la Sierra.

Marset vivía en una de las mansiones más grandes de Santa Cruz de la Sierra, de donde se fugó en una camioneta, una hora antes de que irrumpiera un gigantesco operativo de la Policía boliviana integrado por más de 2800 efectivos. No es la primera vez que se escapa.

En octubre de 2021 huyó de Dubai, donde fue aprehendido con un pasaporte falso paraguayo, tras conseguir que la embajada uruguaya le diera documentación legal de su país de origen. Esto provocó un escándalo en Uruguay, que llevó a la renuncia en diciembre pasado de la vicecanciller Carolina Ache.

Marset tiene pedidos de captura de cuatro países, como Uruguay, Paraguay y Bolivia, y también es requerido por Estados Unidos, a través de la DEA. Su aparición en Santa Cruz de la Sierra demuestra que sigue con las riendas del narcotráfico.

Está acusado de ser uno de los autores intelectuales del crimen del fiscal paraguayo Marcelo Pecci, que fue ejecutado por sicarios colombianos y venezolanos el 10 de mayo de 2022 en la isla de Barú, en Colombia, donde se encontraba de luna de miel. También está sospechado de manejar el contrabando de cocaína por la hidrovía, donde se detectaron que desde los puertos cercanos a Asunción salieron más de 40 toneladas de cocaína desde 2021 que terminaron siendo incautadas en Bélgica y Holanda.

El narco uruguayo, que tiene tatuada en una de sus muñecas la sigla PCU (Primer Comando Uruguayo), habría ingresado a Bolivia, después del homicidio de Pecci, según señalaron las autoridades bolivianas. Marset había salido de Paraguay, donde estaba bajo la lupa del fiscal asesinado en el marco de una investigación por lavado de dinero, una de las más grandes de la historia de ese país, llamada A Ultranza Py.

Obtuvo, de manera ilegal a través de eventuales contacto espurios con funcionarios bolivianos, documentación para hacerse de una identidad falsa como ciudadano boliviano. Consiguió un pasaporte en la Dirección de Migración y dos cédulas de identidad en el Servicio General de Identificación Personal (Segip), además de una partida de nacimiento en el Servicio de Registro Cívico (Sereci).

Desde 2019, se movió con dos identidades: Gabriel De Souza Beumer, boliviano, y Luis Paulo Amorim Santos, supuestamente nacido en el estado de Pernambuco, en el noreste brasileño. Con este nombre se hizo conocido como futbolista profesional en la liga de Santa Cruz de la Sierra, en Los Leones El Torno, que financiaba y donde jugaba como volante.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/seguridad/la-fuga-de-sebastian-marset-la-policia-boliviana-afirma-que-le-pisa-los-talones-pero-el-narco-de-las-nid08082023/

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