José pasea, se mueve con tranquilidad y responde a los llamados que las personas le hacen. Al hablar de una mascota, estas características suelen ser muy comunes si corresponden a un animal convencional. Pero, aquí la historia es otra porque él no es un perro ni un gato: es un jabalí y su historia de vida va de la mano de Monserrat Jiménez. La mujer oriunda de Neuquén lo recibió en su casa hace tres años cuando se lo trajo un amigo. Hace unas semanas su historia se hizo viral y en diálogo con LA NACION reveló cómo es su peculiar día a día con su inseparable compañero.

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“Unos perros persiguieron a José y se nos perdió. Solicito si lo ven no lo lastimen. Tiene que andar en Meseta entre Neuquén y Centenario. Es un jabalí macho adulto. Ofrezco recompensa”, escribió Monserrat en sus perfiles en redes sociales en un desesperado pedido de ayuda para hallar a su mascota semans atrás.

Contrario a la creencia popular que se puede generar acerca de tener un animal salvaje en un hogar, esta fue la primera vez que esta mujer de 32 años tuvo un susto con José. El hecho ocurrió el 12 de agosto cuando un grupo de perros ingresó al patio de la casa familiar, donde vive el jabalí con otros animales como chanchos, pavos y gallinas. Allí fue atacado y en medio del revuelo, huyó.

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Desesperada, Monserrat acudió a las redes sociales para pedir ayuda y encontrarlo. Rápidamente, tuvo muchas respuestas y su historia se volvió viral, ya que en general se buscan perros o gatos perdidos, pero un no jabalí.

La llegada de José al hogar de Monserrat

Hace tres años, Monserrat se vio conmocionada por la situación de dos cachorros de jabalí que quedaron abandonados tras la muerte de su madre, presuntamente víctima de la caza. Fue un amigo cercano quien le contó la situación y ella no dudó en hacerle un lugar en su casa a uno de ellos. Allí nació este amor incondicional que jamás imagino.

“Es como un perro, jamás atacó a nadie ni reaccionó mal”, describió la mujer sobre el comportamiento de José, que se mueve por el gran patio de la casa tal y como lo hacen sus otras mascotas. Lejos de mostrar actitudes salvajes, se lo ve tranquilo seguir los pasos de su dueña.

Con un peso de 100 kilos, José se le acerca cada vea que ella lo llama. “Él siempre me mostró a mí lo valiente que podemos ser. Es un animal muy especial”, reconoció.

La relación que forjó con su peculiar mascota fue tal que hace un tiempo quiso homenajearlo y se hizo un tatuaje en el brazo. Allí se dibujó el rostro de José con la frase ‘Be brave’ (Sé valiente)”, porque entre tantas enseñanzas que se topa a diario de su parte, la más importante fue la de sobreponerse a las adversidades.

El emotivo regreso de José a su casa

José se volvió muy famoso en las redes sociales gracias a los videos de su dueña y por eso muchos estaban expectantes a tener noticias suyas cuando huyó de su casa.

La desesperación de la joven la llevó a publicar el pedido de ayuda en Facebook y, con la ayuda de mucha gente que aportó las cámaras de seguridad ubicadas en sus casas, lograron encontrarlo. Un vecino fue quien le brindó información sobre su paradero: estaba en un campo cercano.

“Pasaron dos noches y al tercer día José apareció solo en casa después de buscarlo tanto”, relató con mucha alegría sobre el momento en el que volvió. Fue la madre de Monserrat quien tuvo el primer encuentro con el animal.“La miraba y se acercaba como diciendo ‘acá llegue’. Muy cansado estaba, pero entero”, remarcó.

Si bien a simple vista parecía estar bien, presentaba algunas mordidas de los perros que lo atacaron, pero nada de gravedad. Ahora, José se encuentra nuevamente en su hogar con su familia y el resto de las mascotas.

La reacción en redes al conocer la historia de José

Cuando la mujer escribió el posteo para hallar a su mascota, jamás imaginó que iba a tener tanta repercusión. Muchos usuarios se mostraron sorprendidos porque no podían creer que buscara un jabalí. “Pensaban que era una broma”, recordó.

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Con el regreso de José a la casa, quienes colaboraron en la búsqueda y se preocuparon por él celebraron que haya vuelto a los brazos de su dueña.