A veces, los nombres predeterminan ciertas acciones. Es lo que parece suceder con el río Tragadero que primero se tragó y ahora, rastrillaje mediante, devolvió el dije en forma de cruz de Cecilia Strzyzowski, la mujer desaparecida por el clan Sena, el holding piquetero apañado por el gobernador Jorge Capitanich. También analizan si los huesos triturados encontrados en ese curso de agua pertenecen o no a la víctima.

Titanic no le hizo honor al nombre del malogrado trasatlántico por su rápido naufragio en 1912, pero sí a los esfuerzos titánicos posteriores para encontrarlo en su tumba en el fondo del Atlántico, cosa que sucedió en 1985. Titán se llama el microsubmarino perdido precisamente en el tour a los restos de esa nave.

Pérdidas, hallazgos y nuevas polémicas acuáticas más cercanas: en 2006 extrajeron del Río de la Plata el águila y la esvástica en bronce que servía de insignia al acorazado nazi Graf Spee, hundido en aguas jurisdiccionales uruguayas, durante la Segunda Guerra Mundial. El presidente Luis Lacalle Pou quería fundir el metal y convertirla en una paloma de la paz. La idea, un tanto naíf, no fue bien recibida por distintos sectores y el mandatario simplemente acaba de archivarla.