“Para que haya un cambio de actitud, porque el hombre que no cumple es responsable”, repite un hombre desde un megáfono. Está parado en la plaza del Congreso. Frente a él, en menos de una hora pasará Javier Milei. En el banco que está al lado, se sentó Néstor Alfredo Fernando, de 78 años, con un león de peluche en su falda. “Sí prometo”, dice la bandera que le puso en el cuello. “Que mejore esto por favor, que baje la inflación, que podamos comer bien, no podemos comer nuestra propia carne”, dice él.

“Argentina, Argentina”, cantan las personas que se van amontonando frente al Congreso. Se interrumpe de vez en cuando por el clásico latiguillo libertario: “Viva la libertad carajo”.

“Señor presidente: Privatice todo”, dice el cartel que tiene Esteban de León. Tiene 36 años y es la primera vez que viene a una asunción presidencial. Es de Santa Fe, llegó esta mañana en un micro con otras 51 personas. “Toda con la nuestra lo pagamos”, dice y agrega: “Felices porque al fin tenemos un presidente nuestro y que le ganó a todo el poder mundial. Al ´presidente Tramontina’, a Lula, a los tosedores, a Maslatón. Que reviente a todos los zurdos y que volvamos a ser un país de primer mundo, cono Singapur”.

Cumplieron. A poco más de una hora de la llegada de Javier Milei, las afueras del Congreso ya estaban invadidas de camisetas argentinas.

Como siempre, el merchandising se adaptó rápido. Por $2000 se pueden conseguir banderas chiquitas argentinas, o las que acompañaron al ahora presidente toda la campaña: negras con un león amarillo. Las grandes cuestan $4000. No faltan pins con la cara del libertario ni remeras. También hay algunas con la frase que instalaron en los últimos días: “No hay plata”.

Al estilo que en los últimos años caracterizó a Juntos por el Cambio, Milei convocó a sus seguidores a que se acerquen a escucharlo con banderas argentinas. El líder libertario no dará su discurso a la Asamblea Legislativa. En cambio, y sumando otra medida disruptiva, optó por hablar en las escalinatas del Congreso, algo que no había sucedido, hasta hoy, en los 40 años de democracia.

Según el cronograma previsto, Milei saldrá del Hotel Libertador, que se convirtió en su casa después de las generales, a las 10:30. Prevén que media hora después llegue al Congreso. Tras firmar el libro de visitantes ilustres, ingresará al recinto para recibir los atributos por parte de Alberto Fernández. Luego, cerca de las 12, será el momento del discurso en las escalinatas del edificio, sobre la avenida Entre Ríos, de frente a la Plaza de los Dos Congresos.

De allí se dirigirá a la Casa Rosada, en un convertible, para recibir a los mandatarios extranjeros. La jura de ministros en el Salón Blanco está programada recién para la tarde, a las 17:30. El día terminará con la gala en el Teatro Colón.

El escenario está listo, cada tanto prueban sonido, cada vez falta menos para que Milei hable por primera vez como presidente.