La tensión existente entre Disney y Ron DeSantis no parece estar cerca de su fin. Y menos aún la batalla legal. A principios de esta semana, los líderes del equipo de supervisión, nombrados por el gobernador de Florida para controlar las operaciones de Walt Disney World, despidieron a dos altos funcionarios y a otros dos empleados.

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Justo cuando faltaban tres días para el Día de Acción de Gracias, una fecha muy importante en la cultura estadounidense, se anunciaron los despidos de Eryka Washington Perry, directora de comunicaciones, y Jason Middleton, jefe de recursos humanos. Además, un asistente administrativo y un especialista en mantenimiento de instalaciones, también fueron separados de sus cargos, según consignó Orlando Sentinel.

En febrero de este año, el Distrito de Supervisión de Turismo de Florida Central quedó en manos del gobierno floridano, y que tiene a cargo la protección en caso de incendios y otros servicios dentro de los parques temáticos de la compañía.

El distrito fiscal especial sobre el cual operaba Disney y que formaba parte de un acuerdo firmado hace décadas, es el centro de la pelea entre DeSantis y la empresa. Pero en realidad, esta disputa comenzó en marzo de 2022, cuando el director ejecutivo de ese entonces, Bob Chapek, expresó públicamente su desacuerdo tras la aprobación del proyecto de ley HB 1557, conocido como Don’t Say Gay (no digas gay), una norma que restringió la educación sobre identidad de género y orientación sexual.

Estos cuatro despidos se producen en un contexto de mucha tensión entre las partes. Antes de la intervención de DeSantis, Disney operaba sobre el distrito fiscal especial casi de manera autónoma, conocido como Distrito de Mejoras de Reedy Creek, un hecho que el gobernador criticó de forma pública en muchas oportunidades.

Según informó el medio floridano, los despidos se concretaron el martes por la noche cuando Glenton Gilzean Jr., administrador del Distrito de Supervisión del Turismo de Florida Central, envió un correo electrónico donde se indicaban los nombres de los ahora exempleados.

“Estos despidos son aislados y específicos y no son representativos de los miembros de nuestro equipo, que se presentan todos los días con excelencia y una visión clara de un mañana más fuerte para nuestros contribuyentes y visitantes”, escribió Gilzean Jr. en un memorando que enumeraba los nombres de los empleados y al que Orlando Sentinel tuvo acceso.

Washington Perry y Middleton fueron contratados cuando Reedy Creek District todavía existía, antes de que DeSantis lo desarticulara y nombrara una nueva junta de supervisión. Actualmente, el nuevo distrito lleva adelante una demanda contra Disney en un tribunal estatal, donde solicitó a un juez que declarara nulos los acuerdos que le permiten a la empresa de entretenimiento tener el control sobre el desarrollo del territorio sobre el cual operan los parques.

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En contrapartida, Disney demandó a DeSantis y a funcionarios estatales en un tribunal federal bajo el argumento de que el gobernador y su equipo ejercían una “campaña selectiva de represalias” y que se originaron a partir del momento en que el anterior CEO de la compañía se manifestó públicamente en contra de la ley Don’t say gay.