Inquieto por el clima de fuerte confrontación que atraviesa a la campaña porteña desde hace varias semanas, Horacio Rodríguez Larreta busca aplacar la pelea de alto voltaje entre Jorge Macri y Martín Lousteau por su sucesión en la Ciudad, la fortaleza electoral de Pro y escenario de una batalla decisiva para el equilibrio de fuerzas dentro de Juntos por el Cambio (JxC) de cara al próximo período de gobierno.

El episodio que terminó de convencer al jefe porteño y aspirante presidencial de que debía intervenir para lograr un apaciguamiento de la pulseada entre Lousteau y Macri fue la guerra de afiches que se desató en las calles de su distrito en los últimos días. Quienes lo frecuentan aseguran que estaba disgustado por el duelo de carteles, que recuerdan desde el pasado de Lousteau como ministro de Economía de Cristina Kirchner, con el objetivo de aludir a la controvertida resolución 125 en momentos en que el campo hace su tradicional exposición en La Rural, o la polémica en torno al domicilio de Jorge Macri o su parentesco con el fundador de Pro. “Esto no tiene sentido; no podemos joder más”, asegura un interlocutor habitual de Larreta.

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En el inicio de una etapa decisiva de la campaña, el candidato a presidente por el frente “Hagamos el cambio de nuestras vidas” considera que los referentes de JxC se exponen a un serio peligro si no logran moderar el alto nivel de internismo que despertó la carrera presidencial y, más aún, si se replica en el bastión electoral de Pro el estilo de campaña agresivo al que apeló Carolina Losada en el tramo final de su competencia con Maximiliano Pullaro en Santa Fe.

Desde hace un par de días, la Ciudad volvió a convertirse en un foco de preocupación para Larreta, por la tirante relación que mantiene con Jorge Macri, la competitividad que muestra Bullrich en el distrito y, sobre todo, la feroz disputa entre el primo del expresidente y Lousteau, su aliado táctico en el radicalismo. “Quiere que aflojen. No puede haber campaña sucia”, señala uno de los estrategas de campaña del jefe porteño. En su círculo de confianza preocupa que le impacten los coletazos de la disputa.

Por esa razón, designó a un emisario para que intente persuadir a Jorge Macri y el senador y líder de Evolución Radical de que moderen el intercambio de golpes ante la opinión pública, según indicaron fuentes al tanto de las conversaciones. Larreta está convencido de que el espacio opositor podría pagar un costo excesivo en las elecciones si no elude las peleas intramuros y garantiza la cohesión interna de la fuerza post-PASO. “No es algo particular de la ciudad. Horacio hace acá lo mismo que hizo en Santa Fe con Pullaro o Losada”, remarca un colaborador estrecho del alcalde.

Por caso, Larreta redobla los esfuerzos para convencer a Bullrich de que acepte compartir el búnker para esperar los resultados de las PASO. Frente a los resquemores de la exministra, los armadores del jefe porteño consideran que la noche de las primarias, cuando emergerá un nuevo liderazgo en JxC, será uno de los “eventos más importantes” para el espacio con vistas a las elecciones generales del 22 de octubre. Entienden que si JxC no escenifica una postal de unidad y envía una señal de tregua en la interna en las horas posteriores al veredicto de las urnas, tanto a Larreta como a Bullrich se les hará cuesta arriba aunar fuerzas y convocar a todo el electorado opositor con miras a la batalla decisiva para desbancar al peronismo del gobierno nacional.

Los larretistas parecen haber recuperado la confianza. Habían quedado conformes con el balance del cierre de listas, pero el triunfo de Pullaro en Santa Fe sobre Losada, la única interna en la que Bullrich y Larreta chocaron frente a frente, les dio ánimo para el sprint final. Con ese impulso, el jefe porteño se enfoca en reforzar su campaña propositiva y su raid de incursiones al interior del país, sobre todo, en la región del centro, donde Bullrich exhibe capacidad electoral, según los sondeos. “Seguimos nuestra estrategia. No peleamos con nadie y el foco va a estar en la ‘gente’”, repiten en el comando de campaña de Larreta. Eso sí: quiere capitalizar los traspiés de Bullrich en materia económica.

En el territorio porteño Larreta continuará con su ejercicio de equilibrio entre Jorge Macri y Lousteau. En los últimos 15 días de campaña compartirá actividades con ambos. Cerca del ministro de gobierno porteño celebraron que haya hecho un apoyo más explícito a su candidatura, después de que el primo del expresidente se quejara públicamente por el trato que le propina Larreta. En la tropa larretista replican que el alcalde ya manifestó su respaldo y abandonó la posición neutral. Lo hizo a pesar de que, resaltan los laderos del jefe porteño, Jorge Macri no manifestó que votará a Larreta como candidato a presidente en la interna con Bullrich.

En cambio, aseguran en el círculo que rodea a Larreta, Lousteau tributa para el proyecto presidencial del alcalde. El senador no solo manifiesta que adhiere a las ambiciones de Larreta, sino que le aporta una red de aliados que fortalece su despliegue territorial, como es el caso de Pullaro en Santa Fe.

Pese a que libran una batalla sin cuartel. en los equipos de Jorge Macri y Lousteau aseguran que se enfocarán ahora en las propuestas. El radical planea segmentar sus mensajes y promesas llevar su campaña a los distintos sectores del electorado y seducir a indecisos. Sus allegados consideran que hay un escenario de paridad extrema con el primo del expresidente. Celebran cada aval de Larreta a la postulación de Lousteau y especulan con que un sector del kirchnerismo podría inclinarse por el líder de Evolución Radical en las PASO ya que Unión por la Patria no atravesará una interna. A su vez, visualizan que parte de la estructura territorial de Larreta apalancará a Lousteau.

Jorge Macri siente que parte como favorito -sus encuestas le dan una ventaja de diez puntos-, por lo que no pretende arriesgar. No confrontará con Lousteau y apuntará sus dardos a Leandro Santoro, el candidato del kirchnerismo. También busca adeptos en la pecera de los libertarios.