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La Argentina sigue jugando como un campeón del mundo: datos, frases y récords que confirman la teoría

Cuenta Lionel Scaloni, el creador del campeón del mundo: “Cuando un equipo está ensamblado y con confianza todo es más fácil. Al que le toca entrar, es más placentero hacerlo con el equipo a...

Cuenta Lionel Scaloni, el creador del campeón del mundo: “Cuando un equipo está ensamblado y con confianza todo es más fácil. Al que le toca entrar, es más placentero hacerlo con el equipo armado. Están las cosas claras y se sabe cómo atacar, cómo recuperar, eso da tranquilidad”.

Explica Rodrigo De Paul, el motor de la zona media: “Estoy orgulloso porque el equipo está en un nivel muy bueno, ya que a todo lo que tenía le sumó en los últimos tiempos jerarquía y experiencia. Y eso hace que nos vean como lo que somos, un grupo que siempre quiere ir por más. Porque este plantel tiene esa mentalidad”.

Se entromete Adam Bareiro, el fogoso paraguayo de San Lorenzo: “Parece que la Argentina no necesita de Messi porque le sobra calidad y jerarquía. Nos marcaron rápido el gol de pelota parada, nos desbordaron y superaron claramente. Luego logramos equilibrar algo el juego, pero no alcanzó porque ellos siguieron haciendo valer su jerarquía”.

La Argentina juega como un campeón del mundo. Antes de Qatar, durante la Copa del Mundo y, sobre todo, ahora mismo, en el mágico recorrido de 2023. Gana, gusta (golea cuando puede) y, además, no recibe goles. La pareja de centrales no es vistosa, aunque sí, impasable. Otamendi y Cuti Romero son una roca en paralelo. Es imposible replicar en el mundo una pareja de zona medio de juego y contención (belleza y disciplina táctica) como la que componen Enzo Fernández y Mac Allister. Los números 9 se complementan en un chasquido: Lautaro Martínez y Julián Álvarez brillaron... sin haber marcado un solo gol. Si el fútbol se tratase de pequeñas sociedades de atrás hacia adelante, son ellos seis. Y falta medio equipo, que también está a la altura de un campeón. Y falta... Leo Messi.

¿Y si Adam tiene razón? La Argentina juega muy bien, con y sin Messi. Es un hallazgo asombroso. Mantiene el fuego sagrado, se nutre de simbolismos (la cinta de capitán, de Otamendi a Messi, es uno de ellos) y se convierte en obra teatral cada vez que el rosarino encara o se para, para patear un tiro libre. Casi todo el mundo cree que va a ser gol. Leo lo cree. Las cosas salen de modo natural. Fluyen, como no ocurría en las últimas dos, tres, cuatro décadas y en continuado. Este grado de convicción, triunfos y goles no se vio después de Argentina 1978. Menos aún, luego de México ‘86. Es un mundo nuevo.

Se mantiene el hambre de gloria, a pesar de haber tocado ya el cielo con las manos. A veces, los datos confirman ciertas teorías. Después de la final de todos los tiempos, la Argentina jugó 7 partidos. Los ganó todos. Y no sufrió un solo grito. La serie: 2-0 a Panamá, 7-0 a Curazao, 2-0 a Australia, 2-0 a Indonesia, 1-0 a Ecuador, 3-0 a Bolivia y 1-0 a Paraguay. Es cierto: los rivales no son de cuidado, pero el seleccionado, que también juega de maravillas sin Angel Di María, supera a todos los rivales con la misma complicidad. Ya demostró, además, que no le tiembla el pulso ante algunos gigantes europeos.

Esa marcha arrolladora le hizo un guiño a la actualidad de Dibu Martínez, con poco esfuerzo en la mayoría de esos casos. Campeón de América y del mundo, galardonado como el mejor arquero en ambos torneos, mantiene el colmillo afilado en la selección argentina. La leyenda que ya construyó hacen difícil creer que su carrera en celeste y blanco lleva apenas dos temporadas, y que comenzó dos partidos antes de la Copa América 2021. En el triunfo sobre Paraguay alcanzó otro registro asombroso: se convirtió en el arquero con la mayor serie invicta de la historia de la selección.

Hay que recordar la última vez que recibió un gol: el segundo penal de Kylian Mbappé cerró el 3-3 del tiempo regular de la final de Qatar 2022. No le marcan goles en la selección, a diferencia de Aston Villa, en donde sufrió 12 en 8 partidos de la Premier League. Y con otros 90 minutos invicto, acumula 622 minutos y superó los 608 que acumuló Germán Burgos entre 1998 y 1999.

En los últimos 20, 25 minutos del primer tiempo se vislumbró destellos de la mejor obra de Scaloni. Y en ese tramo no marcó un solo gol. Mantiene el deseo, no levanta el pie del acelerador. ”Por eso es bueno que alguien de la experiencia del chileno Marcelo Díaz (ex Racing y la selección de su país) haya ponderado nuestro juego y nuestra actitud, sobre todo después de salir campeones del mundo. Y también fue bueno que esta vez hayamos marcado de pelota parada, porque es una arma ofensiva más y ojalá sigan llegando goles por esa vía. Y para mí es un placer darme vuelta y mirarlo a Messi, o que además Dibu Martínez haya alcanzado el récord de imbatibilidad en el arco del seleccionado”, explicaba De Paul, algo más que la mano derecha de Leo dentro y fuera del campo de juego.

Tantas veces señalada con malicia, aquella maldita frase “es un grupo de amigos”, se convirtió en toda una revelación, desde el Maracaná hasta hoy. “Parece fácil, pero lo hacen todo ellos (los jugadores). Esta es una eliminatoria complicada, pero la sensación es que el equipo hizo un gran partido. Jugamos sin Leo (Messi) y el equipo tuvo buen trato de pelota y fue preciso en velocidad, es una buena señal. El primer tiempo fue de lo mejor que viene haciendo este equipo, con agresividad, situaciones, recuperación... La sensación es que el equipo hizo un gran partido. La pretensión de ser verticales conlleva un riesgo que hay que saber administrar”.

Esos riesgos el equipo nacional también los tiene en cuenta. Como el de jugar y vivir sin Leo Messi, que el 24 de junio próximo cumplirá 37 años, que será todo un desafío en el futuro no tan lejano. Ya lo hace. Y muy bien.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/deportes/futbol/la-argentina-sigue-jugando-como-un-campeon-del-mundo-datos-frases-y-records-que-confirman-la-teoria-nid14102023/

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