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En un depto de pozo. Una diseñadora se sumó en la última etapa de obra para adaptarlo al gusto de sus nuevos dueños

“Cuando nos reunimos por primera vez, los clientes me mostraron imágenes de referencia que habían ido guardando y ya se veía un estilo bastante definido, compartible con el mío, con una palet...

“Cuando nos reunimos por primera vez, los clientes me mostraron imágenes de referencia que habían ido guardando y ya se veía un estilo bastante definido, compartible con el mío, con una paleta en grises y madera”, cuenta Sheila Bursztyn, interiorista y fundadora de Paprika Estudio. Muy alineada en la elección de materiales, fue a conocer el departamento cuando todavía estaba en la última etapa de obra y, sin desperdiciar un minuto, empezó con varias intervenciones que lo hacen distinto al resto de los pisos.

El primer cambio llegó de entrada: los dueños que no estaban conformes con la idea de la recepción abierta. “Querían algo que amortiguara la entrada, un mueble donde dejar bolsos y camperas y, además, un pequeño escritorio”, explica la diseñadora. La solución a ambos pedidos vino de la mano de un panel divisorio de varillas de paraíso lustrado.

Pensando en términos funcionales, me parecía que el escritorio no podía estar en el living, que era la opción más sencilla, porque es el espacio donde está el televisor y eso hace que siempre haya más gente o ruido.

Sheila Bursztyn, interiorista y fundadora de Paprika Estudio

El toque cálido

“Una de las decisiones más importantes fue el revestimiento en roble americano que hicimos en el living y la entrada”, cuenta Sheila. Aunque se trataba del recurso perfecto para lograr el clima que buscaba, la idea surgió a partir de la dificultad que representaba una columna estructural de hormigón en medio del living.

“Me pareció que si la revestía en madera, la columna ya se iba a ver muy distinta. En esa línea seguimos con las paredes de la entrada y la que sostiene el mueble de la tele”.

En cuanto a la iluminación, se optó por artefactos minimalistas con luces puntuales que resaltaran elecciones de diseño. El comedor es la excepción, con una lámpara de Colección Aldacour.

En el comedor, la decoradora decidió bajar el techo de hormigón con placas de yeso. Sectorizan, crean clima, y permiten embutir artefactos de iluminación.

La cocina

“La cocina ya estaba casi lista cuando vine: los dueños habían modificado el proyecto original y armado una barra tipo desayunador en el espacio del comedor diario. Como el lugar era más bien chico, la idea era que sirviera de mesa, pero que también sumara metros de mesada”.

La paleta de colores fue guiada por el gusto de los dueños y por los mismos materiales que dan forma a la casa: el gris del hormigón, la madera de los pisos y los detalles en negro del hierro.

Un toilette eleganteProyectar la casa

Hay casas que se piensan para un tiempo y otras en las que se proyecta quedarse mucho rato. Para los dueños de casa, su departamento era parte del segundo grupo y de ahí la decisión de diseñar los cuartos separados a sus hijos, que todavía duermen juntos. “Los chicos son chiquitos y hoy no estaban pensando en separarlos, pero va a llegar un momento en el que la mujer probablemente quiera su cuarto”, explica.

La suite principal

En este cuarto, el clásico respaldo se reemplazó con un varillado a tono con la pared. La paleta es la misma que la del espacio social aunque acá tiene detalles en madera y tonos claros, con más presencia del gris.

“Algunos muebles como el que reviste la pared frente a la cama, se hicieron pensando en aprovechar y resolver de mejor manera recortes y detalles de la construcción original”.

Nada menos que lo justo

En el balcón, el trabajo estuvo centrado en las terminaciones: la tapa de la parrilla y el clásico desafío de disimular los equipos de aire acondicionado, que siempre son un tema. La clave estuvo en poner poco, pero acertado: una mesa y dos sillas enfrentadas con un banco de Estudio T.

Detalles de una muy buena iluminación

Entre los grandes aciertos de la decoradora, uno difícil de pasar por alto es la iluminación. “Me gustaba la idea de que las luces pudieran resaltar algunos detalles”, explica. El artefacto del living (Huup) es el claro ejemplo, ya que parece una bandeja de spots pero en realidad ilumina también hacia arriba y deja ver la veta del hormigón. En el comedor y la cocina, además de las lámparas se colocó cielorrasos que permitieran tener luces embutidas complementarias.

Casi imperceptibles, las lámparas de Huup a tono con la biblioteca (Paprika) iluminan los estantes.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/revista-living/en-un-depto-de-pozo-una-disenadora-se-sumo-en-la-ultima-etapa-de-obra-para-adaptarlo-al-gusto-de-sus-nid02102023/

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