Claudio Diablito Echeverri construyó una actuación consagratoria en Indonesia. Con tres goles (golazos), el futbolista de River Plate fue la gran estrella de la goleada 3-0 del seleccionado argentino Sub 17 ante Brasil, por los cuartos de final del Mundial de la categoría. Vaya destino..., el último de los tres tantos que marcó en la plomiza tarde-noche de Yakarta, es (muy) parecido a uno que Lionel Messi le convirtió, hace más de una década, al mismo rival. Con la complicidad de muchos memoriosos, las redes sociales se llenaron de videos comparativos entre aquel grito y este.

Echeverri consiguió un hat trick consagratorio frente a Brasil. Tras marcar dos goles, llegó al tercero al recibir un gran pase en profundidad de Agustín Ruberto (el N° 9 de la selección y también compañero del Diablito en River), picó al vacío, le ganó la espalda a su marcador, amagó para un lado, se fue para el otro y el arquero brasileño Phillipe Gabriel quedó despatarrado en el piso. Luego, con borde externo del pie derecho, anotó para el 3-0.

“¡Vamos!”, arengó el goleador-emblema a sus compañeros en el saque del medio. Por un instante, pareció que el Diablito se había lesionado tras convertir. Se tomó su pierna derecha; se temió una dolencia que lo quitara del torneo. Fue reemplazado y, más tarde, el propio crack riverplatense contó que sólo había sentido “calambres”.

Tras disfrutar del gol de Echeverri, muchos recordaron de inmediato un tanto de Messi. Aquel de la Pulga fue el 9 de junio de 2012, en el estadio MetLife de New Jersey. El partido, amistoso, previo a los Juegos Olímpicos de Londres (de hecho, el Scratch tenía una formación olímpica, con mayoría de jóvenes), finalizó con la victoria nacional por 4-3. El astro rosarino anotó tres goles (el defensor Federico Fernández hizo el gol restante del cuadro argentino, que sobre el final sufrió la expulsión de Ezequiel Lavezzi por una reacción sobre Marcelo).

La Argentina y Brasil igualaban 1-1 cuando Messi marcó el segundo tanto. El asistidor fue Ángel Di María, quien tocó para Leo y el crack -que en ese momento jugaba en Barcelona-, al quedar solo con el guardavalla rival, lo eludió y tocó suave al gol, de zurda. Salvando las diferencias y el pie hábil con el que anotó el gol, se podría decir que hay una conexión invisible entre aquel gol de 2012 en los Estados Unidos y el de hoy de Echeverri en Indonesia.