Recientemente, dos noticias sobre Nueva York tuvieron un fuerte eco. La primera tiene que ver con el fenómeno de despoblación, ante los altos costos de vida y la pandemia, mientras que la segunda fue una investigación sobre el posible hundimiento de la ciudad. En este contexto, los usuarios reavivaron una predicción de Edgar Cayce, un hombre estadounidense mejor conocido como Profeta durmiente o el Nostradamus americano, quien antes de morir aseguró que la metrópoli desaparecería totalmente, o al menos eso fue lo que sus seguidores interpretaron.

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Cayce se volvió famoso por vaticinar sucesos relevantes. En la actualidad, todavía hay algunas predicciones suyas que no se han cumplido. El profeta plasmó en uno de sus libros, citado por ABC, que había tenido la visión de que un día, mientras estaba de viaje, el vehículo en el que circulaba se detenía en una ciudad destruida. Cuando observaba el entorno, se daba cuenta de que era Nueva York.

La predicción puede tener múltiples interpretaciones y podría asociarse con el atentado del 11 de Septiembre, cuando cayeron las Torres Gemelas. Sin embargo, algunos la han relacionado con los pronósticos de hundimiento que se dieron a conocer a través de un reciente estudio. Tom Parsons, del Servicio Geológico de los Estados Unidos y otros expertos, advirtieron a inicios de mayo que la zona se hunde de forma acelerada por la gran cantidad de edificios.

Actualmente, el hundimiento es mínimo, de uno o dos milímetros por año, pero será más grave a medida que se construyan más edificaciones de gran altura en entornos costeros, fluviales o por lagos. Para 2050, la Gran Manzana ya estaría entre 20 y 60 centímetros más al fondo del nivel del mar, lo que la haría más vulnerable ante los desastres naturales, de acuerdo con la investigación.

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Cayce es un adivino conocido por sus predicciones sobre catástrofes mundiales o sucesos de relevancia. En específico, saltó a la fama en territorio norteamericano porque, según se cuenta, cuando hacía sus lecturas ingresaba a un estado de trance hipnótico y respondía a las preguntas de quien lo consultara.

Se volvió conocido por pronosticar algunos sucesos importantes, como la Primera y Segunda Guerra Mundial, la independencia de la India, la caída de la bolsa de valores de Wall Street y hasta la creación del Estado de Israel. También hay otras proyecciones cumplidas más actuales: la crisis financiera de 2008, la invasión a Ucrania y el incremento del nivel del mar. Entonces, pese a que no hay fundamento científico en sus pronósticos, las personas no dudaban en visitarlo cuando querían conocer el futuro.

Antes de su muerte, en 1945, el Nostradamus americano se convirtió incluso en un apoyo para la sociedad de ese tiempo, ya que mucha gente se acercaba a él para que los ayudara a sanar de enfermedades. La Asociación para Investigación e Iluminación, fundada por él en 1931, todavía conserva todas sus lecturas, unas 14.000, de las que 8500 son de temas relacionados con la salud, según el medio citado.