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Hay una opción que es clara: más campo, no menos campo

Más allá de la prolongación de la incertidumbre electoral hasta el balotaje del 19 de noviembre próximo y de la gran cantidad de conjeturas que se hagan sobre los comicios, hay un mensaje que e...

Más allá de la prolongación de la incertidumbre electoral hasta el balotaje del 19 de noviembre próximo y de la gran cantidad de conjeturas que se hagan sobre los comicios, hay un mensaje que es claro: la solución de los problemas del país es con más campo, no con menos campo.

Hay un primer dato elemental. Más del 60% de las divisas que genera el país en concepto de exportación de bienes se origina en el agro. La importancia de esta cifra quedó reflejada este año como pocas veces antes. Con la monumental sequía que provocó la pérdida, respecto de los proyectado, de unos 50 millones de toneladas de soja, maíz y trigo, las reservas del Banco Central quedaron más escuálidas de lo que ya estaban. El impacto de la sequía también provocó la merma productiva en kilos de carne y litros de leche, entre otras actividades, que golpeó a toda la cadena.

Temen que falten insumos claves para el campo y en un puerto hay barcos que esperan un permiso

Aquel mensaje sobre la importancia del agro fue transmitido 48 horas antes de las elecciones en una foto de carácter simbólica por parte de representantes de unas 80 entidades del agro en Plaza de Mayo. “La agrobioindustria es parte esencial de la sociedad y un motor económico y social, presente en todo el país. Apostamos a generar empleo, a través del fortalecimiento de las interacciones público-privadas, tendientes a la construcción de reglas de juego permanentes y transparentes que promuevan la inversión, el arraigo y el desarrollo”, expresaron en el documento.

Por fuera de las posiciones político-partidarias de cada protagonista, el debate subyacente es si el agro se puede desarrollar con la vigencia de las leyes del mercado (competencia, respeto a la propiedad privada, señales de precios, presión impositiva razonable, entre otros aspectos) o regulaciones estatales (subsidios, cuotas de exportación, retenciones o créditos especiales).

En esa discusión cada término puede ser utilizado con interpretaciones múltiples. Por ejemplo, el del “valor agregado”. Alcanza con citar una definición reciente del ministro de Economía y candidato presidencial de Unión por la Patria. “Sueño con un país que en lugar de exportar trigo o harina, exporte fideos”, dijo Sergio Massa. Si la frase fuera una mera elucubración intelectual no tendría un impacto mayor, pero cuando se traduce en medidas concretas, eso se transforma en derechos de exportación o cupos para favorecer la transferencia de un eslabón de la cadena productiva a otro. Ese es el germen para que hay menos productores.

A eso se suma la voracidad fiscal del Estado con los recursos que genera el sector privado. Esta semana, la Asociación Rural de Carlos Tejedor calculó que en ese partido bonaerense se fueron para el fisco nacional unos US$137 millones en las últimas tres campañas agrícolas en concepto de derechos de exportación. “Así como está, el productor se funde, el interior se empobrece y el Estado confisca”, expresó la entidad.

Otro ejemplo de actividades golpeadas por los desaciertos de la política económica es el lácteo. Carbap advirtió que las empresas proveedoras de alimentos y subproductos les informaron a los tambos que “solo venderían con condición de pago a 60 días con tipo de cambio abierto exclusivamente y sin ampliar el monto crédito otorgado al productor”. Eso sucede en un contexto de números en rojo para la producción de leche que no se revirtieron con la baja temporal de la retenciones y el nuevo tipo de cambio diferencial.

A ese escenario, para todas las actividades se suman la escasez y el aumento de los precios del gasoil. Según un informe de la Sociedad Rural Argentina hay faltantes de gasoil grado 2, cupos en las estaciones de servicios, dispersión de precios y el acortamiento a siete días de los plazos de pago. También crecen las alarmas por las trabas a las importaciones de insumos, particularmente fitosanitarios y fertilizantes. Y esto ocurre en plena siembra de granos gruesos.

El único dato positivo vino por el lado de las lluvias. El fin de semana pasado, el 90% de la zona núcleo recibió más de 30 milímetros de precipitaciones, según informó la Bolsa de Comercio de Rosario, que proyectó para la próxima semana un nuevo evento de lluvias. A su vez, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, explicó que las precipitaciones sirvieron para frenar el deterioro del trigo y mejorar las perspectivas del maíz y del girasol.

Buena parte de la estabilidad de la economía para 2024 vendrá de la recuperación productiva del campo. Cualquier dificultad presente tendrá efecto en el futuro inmediato.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/economia/campo/hay-una-opcion-que-es-clara-mas-campo-no-menos-campo-nid28102023/

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