Vértigo es la primera sensación que provoca ese hombre caminando sobre una tensa cuerda en las alturas. Imponente y amenazante es la posición del tirador que parece apuntarle, aunque su arco no contenga flecha. Ambos tienen los brazos extendidos, aunque con fines diferentes. El que está suspendido en el aire busca la mejor postura para no caer al vacío. El que está abajo también busca la mejor postura para un disparo certero. Simetría que transmite la imagen que conjuga a Nathan Paulin en el aire con la estatua de Heracles cazando desde abajo. Ambos encarnan arte, ya que se trata de las Olimpíadas de la Cultura en París: uno, en forma humana, trazando un recorrido que debe completar para triunfar. El otro es la famosa escultura Heracles mata a los pájaros del lago Estinfalia, de Emile-Antoine Bourdelle, emplazada en el Musée d’Orsay. Juntos, brindan un exquisito equilibrio estético.