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Humor negro, el único humor que nos va quedando

En estos días tan aciagos pensaba en los pobres tipos que se dedican a tomarse en solfa las cosas que nos pasan. Desdichados trabajadores de la palabra, la tira, la viñeta, deberíamos ser piados...

En estos días tan aciagos pensaba en los pobres tipos que se dedican a tomarse en solfa las cosas que nos pasan. Desdichados trabajadores de la palabra, la tira, la viñeta, deberíamos ser piadosos y darles una licencia. “Muchachos, de onda, descansen. Cuando la tormenta afloje los volvemos a convocar”. Porque es imposible que, aun poniendo todo su oficio, no caigan aplastados bajo el peso de la realidad; bajo el peso de las proezas de nuestros prohombres y nuestras promujeres. Alberto está lejos de ser un tipo serio, lo cual no lo convierte en divertido. Cristina es más ingeniosa que simpática. Massita con lookete de mago pudo entretenernos al principio, pero hoy ya le conocemos los trucos. En Juntos por el Cambio las trifulcas son a cara de perro y con ladridos: cero gracia. Lo de los muñecos que se le caen a Milei de las listas es retriste. Solo Emoji Kicillof hace extraordinarios esfuerzos para que nos riamos... de él.

Así es la clase política argentina: políticos sin clase, por lo general. ¡Y sin humor! Políticos tristones, quejosos, llorisquetas. Es lógico en el caso de Coqui Capitanich, que viene despeñado por los nueve infiernos de Dante. Un día quiso hacerse el ocurrente y rompió frente a las cámaras un ejemplar de Clarín; otro día no sé qué desayunó y se le dio por inaugurar una canilla, y ahora le toca lidiar con la muerte de Cecilia, que podría costarle la carrera; una lástima, el chico prometía. Los que hablan con él dicen que para todo tiene la misma explicación: el infortunio. “Cecilia –reflexiona– tuvo la mala suerte de caer en manos de los Sena; yo tengo la mala suerte de que se sepa que soy íntimo amigo de los Sena, y la peor desgracia: que los Sena no hayan tenido en cuenta que el domingo se vota. Estoy meado por los perros”.

No podemos desmentirlo: anda con el paso cambiado. Tardó 14 días en reaccionar frente al drama que tiene en estado de shock a Chaco y al país porque, malditas musas, no encontraba las palabras justas. Cuando ya se sabía todo –las mentiras y contradicciones, la sierra, los chanchos–, por fin las encontró: “Soy víctima de injurias y calumnias”, dijo anteayer, haciendo campaña mientras una marcha multitudinaria lloraba a Cecilia. Lo que Salamanca no da, la sensibilidad lo presta.

Recapacitemos: Coqui no es culpable de haber comprado al principal revoltoso de la provincia, Emerenciano Sena, y que con esa plata el hombre haya montado un emprendimiento, Piquetes SA, cabeza de playa de un imperio con inversiones en el sector agropecuario, en real estate y en gastronomía. Como se ha dicho en estos días, Emerenciano, que ya cargaba con el peso de un nombre tan fácil de asimilar al realismo mágico y la novela policial, de pronto había devenido en Milagro Sala, en Sergio Schoklender (del que fue socio), en Rudy Ulloa; todos ellos entrepreneurs, business people, burguesía surgida del modelo de matriz diversificada con inclusión social: unos piolas bárbaros. Sena se apropió por la fuerza de un predio fiscal de 4000 hectáreas y después consiguió que Alberto Fernández, en una emotiva ceremonia en Olivos, le traspasara la titularidad de esas tierras. ¿Cuánto falta para que algún medio hegemónico, o el Instituto Patria, desempolve la foto del abrazo de Alberto y Emerenciano? Claro, nadie podía imaginar entonces que el piquetero, constructor, hacendado y dirigente social y político aliado al gobernador un día iba a dormir tras las rejas bajo el cargo de coautor de la desaparición y muerte de su nuera. Coqui, qué mala leche.

El que la pasa bastante bien, dadas las circunstancias, es Alberto, el presidente emérito. Entretenido en empiojarle la vida a Cristina, declaró que Unión por la Patria (UP), el nuevo nombre del Frente de Todos y Todas, fue fundado por ellos dos. El profesor ha mostrado más aptitud para fundir que para fundar; si tiene aspiración de fundador podría crear la Asociación de Inspiradores de Memes, peleándose con Kichi para ver quién la preside. UP es obra exclusiva de Cristina, a quien las musas tampoco están visitando: cómo se le ocurre usar las mismas siglas de Unidas Podemos, el partido izquierdista español que está siendo sistemáticamente arrasado en las urnas. Me cuentan que se barajaron otros nombres: VT (Vámonos Todos), UB (Unidos por los Bolsos) y AP (Aguanten los Proscriptos).

Está claro que Cris ha perdido el rumbo. Acaba de decirle a Alberto que quien gobierna “no debe alentar la conflictividad”. ¿En serio, mi reina? Hubiese jurado que cuando usted era presidenta se peleó con los medios, con el campo, con jueces, opositores, empresarios, la Iglesia, los docentes, los policías y hasta con un abuelito “amarrete”. Ah, me olvidaba: también con Alberto.

Toda la suerte que le está faltando a Capitanich la tengo yo, que al escribir sobre él y sus amigos no se sabe si hablo en serio o se me da por el humor negro.ß

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/opinion/humor-negro-el-unico-humor-que-nos-va-quedando-nid17062023/

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