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En Villa Crespo: Una diseñadora reformó una antigua casa chorizo para crear un estudio-taller lleno de luz y color

Los planos y dibujos que guiaron la reforma de esta casa chorizo son una suerte de radiografía de su dueña, Marcella Rela...

Los planos y dibujos que guiaron la reforma de esta casa chorizo son una suerte de radiografía de su dueña, Marcella Rela, que estuvo detrás de la obra. Es diseñadora gráfica, artista, escenógrafa, curadora y gestora cultural, aunque desde hace 26 años dedica la mayor parte de su tiempo al diseño de interiores.

“Surgió sin habérmelo propuesto, a través de un cliente del ámbito del teatro que me contrató para renovar su casa en Barrio Parque”. Fue en 1997 cuando fundó el estudio MMR, y poco antes de la pandemia cuando le puso un sello más a la firma, construyendo este espacio multiuso en Villa Crespo, en el que trabaja, arma eventos sociales y exposiciones, recibe amigos y colegas artistas, hace shows en vivo y grabaciones y, a veces, se queda a dormir.

Mi mundo es ecléctico y, por lo tanto, también mi lugar. Aquí conviven el culto a la industria y a los talleres, propios del barrio de Villa Crespo, con el culto al refinamiento chino y japonés, países de cuyas tradiciones y estilos soy fanática.

Marcella Rela, diseñadora, artista y escenógrafa

“El verde es uno de mis colores preferidos porque remite a lo natural y a la vida; tiene carácter y brillo propio. Al pertenecer al mundo del teatro, tiendo a inclinarme por paletas que generen estímulos”

Oriente, cerca

“Los clientes que me buscan quieren explorar el camino de lo no seriado, de lo distinto; ambientes que reflejen su intimidad y en los que sucedan cosas en la totalidad del volumen, no solo en el piso y en las paredes. Este proyecto es un ejemplo cabal de todo eso”. Aquí, los colores y el equipamiento contrastan y se complementan, gracias a un manejo exquisito de las paletas y una minuciosa curaduría de los muebles (la mayoría, comprados en anticuarios o fabricados a medida), que siempre remiten, en algún punto, a la cultura oriental, muy admirada por la diseñadora.

“En un lugar tan amplio, con techos que alcanzan los ocho metros, quien se queda a dormir podría sentirse desprotegido o demasiado expuesto a la luz. Las cortinas contrarrestan esas sensaciones: sectorizan, contienen y corrigen la acústica”.

“El tendido eléctrico se dejó a la vista, montado sobre una cabriada, para evitar el uso de bandejas: no quería que el estudio pareciera un comercio ni un café”.

“Mi criterio de iluminación tiene dos alcances. Por un lado, una luz general en el techo o cielo raso; por el otro, una secuencia de lámparas puntuales y bajas, que delimitan usos y definen escenas: es un recurso muy utilizado en el arte dramático”

Se aprovechó la luz cenital para generar una suerte de conservatorio victoriano, cuyo protagonismo realzan tanto la obra de Marcella como las lámparas chinas suspendidas a pocos centímetros de las plantas.

Una cama en el medio del salón

“Los géneros a cuadros y a rayas son de la India y no ingleses, como se suele creer. Por eso los elegí: tienen que ver con la cultura oriental”

“La cama de líneas japonesas se hizo a la antigua, sin tornillos. Hago todo a medida con carpinteros, aprovechando que en la Argentina se conservan los oficios. En comparación con países muy industrializados, aquí los diseñadores tenemos un terreno ideal”

Pegada, la cocina

“Pensé la cocina como esos talleres donde los estantes están llenos de pinturas, frascos y herramientas. ¡Y me resulta práctico! Tener las especias y los utensilios a la vista me inspira a la hora de cocinar”

Rincón para invitados

Las dos camas que hay en la casa son especiales. La del cuarto que se conecta con la terraza se armó sobre una plataforma de madera maciza pensada para transformarse en escenario, si algún evento lo demanda

El lugar de trabajo y creatividad

Pese a que en el estudio se alojan muebles de distintos orígenes y tamaños, así como texturas y objetos decorativos diversos, la paleta de turquesas elegida y la esencia oriental de todos hace “que no se pateen entre sí”, según la diseñadora.“El subtono de azul viene de los monasterios tibetanos y de los sitios mongoles, por eso convive en armonía con los grabados japoneses, las lacas chinas y los banderines.”

“Continuando la línea industrial, en mi estudio dejé a la vista el aluminio de la lana de vidrio y la estructura del techo. No es un recurso acorde para un departamento clásico, pero sí suma en este barrio”

Como buena escenógrafa, Marcella ama colgar objetos del techo para apropiarse de los volúmenes en su totalidad

“Lo primero que diseñé para este espacio fue una consola de seis metros de largo que le hiciera de ‘tierra’ a la obra de Gustavo Dalinha que, tan cerca de la terraza, siempre interpreté como ‘el cielo’”

La mesada de mármol, gruesa, y la lámpara de caireles impactan con su carácter sofisticado al entrar al baño de la planta alta


Afuera, más sorpresas

Tal como se hizo en el comedor, otra mesa aparece en la terraza para exhibir bien las plantas y hacer pruebas de floración

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/revista-living/en-villa-crespo-una-disenadora-reformo-una-casa-chorizo-para-crear-un-original-y-luminoso-estudio-nid26112023/

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