Para él, esta es una cita imperdible, una de las que más disfruta y espera año tras año. Por eso, aunque hacía menos de una semana que había vuelto de Inglaterra, donde jugó la temporada de polo de alto hándicap, Adolfo Cambiaso VII, segundo y único varón de los tres hijos de la modelo y empresaria María Vázquez y de Adolfo Cambiaso, cambió su casco polero con la bandera argentina pintada a mano por un cap y volvió esta semana a la pista central de la Sociedad Rural Argentina para presentar una selección de los mejores caballos de La Dolfina, la cría de su padre, tal como hizo por primera vez en 2018.

Los últimos fueron años de un enorme crecimiento, tanto personal como profesional para este hincha de River, amante de la playa, las olas y el surf. Si bien empezó a jugar en el más alto nivel de la mano de su papá, cuando apenas tenía 13 años, hoy, a sus 17, Poroto, como lo llaman todos, dejó claro que tiene un enorme talento y vuelo propio. El 2022 fue el año de su consagración deportiva: jugó por primera vez la Triple Corona con Adolfo –un sueño que el recordman deseó por años– y se coronaron campeones del Abierto Argentino jugando como verdaderos pares. Ese logro lo llevó a cerrar el año estrenando hándicap perfecto, 10 goles, y quedarse con el récord de ser el jugador más joven en obtenerlo y el más joven en ganar el Abierto.

Como si todas esas alegrías fueran pocas, en diciembre el Círculo de Periodistas Deportivos lo premió con el Olimpia de Plata como mejor polista de 2022. Por el momento, en 2023 parece seguir con la misma buena estrella: tuvo una temporada brillante en Palm Beach, Estados Unidos, donde lideró el equipo de Scone y ganó la USPA Gold Cup, un hito en su carrera, ya que fue el primer torneo internacional que ganó sin su papá. Además, por su performance, quedó primero en el ranking mundial del World Polo Tour.

El martes 25, esa madurez y el aplomo que le dio la experiencia, sumados a la sencillez y calidez que tanto le elogian quienes lo tratan de manera cotidiana, quedaron reflejados frente a una tribuna que lo recibió con entusiasmo. A un costado, súper abrigados y muy orgullosos, estaban sus padres, siempre incondicionales. También estaba su hermana mayor, Mia (21), una destacadísima polista –ganó cuatro veces el Abierto de Polo Femenino– que tiene perfil bajísimo y, de los tres hijos de María y Adolfo, fue la primera en presentarse en la tradicional muestra del campo. Por último, también dijo presente la menor de la casa, Myla (12), que debutó el año pasado en La Rural y horas más tarde repitió la experiencia y volvió a convertirse en una auténtica “princesita criolla”.

Como esta es una cita impostergable para los Cambiaso-Vázquez, salvo María, el resto de la familia había dejado la casa familiar de Cañuelas el domingo a la noche para instalarse en Buenos Aires y poder montar a primera hora del lunes, apenas les dieran “luz verde”. Según se sabe, una vez que terminen su participación en la muestra rural, pasarán agosto entre Córdoba, donde están los caballos de Cambiaso, y Cañuelas, donde padre e hijo harán la pretemporada junto a David “Pelón” Stirling y Juanma Nero para volver a jugar la Triple Corona defendiendo los colores de La Dolfina y retener el título.